Oriente Medio
Los túneles del infierno: los testimonios del horror que viven los secuestrados de Hamás
De las decenas de israelíes secuestrados por el grupo terrorista Hamás, algunos han contado su experiencia luego de su liberación, mientras se hace un triste símil con lo que vivió el pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial.
Hay un horrible déjà vu en la comunidad judía. A medida que algunos de los secuestrados recuperaron la libertad, las escenas de lo que muchas familias vivieron en la Segunda Guerra Mundial parecen repetirse. Yocheved Lifschitz, una mujer de 85 años secuestrada por Hamás, lo dijo sin rodeos: “Viví un infierno”. Ella quizás fue la primera en relatar con lujo de detalles lo que se padece dentro de la laberíntica red de túneles en la que están escondidos los rehenes de este grupo terrorista.
Su relato quita el aliento y ejemplifica cómo funciona la famosa red de túneles manejada por la organización criminal, que ha sido siempre un misterio. La mujer califica dicho sistema como una telaraña y dice que después de haber sido capturada y golpeada fue llevada a las galerías subterráneas, donde tuvo que caminar entre dos y tres horas. Luego, fue custodiada por los hombres del grupo islámico radical.
Según su relato, buena parte de los más de 200 secuestrados por Hamás debían permanecer en los túneles, donde los alimentaban solamente con queso y pepino, lo mismo que comían los captores. “Se ocuparon de todo detalle, incluyendo mujeres que sabían sobre higiene femenina”, dijo. Asimismo, contó que dormían en colchones en el piso y un doctor los visitaba cada dos o tres días.
Israel, por su parte, ha intentado desmantelar estos túneles, ya que los militares descubrieron puntos de entrada, pusieron explosivos y segaron y neutralizaron dichos sistemas en la Franja de Gaza. Según miembros de Hamás, hay construidos más de 400 kilómetros. Incluso, algunas construcciones permiten el paso de vehículos y motocicletas.
Desafortunadamente para los israelíes, imaginarse a sus compatriotas encerrados en los túneles les trae el recuerdo de lo que vivieron los judíos durante el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial. “Todo esto me recuerda lo que pasamos durante el Holocausto y lo mucho que sufrimos”, dijo Sarina Blumenfeld, de 89 años, a Reuters, quien sobrevivió al genocidio infligido por la Alemania nazi.“
Pasé por el Holocausto y todas las guerras, pero ya no es como antes, el ruido es ensordecedor. También tendremos que acostumbrarnos a esto”, dijo al Jerusalem Post Rivkah Har Arieh, de 92 años, quien indica lo duro que ha sido para los judíos, especialmente para los mayores, volver a vivir una persecución por su religión.
El símil más duro es que tengan que estar encerrados en minúsculos espacios subterráneos, lo cual, para muchos, recuerda cuando los judíos tuvieron que vivir en sótanos, escondidos por años, para huir del exterminio de los nazis. Shelly Feigenblat, trabajadora de la Fundación para el Bienestar de las Víctimas del Holocausto, contó al Jerusalem Post las consecuencias psicológicas para los israelíes que tienen que revivir estos episodios.
“Algunos de ellos ni siquiera quieren ir a un refugio antiaéreo. Están tan deprimidos que no les importa si viven o mueren”, dijo. “Definitivamente, es un desencadenante del trastorno de estrés postraumático. Decir que es peor que los nazis creo que es el peor detonante para un sobreviviente del Holocausto”, manifestó.
Gracias a los testimonios de los liberados, se ha podido saber más al respecto de cómo son los misteriosos túneles infernales, los cuales Hamás no solo usa para resguardarse, sino también para mantener en cautiverio a los secuestrados. Por ahora, el mundo sigue clamando por su liberación, mientras las familias esperan noticias de supervivencia, pues la gran mayoría no tiene ni idea del destino de sus allegados en medio de esta red subterránea.