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“Esta es nuestra bandera que nunca más será roja”: Bolsonaro

El presidente brasileño asume el cargo con un fuerte mensaje contra la izquierda. Este es el gabinete con el que gobernará. Tendrá 22 ministros, siete de ellos militares retirados, y contará con solo dos mujeres. Uno de ellos es colombiano.

1 de enero de 2019
El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (centro) y el nuevo vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao (derecha), exhiben una bandera nacional brasileña junto a la primera dama Michelle Bolsonaro, durante su ceremonia de inauguración en el Palacio de Planalto en Brasilia el 1 de enero de 2019. | Foto: EVARISTO SA / AFP

Jair Bolsonaro se hizo conocer más por sus exabruptos misóginos, racistas y homófobos que por sus proyectos como diputado, pero la ambición de este exmilitar, buscador de oro en sus horas libres, lo llevó a alcanzar el tesoro más valioso de su carrera: la presidencia de Brasil. Su ascenso ha causado todo tipo de titulares y desde que ganó las elecciones el ojo público ha estado sobre cada una de las personas que ha nombrado para conformar su gabienete. 

Durante sus 27 años como diputado Bolsonaro logró impulsar y aprobar apenas dos proyectos. Pero su limitada trascendencia política nunca fue sinónimo de pocas aspiraciones ni de falta de astucia. Fue el diputado más votado en las elecciones de 2014. Y luego de transitar por varios partidos, a inicios de 2018 adhirió al PSL, algo que sus opositores no han dejado de subrayar.

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Lo mismo han hecho con sus ministros. Las sospechas de corruptelas ya salpicaron a su entorno. El chofer de su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, tendrá que explicar transferencias bancarias muy superiores a sus ingresos; y un tribunal suspendió por tres años los derechos políticos de su futuro ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, por un delito de improbidad administrativa.

Entre las personalidades convocadas por el excapitán de ultraderecha destaca Paulo Guedes, un "Chicago boy" que tendrá por misión reducir los déficits y reactivar la economía; el general retirado Augusto Heleno, su mentor político; y el juez Sergio Moro, clave en la Operación Lava Jato contra la corrupción, al frente de la cartera de Justicia.

El diplomático Ernesto Araújo, un ferviente admirador de Donald Trump, dirigirá la Cancillería; y Damares Alves, una pastora evangélica, estará al frente del Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos.

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Paulo Guedes, gurú económico

Bolsonaro confesó que no "entiende" de economía, pero que para eso estará Paulo Guedes, un economista de 69 años formado en la Universidad de Chicago, cuna de la escuela neoliberal.

Guedes será un "superministro" que tendrá bajo su mando las actuales carteras de Hacienda, de Planificación y de Desarrollo y Comercio Exterior.

Tras la victoria de Bolsonaro, Guedes anunció su intención de "cambiar el modelo económico socialdemócrata" mediante un programa acelerado de privatizaciones y de control del gasto público, como receta para reactivar a un país que pasó por dos años de recesión y otros dos de débil crecimiento.

Sergio Moro, azote de la corrupción

El juez Sergio Moro, designado ministro de Justicia y de Seguridad Pública, llega como una de las figuras más populares del gobierno Bolsonaro.

El magistrado, de 46 años, ganó su reputación dirigiendo desde su tribunal de primera instancia en Curitiba (sur) la Operación Lava Jato, que sentó en el banquillo y condenó a largas penas de cárcel a decenas de figuras consideradas hasta entonces intocables del mundo empresarial y de la política en Brasil.

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Dictó la pena de prisión, aumentada en enero en segunda instancia, contra el expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), quien purga desde abril una condena de 12 años y un mes de cárcel.

Su entrada al gobierno de Bolsonaro le valió cuestionamientos sobre su neutralidad como juez. "La estafa del siglo. Juez Sergio Moro será ministro de Justicia del gobierno de Jair Bolsonaro, quien solo consiguió elegirse porque Lula fue injustamente condenado e impedido de participar en las elecciones... por el juez Sergio Moro. Ayudando a elegir, ayudando a gobernar...", cuestionó Gleisi Lula cuando se anunció su nombramiento. 

Queda por ver cómo Bolsonaro y Moro resolverán sus divergencias en temas bandera del ultraderechista, como la flexibilización del porte de armas y la caracterización de movimientos sociales como "terroristas".

