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Lo último: papa Francisco ingresa al hospital tras cancelar su audiencia del miércoles
El sumo pontífice viene arrastrando un par de problemas de salud que lo han obligado a ausentarse de varias de sus obligaciones.
El papa Francisco, afectado por una gripe, se sometió a un control médico en el Hospital Gemelli de Roma, reportó la agencia de noticias italiana ANSA el miércoles. El pontífice, de 87 años, no pudo realizar la lectura de su audiencia semanal de los miércoles y delegó esta tarea a un asistente, debido a su estado de salud.
Así mismo, el líder de la iglesia católica, quien ha enfrentado diversos quetbrantos de salud recientemente, había cancelado compromisos el sábado y el lunes debido a lo que el Vaticano describió como una gripe leve. Este miércoles, señaló que todavía se encontraba un poco resfriado y prefirió que la catequesis de la audiencia general fuera leída por un colaborador, después de haber cancelado algunos eventos en los días anteriores debido a su gripe.
“Continúo un poco resfriado, por lo tanto, he solicitado a monseñor (Filippo) Ciampanelli que lea la catequesis”, mencionó el Papa, quien llegó en silla de ruedas al aula Pablo VI, donde se lleva a cabo la audiencia.
Además, no pronunció el discurso ante los obispos de la iglesia patriarcal de Cilicia de los Armenios, que recibió antes de la audiencia general.
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El sumo pontífice, quien todavía sufre un “ligero estado gripal”, canceló sus audiencias de este lunes como ya hizo el sábado, anunció en su momento el Vaticano en un comunicado. “Los leves síntomas de un estado gripal persisten, sin fiebre. Por precaución, se suspenden las audiencias de esta mañana”, indicó un comunicado el lunes.
El papa ya había cancelado sus citas del sábado por la misma razón, pero aun así celebró la oración del Ángelus el domingo. Francisco, de 87 años, se desplaza en silla de ruedas y se ha visto afectado por varios problemas de salud en los últimos años, incluyendo problemas en las rodillas, las caderas y el colon. También fue operado de una hernia en junio.
A finales de noviembre, el máximo jerarca de la Iglesia experimentó una bronquitis que lo obligó a cancelar ciertos compromisos, llevando a cabo el ángelus en privado y delegando la lectura de sus discursos en un colaborador.
Además, para facilitar su recuperación, canceló su previsto viaje a Dubái a principios de diciembre, donde tenía planeado participar en la cumbre del clima.
No obstante, logró una completa recuperación y, el 8 de diciembre, asistió al tradicional homenaje a la Virgen de la Inmaculada en la plaza de España. Al concluir la audiencia general de esa semana, realizada en el aula Pablo VI, el papa hizo hincapié en la importancia de recordar a “los pueblos que padecen los horrores de la guerra, como Ucrania, Palestina, Israel y tantos otros”.
A pesar de su resfriado, el papa insistió en leer personalmente los llamamientos finales de la audiencia. En este contexto, instó a rezar “por las víctimas de los recientes ataques a lugares de culto en Burkina Faso, así como por el pueblo de Haití, donde persisten los crímenes y los secuestros perpetrados por grupos armados”.
El papa ha manifestado en un par de ocasiones que renunciaría al cargo, en caso de no ser capaz de cumplir con sus obligaciones por complicaciones de salud. Mismo caso que ocurrió con su predecesor, el papa Benedicto XVI, quien abandonó el papado en 2013 y se refugió en un monasterio hasta su fallecimiento, el 31 de enero de 2022.