ESTADOS UNIDOS
Los seis temas que discutirán Joe Biden y Donald Trump en su primer debate presidencial
En su primer cara a cara, los candidatos debatirán sobre la pandemia, la crisis social, el desplome de la economía y el puesto en disputa en la Corte Suprema. SEMANA le explica lo que tiene que saber para el evento de esta noche.
Tras una larga espera, acentuada por los estragos y contratiempos causados por el coronavirus en Estados Unidos, esta noche estarán cara a cara por primera vez el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump, rivales en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
A un mes de los comicios, la disputa es más que incierta. Desde que en marzo Biden arrasó en las primarias de su partido, el camino quedó allanado para conseguir la candidatura demócrata. Sin embargo, la confianza que su partido ha depositado en Biden, vicepresidente durante los dos mandatos de Barack Obama, todavía no ha estado a prueba. La pandemia obligó a Biden y sus asesores a optar por una campaña virtual, guardando sus arcas para las últimas semanas de la carrera electoral, pero impidiendo mítines y eventos en los Estados en disputa. Para varios observadores, la circunstancia supuso una ventaja inesperada para Biden, quien es un orador discreto y, por lo tanto, no expuso su discurso al escrutinio público durante los últimos meses. Sin embargo, en la Universidad Case Western Reserve, de Cleveland, Ohio, sede del primer debate, su valía se pondrá finalmente a prueba.
En una situación diametralmente opuesta está Donald Trump. Sus intervenciones casi diarias ante los medios, al igual que sus encontronazos frecuentes con sus detractores, le han servido curiosamente de entrenamiento. Pero a pesar del bagaje que ha adquirido en sus casi cuatro años en la Casa Blanca, los analistas coinciden en que el presidente no es un buen ponente. Su estrategia se reduce a los ataques ad hominem, que seguramente utilice esta noche para intimidar a Biden. Si el demócrata cae en su trampa, Trump podría sacar ventaja del enfrentamiento.
Para este primer mano a mano, la Comisión de Debates Presidenciales escogió como moderador a Chris Wallace, periodista de Fox News y abierto crítico de Trump. Como ha revelado la Comisión y el propio Wallace, la jornada de esta noche, dividida en segmentos de 15 minutos, girará alrededor de seis temas clave: 1) el manejo de la pandemia, 2) la economía, 3) la raza, 4) la violencia en las ciudades, 5) la integridad de la elección y 6) la escogencia del nuevo magistrado de la Corte Suprema. SEMANA le explica lo que tiene que saber de cada uno de estos puntos.
1. Los estragos de la pandemia
Para nadie es un secreto que el manejo del coronavirus en Estados Unidos está lejos de lo ejemplar. Con 7,3 millones de casos y más de 210.000 fallecidos, el país se encuentra entre los más golpeados en todo el mundo, avalado en buena medida por las medidas blandas y tardías de Trump durante los últimos meses. El magnate impidió la ampliación de los tiempos de cuarentena, llamando a una apertura total para salvar la economía, aunque con resultados deficientes. En Estados como Florida, el número de contagios no deja de subir, mientras el magnate llama a mantener la calma y seguir con total normalidad.
Los demócratas, incluido Biden, han criticado hasta el hartazgo los manejos de Trump ante la crisis, quien ha desestimado el uso del tapabocas, ha recomendado tratamientos peligrosos y puso en marcha su campaña electoral apenas vio un atisbo para hacerlo. Por su parte, la estrategia de campaña de Biden ha sido cautelosa desde que la pandemia obligó a varios estados a un confinamiento prolongado. El demócrata, de 77 años, pasó la mayor parte de los meses recluido en su casa de Delaware. Como es de esperarse, ha desaprobado por completo las decisiones de Trump durante la pandemia.
