Rusia
¿Muerto de miedo? Putin se mostró indeciso e impotente en las primeras horas de la rebelión del grupo Wagner
Nuevos detalles dejan al descubierto que el propio Putin no está seguro de su carácter de todopoderoso “zar” de Rusia.
Informes de inteligencia y seguridad ucranianos, así como de algunas naciones de Occidente, exponen información hasta ahora desconocida acerca de uno de los episodios más apasionantes del panorama internacional en 2023; la rebelión contra el gobierno de Vladímir Putin por parte del ejército paramilitar Wagner, liderada por su propio director, Yevgeniy Prigozhin.
Según las revelaciones, Putin, considerado el todopoderoso nuevo zar de Rusia, mostró una actitud que no se compadecía de esa fama que ha cobrado tras algo más de dos décadas en el poder.
Más bien, aseguran los informantes, aquella mañana del pasado 24 de junio se quedó paralizado e incapaz de tomar alguna resolución.
Por eso no se emitió ninguna orden durante la mayor parte de la jornada, mientras que el resto del mundo miraba incrédulo que semejante grieta estuviese haciendo tambalear a uno de los dirigentes más poderosos y controvertidos del planeta.
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Los informes, a los que tuvieron acceso medios como The Washington Post, señalan que a Putin la sedición no lo tomó por sorpresa, sino que ya había recibido avisos de que Prigozhin conspiraba en su contra.
Ante ello, se dio un refuerzo de la seguridad del Kremlin, sede del poder en Moscú. Para ello, se aumentó el personal de la guardia presidencial y se distribuyeron más armas, pero nada más.
El funcionario de un organismo de seguridad europeo, cuya identidad se mantuvo en reserva por poseer información sensible, señaló que “Putin tuvo tiempo de tomar la decisión de liquidar (la rebelión) y de detener a los organizadores. Luego, cuando empezó a suceder, se produjo una parálisis a todos los niveles. Hubo una consternación y una confusión absolutas. Durante mucho tiempo, no supieron cómo reaccionar”, explicó el informante.
No es la primera vez que queda al descubierto esta aparente falta de firmeza de Putin en el momento en que más la necesitaba.
Días antes de estas nuevas versiones, el director de la CIA, William J. Burns, había comentado que la mayor parte de las 36 horas que duró el motín se caracterizaron por una total falta de consistencia por parte de los militares, los cuerpos de seguridad y los encargados de darles rumbos a las situaciones. “Parecían estar a la deriva”, dijo el jefe del organismo de inteligencia estadounidense.
Una hipótesis que barajan los observadores, es que Putin se sintió temeroso de hacerle frente a un señor de la guerra que él mismo creo.
Prigozhin, recuerdan los expertos, no era un aparecido, sino que, al contrario, había desarrollado un círculo de apoyo al interior del establishment de seguridad del país por una década.
Así mismo, se destacaba como partícipe en las operaciones globales del Kremlin, más exactamente como director de las granjas de trolls, encargadas de propagar desinformación en Estados Unidos.
Antes de convertirse en la cabeza de la vanguardia en la guerra de su país contra Ucrania, Prigozhin además lideró operaciones paramilitares en países de África y el Medio Oriente.
Los analistas creen que la rebelión sirvió para abrir una especie de caja de Pandora que refleja las fisuras en el sistema clientelar, que es uno de los pilares del régimen autoritario de Vladímir Putin, conocido de Prigozhin desde los años 90.
Otro aspecto que ha impresionado a los observadores es el modo en que reaccionaron los funcionarios locales cuando las tropas de Wagner hicieron su entrada en la ciudad de Rostov, donde tomaron el control del principal centro de mando del ejército ruso.
Luego se adueñaron también de la ciudad de Voronezh, donde emprendieron su camino a Moscú, a la que finalmente no llegaron, disuadidos, al parecer, por el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, el gran aliado de Putin.
“Las autoridades locales no recibieron ninguna orden de los dirigentes. Desde nuestro punto de vista, este es el mayor signo de la situación insana dentro de Rusia. El sistema autoritario está formado de tal manera que sin una orden muy clara del liderazgo, la gente no hace nada. Cuando el liderazgo está en caos y desorganizado, la situación es la misma a nivel local e incluso peor”, anotó un alto funcionario de seguridad de Ucrania.