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Cenas con langosta, a punto de tumbar a ministro de Francia

A pesar de la polémica molestia que ha el caso que ha suscitado, De Rugy se niega a renunciar. El estilo de vida del funcionario contrasta con la asfixia económica de las clases medias.

13 de julio de 2019
De Rugy se niega a renunciar.

Un ministro francés próximo al presidente Emmanuel Macron ha sido acusado de gastos fastuosos en cenas, obras en el ministerio y una vivienda social. Este se negó este viernes a renunciar, a pesar de estas incómodas revelaciones para el gobierno.

Con fotos, testimonios y documentos, el portal de investigación francés Mediapart reveló haber hallado entre octubre de 2017 y junio de 2018 una decena de cenas que movilizaban cada vez al personal de la residencia del ministro para la Transición Ecológica, François de Rugy, por entonces presidente de la Asamblea Nacional. En cada una de estas veladas se servía langosta, champán y vinos excepcionales salidos de la bodega de la Asamblea a entre diez y treinta invitados, en su mayoría amigos y del círculo de relaciones de la esposa de De Rugy, Séverine de Rugy, periodista de la revista de celebridades Gala, acusa Mediapart. La imagen chocó a Francia, que durante siete meses ha vivido la protesta del movimiento de los "chalecos amarillos", de clases medias y populares, en contra de la presión fiscal y la caída de su nivel de vida.

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Durante una visita del ministro el jueves a Deux-Sèvres (centro-oeste), manifestantes lo recibieron con una langosta de plástico inflable gigante, agitando pancartas con la frase "¿Eran bio las langostas?" y coreando "François, ¡langosta para todos!", según videos. De Rugy, exmiembro del partido ecologista que se unió a la fuerza del presidente Emmanuel Macron, se defendió explicando que esas "cenas informales" formaban parte de un "trabajo de representación" en el marco de sus funciones y negó cualquier "velada fastuosa". Además, y en caso contrario, se comprometió a "reembolsar cada euro cuestionado".  El ministro fue recibido el jueves por el primer ministro Edouard Philippe, y aseguró haber recibido el miércoles el apoyo del presidente Emmanuel Macron. "No tengo absolutamente ninguna razón para renunciar. Se lo he dicho al presidente que no me lo ha pedido en absoluto", insistió el viernes a los medios BFMTV/RMC.

Secador de pelo dorado

Las revelaciones embarazosas no terminan ahí, ya que este viernes el diario francés Le Parisien informó que le esposa del ministro utilizó dinero público para comprar un secador de pelo dorado por un valor de 499 euros (561 dólares), una acusación calificada de "mentira" por De Rugy. El ministro dijo ser víctima de "una máquina lanzada para atacarme". Tampoco negó alquilar un apartamento cerca de Nantes en el oeste de Francia, pero aseguró que el propietario y la agencia inmobiliaria nunca le dijeron que se trataba de una vivienda social. "Nunca en mi vida presenté una candidatura para un apartamento social", aseguró.

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La oficina del primer ministro Philippe afirmó este jueves que pidió una investigación sobre otro informe de Mediapart referido a trabajos de renovación por 63.000 euros (unos 71.000 dólares) en la casa de De Rugy en el elegante distrito siete de París. Fundado en 2008 por el ex editor en jefe del diario francés Le Monde Edwy Plenel, Mediapart ha publicado numerosas historias que han afectado a miembros del establishment y lanzado investigaciones. En un escándalo anexo, De Ruby despidió al jefe de su oficina el miércoles luego de denuncias de que la mujer conservó una vivienda social en París durante doce años mientras trabajaba en otra parte del país. Nicole Klein insistió en que el apartamento era su "residencia principal", pero admitió que no lo dejó por "conveniencia y descuido", en declaraciones al diario Ouest France.

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