Medios y redes
Medios audiovisuales de Nigeria sufren tras la prohibición de Twitter
La catastrófica decisión del Gobierno del país africano ha sumido en una crisis a los medios fuertes y poco menos que destruido a los más incipientes.
En las paredes de la redacción de News Central hay una inscripción: “No a la mediocridad ni a la desinformación”. Pero para sus decenas de periodistas, casi todos de menos de 40 años, el trabajo se complicó desde la decisión del gobierno de Nigeria de suspender Twitter.
En los flamantes locales de esta cadena de televisión, en el centro financiero de Lagos, la capital económica de Nigeria, todos los puestos de edición están ocupados y los presentadores pasan a que los maquillen antes de entrar al estudio. La televisión, lanzada hace apenas dos años, ambiciona convertirse en la mayor cadena panafricana de información permanente.
Pero el viernes, la decisión del Gobierno de prohibir Twitter, que cuenta con más de 40 millones de usuarios en el país, cayó como una bomba.
El lunes, las autoridades ordenaron a todas las televisiones y radios suprimir su cuenta Twitter y no utilizar más la red social para buscar informaciones, incluso con un VPN (red privada virtual), bajo pena de ver su licencia suspendida.
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Para News Central, joven medio de prensa en plena expansión, pero que aun tiene poca visibilidad, esta decisión es catastrófica.
“Dependemos ampliamente del tráfico que nos dan nuestros tuits para dar a conocer nuestro canal YouTube y la cadena de pago satelital”, dice Oladayo Martins, responsable de desarrollo web.
“40 % de espectadores menos
“No sabemos lo que pasará ahora. Ya perdimos 40 % de espectadores en cinco días. Somos una cadena panafricana, pero nuestro público está esencialmente compuesto de jóvenes nigerianos”, se lamenta.
En el país más poblado de África, 75 % de los 210 millones de habitantes tienen menos de 24 años, según las Naciones Unidas: una juventud muy numerosa, pero también ultraconectada.
“Mostramos nuestras vidas en Instagram o Facebook, pero cuando se trata de intercambiar, debatir sobre temas de actualidad, se hace en Twitter”, dice Tolulope Adeleru-Balogun, directora de los programas.
Una de las emisiones importantes de la cadena, NC Trendz, aborda temas espinosos de la red, las famosas “tendencias” y “hashtags” que dan una idea de lo que pasa en la sociedad.
“Se hablaba de los escándalos relacionados con la violencia contra las mujeres, de la advertencia a Bobi Wine, el opositor ugandés, o también los debates en torno al confinamiento en Sudáfrica”, señala.
“África no es un solo y único país, pero los problemas de la juventud africana son a veces similares, y Twitter es un instrumento increíble para unir al continente”, señala.
Para muchos observadores y defensores de los derechos humanos, esta prohibición es sobre todo un golpe a la libertad de prensa y expresión de los ciudadanos, cada vez más críticos y virulentos contra el presidente Muhammadu Buhari sobre su gestión económica y de seguridad del país.
Twitter desde el extranjero
“Criminalizar la utilización de Twitter no solo es excesiva, es ilegal, pues no hay ley en nuestro Código Civil para defender tales prácticas”, denuncia Osai Ojigho, directora para el país de Amnistía Internacional en Abuja.
La directiva ministerial no fue votada en el Parlamento y un medio independiente decidió demandar al Gobierno.
Los países occidentales deploraron la decisión en un comunicado común. Y empezaron a circular en la red llamados a manifestarse, pero por ahora todos los medios de prensa audiovisuales respetan la prohibición, buscando alternativas.
Arise News es la cadena privada de moda de la juventud nigeriana y por lo tanto es impensable no tener redes sociales. Su cuenta Twitter, que solo tenía 39.000 abonados en mayo de 2020, supera en la actualidad los 292.000 seguidores.
Pero aunque desde la alta torre de vidrio del barrio de Ikoyi no es posible conectarse, se siguen publicando tuits... desde las oficinas de Londres o Washington.
Ante la pregunta general de cuándo se restablecerá Twitter, el jefe de Estado Buhari, de 78 años, sonrió y dijo que guardaba la respuesta para él.
AFP