Onyx Lorenzoni, el director de orquesta político

Diputado desde 2003, Onyx Lorenzoni, de 64 años, es considerado el cerebro de la campaña de Bolsonaro. Es miembro del partido de derecha Demócratas (DEM) y es reconocido por sus iniciativas anticorrupción.

Será ahora ministro Jefe de la Casa Civil -una especie de jefe de gabinete-, encargado de compensar la falta de experiencia de la mayor parte de sus colegas en los entresijos de la política brasileña.

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Augusto Heleno, el general modelo

El general retirado Augusto Heleno Ribeiro, de 70 años, cuenta con la admiración de Bolsonaro. Fue su instructor en la escuela militar en los años 70 y ganó visibilidad a inicios de los años 2000 como primer comandante en jefe de la Misión de la ONU en Haití (Minustah).

Se lo mencionó como posible ministro de Defensa, pero finalmente dirigirá el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), a cargo de las labores de inteligencia desde un despacho instalado en el propio palacio presidencial de Planalto.

Heleno pudo haber sido vicepresidente de Bolsonaro, pero el Partido Republicano Progresista, del que forma parte, rehusó la propuesta. En una entrevista con el diario O Estado de S. Paulo en abril de 2017, Bolsonaro dijo que, de ser electo presidente, su exinstructor podría tener el cargo "que quiera".

Ernesto Araújo, admirador de Trump

El embajador Ernesto Araújo, un admirador de Trump, desentona en Itamaraty, la cancillería brasileña, impregnada de una tradición de multilateralismo.

Araújo, de 51 años, considera que Trump "puede salvar a Occidente", afirma que el cambio climático forma parte de un "complot marxista" y denuncia "la globalización económica que pasó a ser piloteada por el marxismo cultural".

Durante su gestión, tratará de adaptar el "Estados Unidos primero" de Trump a "Brasil primero".

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Damares Alves, pastora antiaborto

La abogada y pastora evangélica Damares Alves ocupará un cargo delicado -ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos- en el gobierno de Bolsonaro, quien a lo largo de su carrera tuvo numerosos exabruptos racistas, misóginos y homófobos.

Su designación retribuye en cierta forma el apoyo que las iglesias neopentecostales dieron al excapitán del Ejército durante la campaña electoral.

Pese a sus posiciones ultraconservadoras, Alves sorprendió en sus primeras declaraciones, al expresar su deseo de trabajar en armonía con la comunidad LGBT.

Tendrá a cargo igualmente las cuestiones indígenas, después que Bolsonaro decidiera sacar a la Funai, la entidad que se ocupa del tema, del ámbito del Ministerio de Justicia para ponerla en el de derechos humanos.

Ricardo Salles

El futuro ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, aseguró que asumirá el cargo pese a que un juez ordenó la suspensión de sus derechos políticos al condenarlo por un delito de improbidad administrativa cuando estaba en el gobierno del estado de Sao Paulo.

En una entrevista a la radio Jovem Pan, Salles, que ya anunció que recurrirá la sentencia, aseguró que el presidente electo, le mantendrá en el cargo. El futuro mandatario, que basó su campaña en la lucha contra la corrupción, ha reiterado en varias ocasiones que apartará de su entorno a aquellos que tengan hechos de corrupción comprobados en su contra.

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"El presidente entendió que ese proceso y la decisión son mucho más un combate político-ideológico contra la postura que adopté en la Secretaría que cualquier ilegalidad formal", declaró Salles, el último ministro designado por Bolsonaro.

Abogado y presidente del movimiento derechista liberal Endireita Brasil, Salles fue secretario de Medio Ambiente del estado de Sao Paulo entre 2016 y 2017, cuando tuvo una convulsa salida. Durante su gestión, la Fiscalía le abrió una investigación por improbidad administrativa al considerar que alteró las propuestas del plan de manejo de un área de protección ambiental para favorecer a empresas privadas, según informó entonces la prensa local.

Salles, de 43 años, siempre negó las acusaciones, pero acabó dejando el cargo en agosto de 2017 por motivos políticos, poco más de un año después de su llegada. "No hay crimen, no hay beneficio personal de mi parte, no hay daño", sentenció.

Con información de AFP

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