MUNDO
Cuatro hechos que marcaron el mundo esta semana
El escándalo de Trump por las acusaciones de su exabogado y la adopción de una nueva ley en Israel que establece a Jerusalén como capital, entre los temas internacionales de la semana.
Acorralado
Esta semana volvieron al debate público dos escándalos que amenazan desde hace meses al presidente Donald Trump. Y la razón de ello tiene nombre y apellido: Michael Cohen. Al principio de la semana, su antiguo abogado filtró un audio en el que se escucha al mandatario aceptar el pago “en efectivo” a Karen McDougal, exmodelo de PlayBoy, para silenciarla sobre su presunta aventura con el mandatario. La grabación paralizó todo Estados Unidos. Parecía que nada iba a salvar a Trump de responder ante las acusaciones. Sin embargo, el viernes CNN publicó una nueva declaración de Cohen sobre la presunta intervención rusa en las elecciones. Según él, su cliente tenía pleno conocimiento de la reunión que se llevó a cabo en la Torre Trump cinco meses antes de las votaciones. En ella, los rusos ofrecieron a los altos mandos de la campaña de Trump y a su hijo Donald Jr. ayudar en la operación de desprestigio contra su rival, Hillary Clinton. En repetidas ocasiones, el presidente declaró que se trató de una reunión sin importancia y, además, que no tuvo conocimiento de ella. “No, no sabía sobre la reunión. No debe haber sido muy importante”. Cohen no solo lo contradijo, sino que aseguró que fue él quien la planeó. Su exabogado es ahora quien lo acusa, y Trump tendrá que dar explicaciones mientras su panorama judicial parece oscurecerse.
Otra vez Juan Carlos
Tiembla la monarquía española. La Fiscalía General de España recibió esta semana unas grabaciones del comisario José Manuel Villarejo que podrían comprometer al rey emérito, Juan Carlos I. Su amiga, la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, le habría confirmado al comisario que el rey participó de intermediario en la construcción del tren de alta velocidad que conduce a La Meca en Arabia Saudí. Su comisión habría sido de 100 millones de euros. Además, el rey habría lavado dinero en Suiza y en Mónaco a través de su primo Álvaro de Orleans Borbón, y habría influido en la suscripción de varios contratos públicos a la empresa de su yerno Iñaki Urdangarin quien hoy está preso. Estas grabaciones podrían destrabar el caso que lleva varios años en veremos, y la nueva fiscal general, María José Segarra, aseguró que verá qué trascendencia legal tienen las grabaciones para “cualquier persona”, incluso el rey.
Estado de judíos y para judíos
La semana anterior, el Parlamento israelí adoptó una nueva ley que define al país como un “Estado nación del pueblo judío”. En una pareja votación, los parlamentarios definieron también a Jerusalén como su nueva capital, y eliminaron el árabe como segunda lengua oficial. Las medidas fueron fuertemente criticadas por varios de los diputados. Según ellos, con esta ley los árabes israelíes quedan definitivamente como ciudadanos de segunda categoría. Las acusaciones de racismo y de xenofobia llegaron de todos los lugares del mundo. Sin embargo, Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, celebró la aprobación de la ley como un triunfo histórico del pueblo judío. A pesar de la controversia que despertó la ley, lo que sí es indudable es que el Estado israelí se acercó, más que nunca, a una teocracia.
El matón de Macron
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Emmanuel Macron, presidente francés, tardó casi una semana en responder a las críticas, luego de la filtración de un video en el que Alexandre Benalla, miembro de su equipo de seguridad, les da una golpiza a dos jóvenes en las calles de París. Los hechos se dieron en medio de una manifestación en la capital francesa. Benalla, a pesar de no ser policía, aparece en el video con un casco de antidisturbios de la Gendarmerie francesa. El hombre también tenía una autorización especial para entrar a la Asamblea Nacional. La sanción de Macron, luego de los graves incidentes, fue sacar del cargo por 15 días a Benalla. Para la prensa francesa, pasó de ser su escolta a su consentido. Las críticas por la leve sanción pusieron a temblar al gobierno francés. Macron, al responderlas, aseguró que se sentía traicionado por Benalla y que él no era su “amante”.