Maduro nombró encargado de hospital para covid-19 a cantante de reguetón

El pasado viernes, Nicolás Maduro inauguró de manera virtual el hospital de campaña instalado en el Poliedro de Caracas, con el que se espera atender a 1.200 pacientes afectados por el coronavirus.

El mandatario de venezolano designó al exbeisbolista y cantante de reguetón, Antonio "el Potro" Álvarez, como el encargado de manejar este centro de asistencia médica de emergencia.

“Te encargo la salud del pueblo de Venezuela en el Poliedro de Caracas”, dijo Maduro en la ceremonia.

El Potro es un exbeisbolista y cantante que ha tenido varios cargos gubernamentales durante el tiempo de Maduro como presidente. Fue nombrado a cargo del Ministerio del Poder Popular para el Deporte desde el 9 de enero de 2014 hasta el 28 de abril de 2015. Antes de su nombramiento era el principal dirigente del Instituto Nacional de Hipódromos.

El nombramiento del cantante fue recibido con indignación por parte de la comunidad médica de Venezuela, que se preguntó por qué una persona no relacionada con la sanidad fue elegida para manejar este sitio de atención para la pandemia.

Julio Castro, médico internista e infectólogo de la Policlínica Metropolitana, escribió en Twitter: “El nombramiento del cantante como director del "hospital intermedio" frente a las sugerencias de las academias, es una expresión de lo que tenemos y, lo que es peor, de lo que vendrá si las cosas no cambian drásticamente”.

El médico y diputado en el exilio José Manuel Olivares se expresó en el mismo sentido, al trinar: “¿Qué carajo sabe ‘el Potro‘ Álvarez de manejar una pandemia? Improvisar, en medio de esta crisis se traduce en muertes de médicos, de niños, de venezolanos”.

Mientras tanto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció que dispone de 10 millones de dólares para atender la pandemia de covid-19 en Venezuela, tras un "acuerdo humanitario" suscrito en junio pasado entre delegados del mandatario Nicolás Maduro y del líder opositor Juan Guaidó, anunciaron este jueves Gobierno y oposición.

"A raíz de ese diálogo, que se suscribe a este acuerdo humanitario, hemos tenido la posibilidad de disponer de 10 millones de dólares que son recursos del pueblo", dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez, tras reunirse con Gerardo De Cossio, director de la OPS en el país caribeño.

Por su parte, la diputada Manuela Bolívar, de la unicameral Asamblea Nacional —único poder en manos de la oposición— indicó que, en principio, los recursos se enfocarán en "atender esos estados donde hay repuntes con casos covid-19, como Zulia, Apure, Bolívar, Táchira y el Distrito Capital (Caracas)".

"Todo esto fue posible gracias a la protección de los activos rescatados de la corrupción para poder comprar insumos médicos", declaró Bolívar durante una videoconferencia.

Con aval de EE. UU.

La asignación "contó con el aval del Departamento del Tesoro del gobierno de Estados Unidos, que autorizó el traslado de los fondos a la cuenta de la OPS", indicó la diputada.

Washington, que desconoce la reelección de Maduro en mayo de 2018, al considerarla "fraudulenta", ha entregado a Guaidó, a quien reconoce junto con medio centenar de países como presidente interino, el control de cuentas de Venezuela en Estados Unidos y compañías como la filial de la estatal PDVSA en ese país.

El gobierno de Maduro, en tanto, solicitó a la OPS "hacer uso de esos recursos" para la atención al personal de salud y los pacientes, mediante el "equipamiento de terapias intensivas y de infraestructuras hospitalarias, y medicamentos", añadió la vicepresidenta Rodríguez en declaraciones transmitidas por la televisión gubernamental.

Rodríguez sostuvo que el "acuerdo suscrito" con la oposición ha contado con el respaldo del gobierno de Noruega, cuyos representantes viajaron al país. "El miércoles pasado continuamos los contactos con el gobierno de Noruega", dijo.

Según el Gobierno, Venezuela, con 30 millones de habitantes, suma 158 decesos por covid-19 y se acerca a los 18.000 contagios, pero las cifras son cuestionadas por organizaciones como Human Rights Watch, que las considera poco creíbles.