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Mujer se quedó dormida en un sofá y al despertar todo cambió: murió una semana después
La mujer vivía muy feliz y era el alma de su familia, pero después de quedarse dormida su vida cambió por completo.
Eileen Azzopardi, una mujer de 36 años que vivía en Inglaterra y tenía seis hijos, murió de manera repentina una semana después de que se quedara dormida en un sofá. La protagonista de esta historia vivía muy cansada, tenía delirios y confusión. Para ella todo cambió después de que se despertara.
El 31 de marzo será una fecha que quedará marcada para la vida de la familia. Ese día, Eileen le señaló a su hermana que se sentía muy agotada, por lo que, vencida por el cansancio, se quedó dormida en un sofá. Después de la siesta, la mujer empezó a sentir síntomas más severos: cansancio, pérdida de la capacidad mental, falta de energía y no se sentía en lo absoluto motivada.
La hermana la describe como la comediante de la familia, por lo que era muy importante para ellos: “Hacía todo lo posible para hacer felices a todos”. Sin embargo, de manera repentina todo cambió del cielo a la tierra cuando los síntomas empezaron a aparecer sin ninguna explicación y Eileen perdió esa efusividad y felicidad por la que era muy conocida.
Tras algunos días, la joven se volvió a acostar en el respectivo sofá e intentó desbloquear su celular, lo que generó gran preocupación de sus familiares debido a que ya venía experimentando los anteriores síntomas mencionados. Ante esto, decidieron dar aviso a los organismos de emergencia y algunos médicos se presentaron en la vivienda y examinaron a la paciente.
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Eileen fue trasladada de inmediato a un centro médico y recibió una transfusión de sangre, pero esto no resultó y se fue deteriorando de manera rápida en tan solo unas horas. Esto generó preocupación a los trabajadores de la salud, que la pusieron en un coma inducido con el objetivo de realizarle una endoscopia para conocer un poco más de lo que le había sucedido.
La sorpresa fue muy grande, el procedimiento reveló que parte del intestino de la mujer había muerto, por lo que sometieron a la ciudadana inglesa a una cirugía de emergencia, pero finalmente seis horas después falleció, su cuerpo no aguantó y terminó cediendo. Su hermana todavía recuerda su última conversación.
“Le costaba hablar, pero me dijo que necesitaba un cepillo para el pelo. Esa fue la última vez que hablé con ella. Al cabo de unas horas, la pusieron en coma inducido y luego desapareció”, contó.
La familia de Eileen tuvo que tomar una dura decisión, después de mucho discutirlo prefirieron apagar la máquina a la que estaba conectada y darle su último adiós rodeada, tal y como a ella le hubiera gustado. “Fue muy difícil ver a sus hijas derrumbarse emocionalmente”, comentó su hermana.
Pese al triste desenlace, una de las cosas más sorprendentes del caso es que los médicos no pudieron determinar qué enfermedad acabó con la vida de la joven de 36 años, que finalmente partió de este mundo dejando con gran tristeza a su familia y especialmente a sus hijas, quienes todavía no pueden creer lo que pasó con su mamá.