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“Luchar por el pueblo y ofrecerle alegría”: el dilema de los jugadores iraníes en el Mundial
En el país persa se viven protestas desde hace dos meses contra el régimen islámico que manda en la nación.
Si cantan el himno nacional o si se abstienen, que publiquen mensajes de apoyo a los manifestantes o que tengan una postura más discreta. Los jugadores del equipo iraní que está disputando el Mundial de fútbol no escapan a las críticas en un país que vive una ola de protestas sin precedentes.
Los futbolistas han repetido desde que arrancara el Mundial que están en Catar para “luchar por el pueblo y ofrecerle alegría”, en un momento en el que la República Islámica es escenario de manifestaciones y protestas.
Comenzaron el 16 de septiembre tras la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años, que falleció tres días después de ser detenida por la policía en Teherán por supuestamente violar el estricto código de vestimenta de las mujeres en el país. La posición del ‘Team Melli’ la resumió el seleccionador, el portugués Carlos Queiroz, tras perder 6-2 ante Inglaterra en el primer partido.
“No se imaginan lo que estos chicos han pasado en los últimos días de manera interna, simplemente porque querían expresarse como futbolistas. Digan lo que digan, la gente los quiere matar”, dijo. Si el apoyo en redes sociales o en los partidos (no celebrar los goles o no cantar el himno) fue bien recibido por los protestantes, el panorama cambió tras el encuentro entre Queiroz y sus tropas con el presidente ultraconservador Ebrahim Raïsi, justo antes de viajar a Catar.
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Fractura
La fractura que se abrió, en un pueblo apasionado del fútbol y en el que la selección siempre ha ejercido de enlace entre las diferentes sensibilidades políticas, se sintió contra Inglaterra. Gritos de ‘Libertad, Libertad’ se escucharon en las tribunas repletas de fans iraníes que también gritaron el nombre de Ali Karimi, exjugador del Bayern Múnich, crítico con el poder.
También hubo insultos, aunque no se sabe si dirigidos a la totalidad del equipo o a dos jugadores reputados y próximos al régimen, Mehdi Torabi y Vahid Amiri, que estaban calentando. Según imágenes aparecidas en las redes sociales, varios carteles del ‘Team Melli’ fueron quemados estos últimos días en Irán.
El triunfo 2-0 ante Gales en el segundo partido, que mantiene las opciones del equipo asiático de clasificación por primera vez a octavos del Mundial, no provocó escenas de locura, como suele ocurrir cuando logra una gran victoria. Antes del inicio los jugadores entonaron, sin entusiasmo, el himno nacional, por primera vez desde que comenzó la revuelta en Irán.
Las autoridades se apresuraron a celebrar esta victoria, poniendo de nuevo al equipo en el centro de las críticas y los debates. Las fuerzas antidisturbios, responsables de una represión brutal, también festejaron la victoria en las calles, según vídeos publicados en Twitter.
‘Dilema’
El líder supremo Alí Jamenei señaló en Twitter: “Los jugadores del equipo nacional iraní hicieron feliz a la nación iraní. Que Dios les haga felices”.
“Por un lado, si los jugadores manifiestan, aunque sea de manera silenciosa, su apoyo a la revuelta, se arriesgan a ser reprimidos. Y por el otro lado, hay activistas y gente que se compromete a la lucha, arriesgan su vida en Irán y esperan que ellos sean abanderados y los primeros activistas. No es posible porque serían sancionados por la FIFA. Este es el dilema de los jugadores, por lo que están bajo presión”, señaló Jean-Baptiste Guégan, profesor y especialista en geopolítica del deporte, preguntado por la AFP.
“Están siempre entre la espada y la pared. Hagan lo que hagan, sufrirán las consecuencias. Hay un verdadero riesgo para ellos, si la situación se complica todavía más en Irán”, añadió.
La semana pasada un exinternacional originario del Kurdistán iraní, Voria Ghafouri, fue arrestado por “propaganda” contra el Estado, mientras que la leyenda del fútbol del país Ali Daei, que apoya a los manifestantes, anunció este lunes que ha sido “amenazado”.
Con información de AFP.