África
Más de 1,6 millones de personas podrían verse afectadas por las inundaciones en Somalia, alerta Unicef
Tras una larga sequía la temporada de lluvias está causando estragos en este país del cuerno de África. Unicef pide ayudas y financiación económica debido a la grave crisis ambiental y alimentaria que se sufre allí.
Naciones Unidas ha indicado este martes que hasta 1,6 millones de personas podrían verse afectadas por las inundaciones en Somalia, que han dejado hasta ahora más de 400.000 desplazados, al tiempo que ha pedido a la comunidad internacional que “no desconecte” a la hora de entregar ayuda humanitaria a los damnificados.
La representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Somalia, Wafaa Saeed, ha detallado que “los aliados humanitarios prevén ahora que, si continúan las lluvias intensas en Somalia y en las tierras altas de Etiopía durante la temporada actual, las inundaciones podrían afectar a hasta 1,6 millones de personas”.
“Ahora es el momento de que la comunidad internacional mantenga su apoyo, lo aumente y no se desconecte”, ha dicho, antes de reseñar que el septiembre de 2022 alertó del “impacto devastador de la sequía en Somalia estaba teniendo en los niños, las niñas y sus familias”.
“Somalia había atravesado cinco temporadas consecutivas de lluvias escasas y se enfrentaba a una sexta temporada. Afortunadamente se ha evitado la declaración de hambruna que se pronosticó el año pasado, y que habría sido una confirmación de nuestros peores temores para los niños y niñas”, ha destacado.
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Sin embargo, ha reseñado que “en una ironía amarga e inesperada, la llegada de las lluvias ha traído miseria para muchos niños, niñas y familias”, antes de detallar el caso de Beledueine, en la región de Hiiraan, donde “las inundaciones han desplazado a casi el 90 por ciento de los residentes”.
“Las familias desplazadas por las inundaciones tienen un acceso limitado a necesidades básicas como alimentos, agua potable y refugio. Algunas de las familias a las que conocí, que actualmente viven en albergues temporales, me dijeron que están acostumbradas a las inundaciones, pero nunca a esta escala o gravedad”, ha destacado.
En este sentido, ha enumerado que “sus casas y letrinas han quedado dañadas, las escuelas y los centros sanitarios cerrados, han perdido sus ingresos diarios, y algunas están volviendo a saltarse comidas o a pedir préstamos en las tiendas”, mientras que “en torno a doce aldeas se encuentran completamente aisladas y sólo se puede llegar en barco”.
“El Gobierno local y las agencias humanitarias, incluida UNICEF, ya están dando apoyo, pero el nivel de necesidades es mucho mayor”, ha dicho Saeed, que ha lamentado que “con tanto sufrimiento protagonizando los titulares de los medios de comunicación a nivel global, la atención del mundo se ha desviado, y esto irá en detrimento de los niños y niñas en países como Somalia”.
“Mientras nos acercamos a junio, el Plan de Respuesta Humanitaria de Somalia solo está financiado en un 26 por ciento. En concreto, el apartado de agua, higiene y saneamiento del plan está financiado en un once por ciento, lo que pone en peligro el suministro de agua potable y saneamiento en un momento de alto riesgo de brotes de enfermedades como el cólera y la malaria”, ha detallado.
Por ello, ha incidido en que Somalia no hace frente únicamente a sequías e inundaciones, sino “a una emergencia climática”. “Las comunidades de Somalia son las que menos han contribuido al cambio climático. Sin embargo, las sequías y las inundaciones son cada vez más frecuentes y más severas y han erosionado los mecanismos de supervivencia de las personas”, ha explicado.
Saeed ha destacado además que “la financiación humanitaria debe anticiparse y ser flexible para abordar las necesidades inmediatas que salvan vidas e ir más allá para fortalecer la resiliencia de las comunidades”. “La financiación humanitaria también debe ir acompañada de inversiones en soluciones a largo plazo y localización”, ha argumentado.
“La comunidad internacional debe ayudar a Somalia a acceder a financiación climática, invertir en medios de subsistencia y promover la adaptación climática, para dar a las comunidades la oportunidad de salir de esta espiral de una crisis humanitaria tras otra”, ha defendido, antes de reiterar que “Somalia y otros países de esta región están a solo una temporada de lluvias fallida de distancia de otra catástrofe humanitaria, y, una vez más, afectará a la vida y el futuro de los niños y niñas”.
Por último, Saeed ha apuntado que “por más desafíos que haya, el éxito en Somalia es posible” y ha puesto como ejemplo el hecho de que en 2022 se evitara una hambruna que amenazó el país. “Las organizaciones de ayuda intervinieron aumentando sus esfuerzos y se evitó la hambruna. Hay imperativos morales y estratégicos para mantener ese éxito”, ha zanjado.
**Con información de Europa Press