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Llamado urgente de la ONU: se requieren 1,72 millones de dólares para atención de migrantes y refugiados venezolanos en 2023

Acnur, Oim y socios de cooperación internacional lanzaron el plan regional para apoyar las necesidades de esta población de Venezuela en 17 países de América Latina y el Caribe.

1 de diciembre de 2022
Migrantes venezolanos en Maicao
Migración venezolana en la Guajira Paraguachon, Colombia. | Foto: DIANA REY MELO

Este jueves la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para refugiados y migrantes de Venezuela (R4V), que está codirigida por la Agencia de la Onu para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (Oim), lanzaron un plan regional de 1,72 millones de dólares para apoyar las necesidades actuales de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela y sus comunidades de acogida en 17 países de América Latina y el Caribe.

El lanzamiento se hace años después del inicio esta emergencia en la que millones de personas refugiadas y migrantes venezolanas en la región aún no tienen la forma de costear las tres comidas del día, no tienen un alojamiento seguro y digno.

Y por si esto fuera poco, se enfrentan, además, a obstáculos para acceder a atención médica y no pueden trabajar para mantenerse a sí mismos y a sus familias.

En imágenes : Migrantes venezolanos expulsados de EE.UU. y devueltos a México
Migrantes venezolanos, expulsados de los EE. UU. y enviados de regreso a México bajo el Título 42 como parte de una nueva política para reducir la cantidad de cruces ilegales en la frontera México-EE. UU. REUTERS/José Luis González | Foto: REUTERS

Los fondos estarán destinados a responder a esas necesidades humanitarias, complementando y apoyando los esfuerzos de los gobiernos de acogida, que son los principales responsables de la respuesta, de acuerdo con la Acnur.

A su vez promoverán la integración socioeconómica, mediante el acceso a oportunidades de empleo, educación y regularización, así como a programas de bienestar social para que puedan lograr estabilidad financiera y una integración efectiva que les permita alcanzar su pleno potencial y contribuir al desarrollo de los países que les han acogido con generosidad.

A diario, centenares de menores migrantes venezolanos recorren la zona fronteriza, en muchas ocasiones sin compañía de padres o cuidadores.
A diario, centenares de menores migrantes venezolanos recorren la zona fronteriza, en muchas ocasiones sin compañía de padres o cuidadores. | Foto: ESTEBAN VEGA | SEMANA

Eduardo Stein, representante especial conjunto del Acnur y la Oim para los refugiados y migrantes venezolanos, manifestó: “Las personas refugiadas y migrantes de Venezuela no pueden ser olvidadas. Muchas han visto sus vidas paralizadas y millones luchan por alimentar a sus familias o encontrar oportunidades para reconstruir sus vidas”.

“Están deseosos de contribuir a sus comunidades de acogida con sus conocimientos, habilidades y creatividad, y lo han estado haciendo, pero necesitan nuestro apoyo para superar sus retos más acuciantes”, añade el representante.

El viaje desde su tierra hacia Colombia es, según expertos, el primer gran reto de salud mental para las personas venezolanas.
El viaje desde su tierra hacia Colombia es, según expertos, el primer gran reto de salud mental para las personas venezolanas. | Foto: DANIEL REINA - SEMANA

Se estima que más de 7 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela han abandonado su país natal para ir en busca de seguridad y estabilidad. La gran mayoría, casi seis millones de personas, viven en 17 países de América Latina y el Caribe.

La inestabilidad, las dificultades para acceder a los servicios básicos, la xenofobia y la discriminación, y la falta de documentación han obligado a decenas de miles de personas a seguir embarcándose en peligrosos viajes, incluso a través del Tapón del Darién o cruzando las altas montañas entre Bolivia y Chile.

“Los esfuerzos de regularización de muchos países de América Latina y el Caribe han sido un gesto crucial de solidaridad para las personas refugiadas y migrantes de Venezuela. “Sin embargo, el aumento del costo de vida, resultante de los impactos persistentes de la Covid-19, así como el alto desempleo y los bajos salarios, han hecho difícil para muchas personas refugiadas y migrantes reconstruir sus vidas en sus comunidades de acogida”, aseguró Stein.

El empeoramiento de la situación económica mundial, junto con el carácter prolongado de esta emergencia, han desviado la atención del mundo hacia otros lugares. En 2022, únicamente se ha recibido una cuarta parte de los fondos necesarios, lo que ha obligado a reducir los programas para salvar vidas en toda la región y ha puesto a muchos venezolanos al borde del abismo.

Así las cosas, por primera vez el plan tiene un alcance de dos años, en un intento por reforzar el puente entre la atención inmediata a las necesidades humanitarias y de protección, y las actividades de integración y desarrollo a mediano y largo plazo, en línea con el Nexo Humanitario-Desarrollo-Paz.