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Mundial de Catar: más de 6.500 trabajadores han muerto durante la construcción de estadios y hoteles

El torneo iniciará en noviembre de 2022. No se celebrará a mediados de año, como es tradicional, para esquivar las elevadas temperaturas del verano en el emirato.

12 de mayo de 2021
Al Wakrah Stadium in Qatar. Photo: Sharil Babu/dpa (Photo by Sharil Babu/picture alliance via Getty Images)
El estadio Al Wakrah, en Catar, una de las sedes del próximo mundial. Photo: Sharil Babu/dpa (Photo by Sharil Babu/picture alliance via Getty Images) | Foto: picture alliance via Getty Image

La elección de Catar como sede de la Copa Mundial de la Fifa en 2022 estuvo marcada por una gran polémica, debido a supuestos casos de corrupción y sobornos para que dirigentes de todo el mundo votaran para que el país asiático fuera el anfitrión del torneo. A pesar de que a través de documentos se hicieron públicas varias denuncias, de la renuncia del entonces presidente de la Fifa, Joseph Blatter, y de los procesos judiciales que enfrentar varios dirigentes de la Federación, el emirato rechazó estas acusaciones y continuó con la organización del certamen que se disputará a finales del próximo año, para que no coincida con el verano.

Sin embargo, las construcciones de estadios y hoteles han causado la muerte de al menos 6.500 personas –otros informes hablan de un número mayor de fallecidos– según denunció esta semana la Fundación para la Democracia Internacional a través de un informe titulado Detrás de la pasión.

Mundial Catar 2022. Foto: Getty Images / Christopher Pike
The Official Emblem of the FIFA World Cup Qatar 2022. (Photo by Christopher Pike/Getty Images for Supreme Committee 2022) | Foto: Getty Images / Christopher Pike

En este documento, la entidad afirma que la mayoría de estos decesos corresponden a población vulnerable, mucha de ella proveniente de países como India, Bangladesh, Pakistán, Sri Lanka, Filipinas, Kenia, entre otros, por lo que le han pedido al presidente de la Fifa, el italiano Gianni Infantino, que revise esta situación y se tomen medidas para evitar que más personas mueran en los trabajos relacionados con el Mundial de Fútbol.

Los cálculos de la organización dan una media de doce vidas perdidas por semana desde el 2010, casi el doble de la media de muertes por coronavirus que se han registrado en Catar, que a la fecha reporta el fallecimiento de 516 personas desde que se inició la emergencia sanitaria global.

Los investigadores informaron que los casi 2 millones de migrantes que trabajan en las obras para la cita futbolística, construyen rutas, vías de ferrocarril, estadios, hoteles y centros de convenciones, entre otros.

De estos 2 millones, casi unos 400.000 laboran en el sector de la construcción y la mayoría está obligada a trabajar entre 16 y 18 horas diarias, siete días a la semana, realizando tareas al aire libre y soportando temperaturas que alcanzan hasta los 50 grados.

“Como si esto fuera poco, las viviendas que les proporcionan son espacios reducidos en los que viven hacinados, sin contar con las mínimas condiciones higiénicas” asegura Guillermo Whpei, presidente de la fundación que reveló el informe.

Médicos y organizaciones de medicina explican que cuando el cuerpo trabaja a altas temperaturas, esto genera que el sistema cardiovascular realice un esfuerzo extra, lo que sumado al estrés por calor y al cansancio, produzcan ataques cardíacos fatales y otros problemas cardiovasculares.

La ONG denuncia que aunque el sistema de esclavitud ya ha sido abolido en el mundo, tanto empleadores como el Estado catarí continúan poniéndola en práctica sobre los obreros. “La confiscación de los pasaportes -que los trabajadores entregan firmando un formulario-, las altas tarifas de contratación, las condiciones inhumanas en las que realizan su trabajo y se alojan, el no pago de los haberes en término y las prácticas engañosas de captación siguen siendo habituales en Catar”, denuncia Whpei, sin que la Fifa tome ninguna medida.

Debido a la emergencia del coronavirus, muchos de estos migrantes han quedado atrapados en campos de trabajo y no han podido regresar a sus países, ya sea por el cierre de fronteras, o por la confiscación de sus pasaportes, por lo que viven hacinados, sin salario y con una enorme posibilidad de contraer el virus, lo cual puede terminar siendo una enorme crisis sanitaria.

“Además, a pesar de que se aseguró a los trabajadores que los cierres de la zona industrial no afectarían al pago de los salarios ni a la cobertura de las necesidades básicas, esto no se está cumpliendo” aseguró Whpei.