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Multas hasta por 500 euros a quienes tiren tapabocas en la calle

La decisión fue adoptada por la Alcaldía de Roma debido a que en las calles es frecuente ver tirados este tipo de elementos personales.

26 de mayo de 2020
| Foto: AP Newsroom

Quienes arrojen en la vía pública los tapabocas o los guantes usados para evitar el contagio del coronavirus, serán sancionados con multas que van entre 25 y 500 euros, de acuerdo con una norma que fue expedida por la Alcaldía de Roma.

“En estos meses de emergencia sanitaria del coronavirus nuestros operadores ecologistas han denunciado en numerosas ocasiones la recogida de guantes y mascarillas usadas, arrojadas al suelo por personas maleducadas”, lamentó la alcaldesa, Virginia Raggi.

En su ordenanza se establecen hasta el próximo 31 de julio la “prohibición” de abandonar este tipo de objetos de protección en todo el territorio municipal y las mencionadas multas, salvo que el abandono constituya un delito.

En muchas de las calles de la capital y de Italia es frecuente ver tirados este tipo de dispositivos personales, algo que viene siento denunciado por organizaciones ambientalistas.

La alcaldesa apunta que las mascarillas y los guantes deben ser desechados en los contenedores.

Y sostiene que su abandono en el espacio público, sobre todo en este periodo, “constituye no solo un potencial riesgo sanitario”, porque podrían estar infectados, sino también un daño al medioambiente.

La pandemia del coronavirus ha infectado en Italia a más de 230.000 personas, sobre todo en el norte del país, y ha causado la muerte a 32.877 desde el comienzo de la crisis, el pasado 21 de febrero, según los últimos datos de la Protección Civil.

La noticia se conoce en momento en que se anunció que el sitio arqueológico de Pompeya, patrimonio de la humanidad y segundo monumento más visitado de Italia, reabrió este martes sus puertas a los visitantes, según constató un reportero de la AFP.

Para el primer día de apertura, después de dos meses y medio de confinamiento y el cierre de todos los lugares públicos, periodistas y guías pudieron ingresar al inmenso parque arqueológico, valioso por la información que aporta sobre la vida de los romanos hace 2.000 años.

A los pocos turistas que ingresaron les fue tomada la temperatura con un dispositivo y exigido desinfectar las manos con gel.

Con información AFP