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Murió el cardenal George Pell, quien fue condenado y absuelto por abuso de menores en Australia
El religioso fue tesorero del Vaticano y un alto mando en Australia.
El cardenal australiano George Pell falleció este martes, a los 81 años de edad, en Ciudad del Vaticano, Roma. Este hombre es reconocido por haber sido condenado en 2019 por abuso de menores y, posteriormente, tras pasar 13 meses en prisión, absuelto de sus cargos.
El arzobispo de Sídney, Anthony Fisher, fue quien confirmó que Pell falleció “en las primeras horas de esta mañana”, sosteniendo que “esta noticia es un gran shock”. “Oren por el descanso del alma del cardenal Pell, por el consuelo de su familia y de todos los que lo amaron y lo lamentan en este momento”, indicó el religioso.
Nacido en una pequeña localidad en el estado meridional de Victoria, Pell llegó más alto en la Iglesia católica que ningún australiano antes que él. Incluso, el antiguo primer ministro conservador del país oceánico, Tony Abbott, lo llegó a definir como “uno de los mejores clérigos que Australia ha conocido”.
Pell, que fue extesorero del Vaticano entre 2014 y 2019 y el clérigo católico de más alto rango de Australia, había sido la figura eclesiástica de mayor rango encarcelada por abuso infantil, aunque rápidamente absuelto por sus crímenes.
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El cardenal, quien mantuvo su inocencia, pasó 13 meses, desde febrero de 2019 hasta abril de 2020, en cárceles australianas antes de ser absuelto de las acusaciones de abuso de menores por el Tribunal Supremo de Australia.
En febrero de 2019, la corte de Melbourne (sur de Australia) declaró al cardenal, de 77 años, culpable de un cargo de agresión sexual y de otros cuatro cargos de atentado al pudor contra dos monaguillos que entonces tenían 12 y 13 años, por unos hechos ocurridos en la sacristía de la Catedral de San Patricio de Melbourne en los años noventa.
El prelado había rechazado inicialmente estas acusaciones y el jurado no había alcanzado una decisión durante un primer juicio en septiembre de 2018, pero fue declarado culpable durante un nuevo juicio el 11 de diciembre. El tribunal de Melbourne adoptó entonces una “orden de supresión”, que prohibía a los medios cualquier mención a este caso, so pena de actuaciones judiciales.
El Vaticano expresó en ese momento su “profundo respeto” por la justicia australiana tras la condena del cardena. “Es una noticia dolorosa que, somos conscientes de ello, escandalizó a muchas personas, no solo en Australia. Como ya hicimos otras veces, reafirmamos nuestro profundo respeto por las autoridades judiciales australianas”, anunció el Vaticano en un comunicado leído por su portavoz, Alessandro Gisotti.
Uno de los monaguillos víctimas de Pell falleció en 2014. El otro dijo en un comunicado en ese momento que el proceso legal es estresante y “aún no terminó”. “Como muchos supervivientes, he experimentado vergüenza, soledad, depresión y dificultades. Como a muchos supervivientes, me llevó años comprender el impacto que tuvo en mi vida”, fueron las palabras de la víctima, que no fue identificada públicamente.
A las puertas de la corte, el día de la condena, defensores de otras víctimas de abusos recibieron a Pell con gritos de “monstruo” y “púdrase en el infierno”. Su condena representó un nuevo golpe para la Iglesia, apenas dos días después del cierre de una histórica cumbre sobre pederastia en su seno.
Pell negó durante décadas haber cometido u ocultado abusos sexuales, pero reconoció haber “metido la pata” al lidiar con los curas pederastas en el estado de Victoria. Una comisión real que investigó los abusos a menores dijo en un informe el año pasado que decenas de miles de niños fueron víctimas de abusos sexuales en iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas de Australia durante generaciones, en un país en el que una de cada cinco personas son católicas, unos cinco millones en total.
*Con información de Europa Press y AFP.