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Marchas en Guatemala exigen el regreso a ese país de Iván Velásquez
Miles de manifestantes exigieron la renuncia de Jimmy Morales por impedir las investigaciones que adelanta el jurista colombiano, que encabeza una misión de la ONU contra la corrupción.
Miles de estudiantes universitarios y activistas sociales marcharon en la capital de Guatemala para exigir la renuncia del presidente Jimmy Morales, quien mantiene una ofensiva contra una misión anticorrupción de la ONU que ha pedido investigarlo.
La protesta masiva salió desde el campus de la estatal Universidad de San Carlos (Usac), en el sur de Ciudad de Guatemala, y llegó al centro histórico donde se unieron miembros de colegios católicos, sindicatos, artistas, colectivos LGBTI y organizaciones indígenas que rechazan las acciones de Morales.
"No tenemos miedo y los queremos fuera del gobierno", dijo durante la marcha Lenina García, dirigente estudiantil de la Usac, en defensa de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala(Cicig), adscrita a la ONU.
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García señaló que Morales busca sacar a la Cicig "para defender sus propios intereses", luego de que esa entidad y la Fiscalía hayan pedido dos veces quitar al presidente los fueros e investigarlo por sospechas de corrupción en la campaña de 2015.
"¡Jimmy Morales, a los tribunales!" y "¡El pueblo presente no tiene presidente", coreaban los manifestantes al ritmo de tambores y trompetas de plástico, mientras otro grupo hacía estallar petardos; un monigote del mandatario fue quemado frente al Palacio Nacional ante la presencia de decenas de policías.
Morales, un ex comediante de televisión de 49 años, enfrenta un revuelo político luego de anunciar en agosto pasado que no pedirá la renovación del mandato de la Cicig, que desde 2015 junto con la Fiscalía han revelado varios casos de fraude, dos vinculados al presidente.
Además de poner fin a la Cicig, el gobernante prohibió el regreso a Guatemala del jefe de la misión, el exjuez colombiano Iván Velásquez, a quien acusa de sobrepasarse en sus funciones e interferir en asuntos internos. También señala que su presencia es una amenaza a la seguridad nacional.
Pese a que la Corte de Constitucionalidad, la máxima instancia judicial del país, resolvió que Guatemala no le puede vedar el ingreso a Velásquez, el gobierno mantiene firme su postura de que no lo dejará entrar al país.
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Las fibras de la impunidad
La Cicig funciona desde 2007 pero fue hace tres años que de la mano de Velásquez cobró mayor relevancia al destapar con la fiscalía un fraude multimillonario en las aduanas nacionales que alcanzó al entonces presidente Otto Pérez (2012-2015), señalado como cabecilla de la estafa, quien renunció y ahora aguarda en prisión el inicio del juicio.
Desde entonces, y con la ayuda de la Cicig, el Ministerio Público ha acusado por corrupción a importantes empresarios, militares, diputados y otros personajes que eran considerados intocables.
El politólogo Renzo Rosal dijo a la AFP que los "ataques furibundos" desde el gobierno a la Cicig evidencian que Morales se ha convertido en "una caja de resonancia" de sectores que reaccionan contra el ente internacional que tocó "las fibras del régimen de impunidad" en el país.
"El elemento central del régimen del diseño del Estado guatemalteco es un diseño fundamentado en la impunidad desde la época colonial hasta nuestros días. Entonces, tocarlo, significa tocar la médula de un conjunto de agendas de intereses", señaló el experto.
En la marcha, muchos de los manifestantes coincidieron con esa afirmación.
"Él (Morales) lo que está haciendo es protegiéndose", indicó Matilde Ivic, integrante del movimiento de estudiantes de la privada Universidad del Valle de Guatemala, al considerar que el presidente también pretende defender a otros señalados de actos ilegales.
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Una Cicig con dientes
Además de la protesta en la capital, que sumó el cierre de algunos comercios y colegios privados, la prensa local informó sobre manifestaciones en otras ciudades del país para demandar la renuncia de Morales.
La secretaría general de la ONU rechazó el lunes un ultimátum del gobierno para nombrar a un nuevo comisionado, al confirmar a Velásquez en el cargo.
El presidente guatemalteco, que antes apoyaba a la Cicig, ha asegurado que la misión se convirtió en una estructura similar a las que debía combatir y que viola la soberanía del país.
Sin embargo, el analista político Miguel Ángel Sandoval detalló que la postura de Morales es "una defensa de la impunidad" y pretende que la Cicig funcione "solo para taparle el ojo al macho", una frase local en referencia a un trabajo superficial. "Lo que queremos es una Cicig fuerte, con uñas, con dientes. Que vaya a atacar el centro de la corrupción y la impunidad", sentenció Sandoval.