MUNDO
Los egipcios eligen a su próximo presidente en medio de unas polémicas elecciones
Este lunes comienzan los tres días de comicios presidenciales en los cuales el presidente saliente Abdel Fatah Al Sisi es el claro favorito para obtener un segundo mandato de cuatro años.
Los casi 60 millones de electores del país más poblado del mundo árabe empezaron a votar y tienen de plazo hasta el miércoles para elegir entre Al Sissi y su único adversario Musa Mostafa Musa, un político desconocido y afín al mandatario.
En un país enfrentado a atentados yihadistas desde 2013 y donde el grupo Estado Islámico (EI) prometió atacar los lugares vinculados a las elecciones, las operaciones de voto fueron sometidas a una alta vigilancia.
El ejército desplegó tanques en varios puntos de El Cairo. El sábado, dos policías fueron abatidos en un atentado en Alejandría (norte), segunda ciudad del país.
Los resultados oficiales se anunciarán el 2 de abril.
Culto a la personalidad
Los egipcios deberán elegir entre Al Sisi, de 63 años y archifavorito, y Mostafa Musa, de 65 años, su único contrincante pero simpatizante declarado del presidente.
Después de que los otros potenciales candidatos fueran descartados, encarcelados o disuadidos de presentarse, Mostafa Musa se lanzó a la carrera presidencial para evitar que Al Sisi acabara siendo el único candidato, negando ser una "marioneta" del presidente.
Jefe del minúsuculo partido liberal Al Ghad, tiene pocas posibilidades de recabar un número significativo de votos, según los expertos.
En 2014, Al Sisi ya se enfrentó también a un único adversario, Hamdeen Sabbahi, una conocida figura de la izquierda, a quien derrotó con el 96,9% de los votos.
En una entrevista con la televisión la semana pasada, el presidente consideró que si no tenía rivales serios en las elecciones, no era culpa suya. "Me hubiera gustado que estuvieran presente uno, dos, tres o diez de los mejores" candidatos, aseguró.
En ese contexto, el dato al que habrá que prestar atención en las elecciones de este año será la tasa de participación susceptible de legitimar una reelección.
En las últimas presidenciales, esta alcanzó el 37% tras dos días de elecciones. Las autoridades decidieron prolongarlas un día más, y la participación fue del 47,5%.
Durante su campaña, Al Sisi incrementó sus apariciones en varios actos, difundidas ampliamente por la prensa.
Las ciudades, especialmente El Cairo, se vieron inundadas de retratos de Al Sisi, hacia el que se prodiga un verdadero culto a la personalidad. En pocos carteles aparecía Mostafa Musa.
Muchos de los que apoyan a Al Sisi lo consideran el artífice de la vuelta a la calma en el país, cuya revolución de 2011 expulsó del poder al presidente Hosni Mubarak.
Ya al comienzo de su primer mandato, el presidente prometió que devolvería la estabilidad al país, incluyendo la económica.
Reformas dolorosas
En 2016 emprendió un ambicioso pero doloroso programa de reformas, con la devaluación de la moneda y la reducción de subvenciones estatales, lo que provocó que los precios se dispararan.
En el ámbito de la seguridad, el país se ha visto sacudido por numerosos atentados yihadistas desde 2013, después de que el ejército -entonces en manos de Al Sisi- derrocara al islamista Mohamed Mursi, primer presidente egipcio elegido democráticamente pero que viró hacia la impopularidad muy rápidamente.
En noviembre de 2017 se lanzó una gran operación de las fuerzas de seguridad para restablecer la estabilidad en el norte de la península del Sinaí (este), donde está asentada una rama local del EI, que ha dejado más de 100 muertos entre las filas yihadistas y al menos 20 entre los militares, según cifras oficiales.
Quinto presidente egipcio surgido de las filas del ejército desde la caída de la monarquía en 1952, Al Sisi dirige el país con mano dura y ha llevado a cabo una represión implacable de la oposición islamista, liberal y laica.
Varios miles de simpatizantes del expresidente islamista fueron ejecutados o encarcelados y cientos de ellos, incluyendo al propio Mursi, condenados en procesos de masa expeditos.
En la actualidad, hay treinta periodistas encarcelados en Egipto, según Reporteros Sin Fronteras (RSF), y casi 500 páginas web están bloqueadas.