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Lo que Mijaíl Gorbachov buscaba con la perestroika
A la perestroika se le atribuye el colapso final del sistema socialista en la Unión Soviética y la conformación de repúblicas independientes.
El exdirigente soviético Mijaíl Gorbachov, artífice de los primeros pasos de la Rusia moderna, falleció este martes en un hospital de Moscú a los 92 años de edad. El hecho fue confirmado por varias agencias rusas, que señalaron que el deceso se produjo tras una “larga enfermedad”.
Una de las reformas que caracterizó el gobierno de Gorbachov fue la perestroika, a la cual se le responsabiliza por ser uno de los catalizadores de la caída de la URSS (Unión Soviética).
La perestroika, que en ruso significa “restructuración”, consistió en una reforma a las estructuras económicas de la Unión Soviética, este se puso en marcha cuando Gorbachov llega al poder en el año 1985. Uno de sus principales objetivos era abrir a las posibilidades a los empresarios con la compleja misión de no afectar el arraigado sistema socialista, pero si democratizando algunos procesos.
Es decir, este modelo buscaba alcanzar una apertura de la economía del país, encaminándolo hacia un liberalismo económico, por lo que el gobierno comunista intentaría sustituir el centralismo político por un nuevo modelo descentralizado.
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Cuando Gorbachov llega al poder en 1985, la perestroika ya se encontraba diseñada, pero debido a la grave situación económica que pasaba la URSS (Unión Soviética), el Partido Comunista de la Unión decidió ponerla en marcha en un esfuerzo por hacerle frente a la crisis.
Sin embargo, se atribuyen a la perestroika algunas consecuencias como el colapso final del sistema socialista en la Unión Soviética, el fin del gobierno de Mijai Gorbachov así como la aparición de nuevas repúblicas independientes.
La reforma que aceleró el colapso
Dentro de las medidas que se tomaron en aquel entonces gracias a la perestroika se encuentra la privatización de algunas compañías del estado, la puesta en marcha de una nueva moneda y la renovación del sistema bancario.
Los efectos de esta reforma se sintieron en la economía local con el incremento de los salarios, sin embargo, las subvenciones provocaron escasez e inflación, por lo que los fondos públicos se vieron drásticamente disminuidos.
Este impacto en la economía coincidió con una decaída en los precios internacionales del petróleo (1985-1986) otro factor para que se disminuyeran los recursos que ingresaban a la Unión Soviética.
Con la combinación entre la perestroika y la glásnost (reforma política que buscó generar discusiones internas, libres y abiertas entre los ciudadanos sobre nacionales), Gorbachov vio como su imagen se veía favorecida tanto nacional como internacionalmente, sin embargo, las críticas se fueron tornando más agresivas al final del mandato según describe el portal Orden Mundial.
“Por un lado, intelectuales, políticos y sectores más prooccidentales exigían una transformación más radical hacia el sistema capitalista y elecciones libres. Por otro, los comunistas sabían que estas reformas serían el fin del poder absoluto del Partido, y tampoco fueron bien acogidas por la KGB y amplios grupos sociales defensores del sistema socialista”, explica.
Aunque uno de los objetivos de Mijai Gorbachov era darle la oportunidad al país de abrirse al contexto internacional sin dejar de lado lo construido por la Unión Soviética, lo cierto es que hechos históricos como la declaratoria de independencia de Lituania, la inestabilidad social y económica de Europa del este, sumado a la caída del muro de Berlín, hicieron que la URSS quedara para la historia.
El 25 de diciembre del 1991 Mijaíl Gorbachov renunció a la presidencia, cargo que fue recibido por Borís Yeltsin, quien se convertiría en el presidente de la recién fundada República Rusa.