Luna roja: esta es la razón por la que el fenómeno se hace cada vez más recurrente

La luna de sangre o luna roja, es un fenómeno natural que muchas vences genera temor debido a que es mencionado en algunos textos bíblicos como una de las señales del apocalipsis o del juicio final, por lo que la actual condición que se vivie en Estados Unidos, por cuenta del efecto derivado de la presencia del humo proveniente de los incendios forestales de Canadá genera especial revuelo.

Lo anterior, debido a que la presencia de la llamada ‘luna roja’, se ha hecho cada vez más frecuente, en medio de un fenómeno que intriga a los ciudadanos de ese país, y que recientemente ha encontrado su ‘por qué’, en la ocurrencia de catástrofes ambientales y forestales en uno de los países fronterizos.

Si bien a los medios de comunicación ha trascendido la situación de emergencia ambiental que ha afectado a grandes ciudades como Nueva York, este fenómeno también está golpeando a otros escenarios de la geografía estadounidense, donde se han comenzado a decretar emergencias ambientales por cuenta de la mala calidad del aire.

Precisamente, han sido los incendios forestales y las moléculas del aire presentes en el humo que se apodera de la atmósfera lo que ha originado este recurrente fenómeno visual, en tanto estas originan que la mayor parte del componente azul de la luz se disperse, permaneciendo entonces el tono cálido, generando que la luna se perciba en colores rojos.

En ese sentido, los expertos han advertido que conforme continúen las emergencias por los incendios forestales en Canadá, y el humo se siga desplazando hacia Estados Unidos, el fenómeno percibido en ese país será más recurrente; situación que también se replica en lugares que en medio de la actual emergencia climática, también viven esa clase de padecimientos derivados ya sea del calentamiento global, o de la mano criminal humana.

Expertos también han advertido que esa clase de fenómenos, ahora derivados y asociados con los incendios forestales, puede ocurrir en otros momentos por cuenta de fenómenos astrológicos como los eclipses lunares totales, los cuales se presentan cuando la tierra se logra alinear con el sol, haciendo que la luna se perciba con ese efecto visual.

Medios locales en Estados Unidos también han referido que, en medio de la actual emergencia, que tiene serias implicaciones en ciudades como Nueva York, donde el puente que conecta a la gran manzana con New Jersey, el George Washington, presenta una visibilidad totalmente nula, despertando un escenario realmente apocalíptico a los ojos de sus habitantes.

En el caso del sol, en medio de la actual emergencia, también se percibirá con colores más cálidos, lo cual también deriva del efecto descrito por cuenta del humo.

Si bien el avance de los incendios forestales se presenta desde hace algunas semanas, este no da luces de terminar pronto, pese a la ingente acción de los cuerpos de emergencia que buscan controlar y mitigar su expansión de manera infructuosa, amenazando incluso con afectar algunas áreas verdes en Estados Unidos.

Se calcula que en Canadá actualmente se encuentran activos cerca de 160 focos de incendios forestales fuera de control.

Los reportes en Canadá muestran que si bien la emergencia inició en territorios de Alberta y Saskatchewan, la emergencia se ha ido desplazando a territorios de Nueva Escocia, y a Quebec.

En el caso de Nueva York, la alerta ambiental ha llevado a que se eleven importantes advertencias, sobre todo para las personas de edad avanzada, y para aquellas que padecen dolencias o patologías respiratorias o cardiacas, en tanto la situación actual puede golpear aún de mayor manera.

A estas personas, el alcalde Eric Adams, les solicitó quedarse en casa, para evitar ser afectados por la dificultad para respirar derivada de la cantidad de humo, mientras que a los otros ciudadanos se les ha pedido la implementación de medidas de protección respiratoria tales como el tapabocas N95 o KN95.

En la madrugada del miércoles 7 de junio, las autoridades ambientales de Nueva York indicaron que la calidad del aire se encontraba en el nivel “muy poco saludable”, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).