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Melanie Hawkes: la mujer con discapacidad que, a sus 43 años, pagó para ‘perder’ la virginidad
La australiana contó que ha estado en silla de ruedas desde los tres años, luego de sufrir un golpe que le derivó en una mielitis transversa.
En Australia, Melanie Hawkes, ha querido que su caso se transforme en una ‘inspiración’ para otras personas con discapacidad que pueden considerar estar inmersas en un sinnúmero de limitaciones. Para ella, tuvieron pasaron cuatro décadas antes de contemplar la posibilidad de cerrar muchas de las barreras que habían marcado su vida.
Uno de sus mensajes es: no importa cuánto tiempo haya pasado cuando se pretende dejar atrás los temores y prejuicios o cuestionamientos alrededor. El nombre de esta mujer se ha convertido en noticia al reconocer que contrató los servicios de un hombre para perder su virginidad, una posibilidad que años atrás no ubicó en sus pensamientos.
En conversación con el medio local 7News, Hawkes reveló desde los dos años padecer mielitis transversa; un padecimiento que, según explica el portal Medline Plus, se origina por la inflamación de la médula espinal. Esta afección se caracteriza porque las señales entre los nervios espinales y el resto del cuerpo se ven interrumpidas.
Así comenzó el cambio en su vida
Con 23 meses su vida cambió para siempre, pues un golpe en la nuca fue el precedente con el cual ha tenido que librar una ‘batalla’ hasta la fecha. El medio australiano reveló que en ese entonces la mujer fue llevada a dormir y, menos de una hora después, cuando despertó, empezaron a ser notorios los cambios: estaba caminando de manera ‘inusual’.
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“Recuerdo haber cantado: ‘Si eres feliz y lo sabes, aplaude’ porque querían mantenerme despierta y mantener lo que podía en movimiento (...). Me colocaron un collarín para evitar más daños en el cuello y pasé las siguientes ocho semanas en la UCI”, dijo a 7News.
Y aunque cuando llegó a la adolescencia, un encuentro íntimo lo situaba lejos de sus ‘propósitos’, el amor no estuvo alejado de su vida, pues conoció a un muchacho cuando hizo un intercambio académico en Japón; pero aseguró que aunque había conexión, era mayor la presión por comentarios de terceros.
Hawkes quiso recuperar el “tiempo perdido”
Melanie Hawkes dijo que, en medio de la asistencia recibida por su condición, un masaje para aliviar el dolor le llevó a experimentar una sensación nueva. Aquella persona que hizo la terapia le sembró un interrogante: “¿Alguna vez has pensado en contratar a un trabajador sexual? (...). Están ahí afuera”, recogió news.com.au.
La idea dio vueltas por su cabeza en más de una ocasión hasta finalmente decidirse y entrar en contacto con un hombre llamado Chayse en un sitio web de ‘acompañantes’. Una de las ventajas encontradas fue la experiencia del individuo con personas en situación de discapacidad. Así empezaron a gestarse encuentros recurrentes, que empezaron con acercamientos graduales.
“Reservar una sesión de servicio completo, como se puede imaginar, es muy intimidante y se necesita mucha confianza para pasar de nunca hacer nada, con nadie a un servicio completo”, dijo Chayse a 7Life, citado por 7News. “Pensé que lo mejor era aprender primero con el tacto y ver qué (la australiana) disfrutaría como mujer antes que nada”, añadió.
Hawkes lamenta no haber tomado la decisión cinco años atrás o, incluso, hace una década; sin embargo, está convencida de que nunca es tarde para empezar, pese al transcurrir del tiempo y su diagnóstico. “Mi cuerpo ya no es lo que solía ser, tengo dolor muscular y todo tipo de cosas a partir de los 40 ahora”.
Su mensaje se centra en que, como cualquier otra persona, quienes padecen alguna discapacidad jamás deben ser segregados si no apoyados y con garantías sobre sus derechos.