Si bien Biden aumentó en las últimas semanas las apariciones en estados “pendulares”, como Wisconsin, Pensilvania y Michigan, sus eventos están estrictamente programados con una interacción ocasional con los votantes. Por su parte, Trump ha programado un evento detrás de otro en varios estados del país. Rezagado en las encuestas frente al candidato demócrata, está bajo presión para aprovechar al máximo las semanas antes de los comicios del 3 de noviembre. Tampoco pierde oportunidad para cuestionar la estrategia más cautelosa de Biden: “Si pierdo contra un tipo que no está haciendo campaña...”, bromeaba en un mitin en Atlanta, agregando: “Este tipo nunca sale. Es terrible, ¿eh?”. Aunque Biden llegara a la Casa Blanca, el daño a la salud pública ya está consumado.
2. Economía en crisis
La bandera de Trump durante su Presidencia había sido la economía. Su apuesta por el proteccionismo, avalada por buena parte de los estadounidenses tras el aumento de la guerra comercial con China, había opacado todas las críticas a otros aspectos de su mandato, como su manejo de las relaciones internacionales o el proceso de impeachment en su contra. Pero la pandemia tumbó la estantería del republicano, demostrando la fragilidad de la economía en Estados Unidos. Trump perdió por completo su principal activo político, con el que había llevado el desempleo a mínimos históricos en décadas, tocando un 3,5 por ciento en febrero. Todo quedó pulverizado por la pandemia, que destruyó millones de puestos de trabajo.
En medio de esta encrucijada, Trump tiene que convencer a sus seguidores de que podrá devolver al país la prosperidad económica de enero. Pero su capacidad para hacerlo está en tela de juicio como nunca antes, tras las revelaciones de The New York Times sobre sus finanzas. Según este medio, Trump pagó solo 750 dólares en impuestos federales en 2016, el año que ganó la Presidencia. También reveló que las empresas de Trump sufren “pérdidas crónicas”, algo que puede resquebrajar su imagen de poderoso hombre de negocios. La exclusiva del diario cayó como una bomba en vísperas del debate. Es probable que Biden trate de meter el dedo en esta llaga, la más fresca de todas las que estarán expuestas esta noche.
3. El problema racial
En paralelo a la escalada de la pandemia en Estados Unidos, explotó una crisis racial sin precedentes en las últimas décadas. El asesinato del afroamericano George Floyd el 25 mayo por parte de un agente de la policía de Mineápolis, Minesota, desató protestas e indignación en todos los Estados. Millones pidieron una reforma seria al cuerpo policial en el país, poniendo sobre la mesa el problema del racismo, un asunto vigente que el país nunca ha logrado saldar.
Los demócratas han reclamado aprovechar la coyuntura para poner en marcha una reforma profunda a la policía, que garantice un tratamiento igualitario para las minorías étnicas del país ante procedimientos de los agentes públicos. Por su parte, Trump ha deslegitimado el movimiento social, catalogando a los policías como los ‘verdaderos héroes’ en todo este asunto.
El ataque a Jacob Blake, otro afroamericano asaltado durante un procedimiento policial en Kenosha, Winsconsin, revivió las crispaciones a finales de agosto. Tras las revueltas en todo el país, los republicanos deslegitimaron el pedido acusándolo de querer desestabilizar a Trump en vísperas de las elecciones. Con las minorías representando un porcentaje clave del electorado, la pulseada entre Trump y Biden por esta población será determinante.
4. La violencia en las ciudades
Tras el desplome de la economía, y con las protestas en su punto álgido, Trump viró su campaña para enarbolar el lema de “ley y el orden”, denunciando regularmente a los “saqueadores” y “anarquistas” del movimiento antirracista. La estrategia parece haber rendido frutos, ya que el magnate ha recuperado puntos en las encuestas, que varios analistas atribuyen a la incertidumbre que las manifestaciones han puesto en el panorama nacional.
