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Cinco momentos claves de la migración cubana a EE. UU.

La eliminación de la política de "pies secos, pies mojados" marca un quiebre tras medio siglo de fricciones migratorias entre los dos viejos enemigos de la Guerra Fría.

13 de enero de 2017
| Foto: AP

El presidente Barack Obama pasó página el jueves a décadas de tensión entre Washington y La Habana en torno a la migración, al eliminar el dispositivo que permitía conseguir la residencia a cubanos llegados ilegalmente a Estados Unidos.

Más de dos millones de ciudadanos de Cuba -que actualmente cuenta con 11,2 millones de habitantes-, migraron en el último medio siglo. Casi el 80% de ellos lo hicieron a Estados Unidos, y sobre todo a Florida, 150 km al norte de la isla.

Primeras oleadas

En los tres primeros años después de la Revolución cubana de 1959, casi 300.000 cubanos abandonan de la isla, en la mayoría de casos personas vinculadas con la extinta dictadura de Fulgencio Batista. En esta época, La Habana establece su sistema de permisos de salida indispensables para los candidatos a viajar, y confisca los bienes de los migrantes.

En los años siguientes, las nacionalizaciones y expropiaciones empujan a miles de cubanos al exilio.

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Estados Unidos, deseoso de acoger a los candidatos a la emigración, adopta en 1966 la Ley de Ajuste Cubano, que ofrece facilidades de instalación a los inmigrantes de la isla. Según La Habana, esta ley incita a la emigración salvaje y peligrosa a través del estrecho de Florida, así como el tráfico de personas.

A la emigración "política" de la década de 1960 le sigue una emigración más "económica", de cubanos que huyen de un sistema que les confina a la supervivencia.

Crisis migratorias

En 1980 estalla una primera crisis, cuando 10.000 personas encuentran refugio en los jardines de la Embajada de Perú en su búsqueda del exilio. Fidel Castro abre el puerto de Mariel, 50 km al oeste de La Habana, a los barcos llegados de Florida.

Unas 125.000 personas logran llegar así a Estados Unidos. Fidel Castro aprovecha la ocasión para vaciar cárceles y hospitales psiquiátricos. Desde entonces, Cuba se niega a acoger a los miles de nacionales con antecedentes criminales que Estados Unidos quiere extraditar.

En 1994 se produce otro éxodo, cuando los "balseros" se lanzan al mar a bordo de cualquier embarcación precaria que pueden encontrar o fabricar. Unos 37.000 de ellos logran llegar a Estados Unidos, pero las difíciles condiciones de viaje también dejan miles de muertos y desaparecidos.

Nuevo flujo tras el deshielo

En 1995 se instaura la política de "pies secos y pies mojados", que permite a los migrantes cubanos que llegan a tierra firme estadounidense, aún sin ningún tipo de visa, permanecer y beneficiarse de mecanismos agilizados para obtener la residencia permanente; mientras que los que son interceptados en el mar son devueltos a su país.

Esta política fue suspendida el jueves.

En 2013, una reforma migratoria cubana suaviza las condiciones de viaje y permite a numerosos cubanos transitar legalmente por terceros países, desde los que pueden llegar a la frontera estadounidense. Al mismo tiempo, las autoridades de Washington, admiten cada año a más de 20.000 cubanos.

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Con la reanudación de las relaciones bilaterales iniciada a finales de 2014, se observa un aumento de las salidas, motivadas por el temor -justificado a la vista de la decisión de este jueves- de que se suprimieran los privilegios concedidos exclusivos a los migrantes cubanos en Estados Unidos.

Según el Pew Research Center, que cita datos oficiales estadounidenses, el número de migrantes cubanos que llegaron a Estados Unidos pasó de 24.278 en el año fiscal 2014, a 43.159 en 2015, y a 46.635 en los 10 primeros meses de 2016.

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