Biden tiene que decidir qué hacer al respecto. Alineado con la lucha contra el racismo, el demócrata no puede tomar una posición represora ante las protestas. Pero buena parte del electorado espera que el país retome la normalidad antes de que nuevos episodios de vandalismo y racismo detonen una crisis civil con peores consecuencias. Esta semana, los manifestantes anunciaron, en respuesta a las tendencias represoras de Trump, un día nacional para “convertir las manifestaciones en acción política” el 14 de octubre. La convocatoria podría ser parte del debate y representar un punto de inflexión para Biden y su propuesta para apaciguar la violencia en el país.
5. La integridad de la elección
La preocupación ante las atípicas elecciones del 3 de noviembre está a flor de piel. En las últimas semanas, Trump se ha negado a comprometerse a realizar un traspaso pacífico del poder si es derrotado en las urnas. El magnate ha emprendido una persecución contra el sistema de voto por correo, que ha existido desde hace décadas, para que quienes se encuentren fuera del país no puedan ir a las urnas por enfermedad o lo pidan expresamente. Ante la pandemia, el mecanismo ha sido escogido para facilitar el ejercicio del voto. El presidente compara la votación por correo con el espionaje ruso y dice que podría abrir la puerta a un fraude.
El asunto, que ha provocado indignación dentro de los demócratas, hace temer un agitado conteo de votos y un boicot electoral sin precedentes. Para calmar las aguas ante la insistencia de Trump en desconocer los resultados y cuestionar la integridad de las elecciones, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, aseguró el jueves que “el presidente aceptará los resultados de unas elecciones libres y justas”.
Sin embargo, las elecciones podrían sufrir, de una manera u otra, los estragos de la pandemia, sobre todo para grupos clave para los resultados electorales. Por ejemplo: en estas elecciones hay número récord de latinos habilitados para votar, cerca de 32 millones, que representan un 13,3 por ciento del total. Pero la directora de Participación Cívica del Fondo Educativo Naleo, Juliana Cabrales, espera que menos de la mitad emitan su sufragio. Según ella, “la pandemia está creando obstáculos para el registro de votantes”, ya que muchas veces las inscripciones se materializaban en reuniones y eventos, afectados por las restricciones.
De acuerdo con RealClearPolitics, entre los latinos la ventaja de Biden es clara, con un 65 por ciento de apoyo frente al 36 por ciento del mandatario republicano. En Florida, un estado crucial que otorga 29 votos electorales al vencedor, la ventaja del exvicepresidente es solo del 48,7 por ciento frente al 47,4 de Trump. Pero entre los latinos de Florida es Trump quien lleva ventaja, con 50 por ciento frente al 46 de Biden, debido al fuerte apoyo de los cubanos que celebran el discurso anticomunista del magnate. Cualquier impedimento que afecte sustancialmente a un grupo electoral podría poner en entredicho los resultados.
6. El nuevo magistrado de la Corte Suprema
Tras la muerte de la magistrada Ruth Bader Ginsburg, la Corte Suprema quedó con una vacante a tan solo un mes y medio de los comicios. Trump, conocedor de la importancia de situar a una jueza conservadora en lugar de Ginsburg, anunció rápidamente la nominación de Amy Coney Barrett para ocupar un lugar en el máximo tribunal.
Biden acusó a Trump de querer instalar a una jueza conservadora en la Corte Suprema solo para “eliminar” en plena pandemia el seguro de salud Obamacare. Y exigió al Senado que no se pronuncie sobre la nominación de Coney Barrett antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. “El Senado no debería pronunciarse sobre esta vacante hasta que los estadounidenses hayan elegido a su próximo presidente y su próximo Congreso”, dijo en un comunicado el demócrata.
Con la alta probabilidad de que el Senado, de mayoría republicana, confirme en octubre el nombramiento, temas como la legalización del aborto y el mencionado Obamacare penderían de un hilo. “El presidente Trump intenta desde hace cuatro años echar por tierra” el Obamacare, pero “en dos ocasiones la Corte Suprema ha validado la ley argumentando que es constitucional”, asegura Biden. La disputa por la silla vacía marcará seguramente uno de los momentos clave del debate de esta noche.