MUNDO
Nayib Bukele, el ‘salvador’ de El Salvador
El presidente del país centroamericano, según las encuestas, goza de una gran popularidad que ha llegado al 90 %. La guerra contra las pandillas, la apuesta por el bitcóin y resultados tangibles han sido las claves de su éxito.
Nayib Armando Bukele Ortez, presidente de El Salvador, de 41 años, que llegó al poder por la Gran Alianza por la Unidad Nacional, ha captado la atención mundial por su gestión al frente del país centroamericano.
Cuando va en el cuarto año de su mandato, las encuestas muestran que los salvadoreños apoyan de manera decidida a Bukele.
En reportes recientes, el Centro de Estudios Ciudadanos, de la Universidad Francisco Gavidia, ha dicho que su popularidad ha llegado hasta el 90 %, una cifra sin precedentes y difícil de lograr en una sociedad escéptica por naturaleza frente a sus líderes políticos y con históricas necesidades insatisfechas.
Pero Bukele ha logrado, a su estilo, interpretar lo que la gente necesita en los últimos tres años. Una combinación de mano dura contra las pandillas, resultados tangibles en diferentes áreas y una apuesta inédita por la famosa moneda digital del bitcóin han catapultado y proyectado la imagen internacional de este empresario que le dio un vuelco a la política salvadoreña.
Los resultados saltan a la vista. Como él mismo lo destacó, hasta hace poco era “impensable” que en El Salvador no ocurrieran homicidios, siendo uno de los países con la mayor tasa a nivel internacional.
En 11 días de agosto, no se registró un solo homicidio. El indicador es apenas el reflejo del éxito de su política contra las pandillas. De acuerdo con las cifras oficiales, los presos señalados de pertenecer a dichas organizaciones criminales aumentaron de 16.000 a 66.000. Casi el 70 % es acusado de pertenecer a la Mara Salvatrucha (MS-13), la de mayor presencia en el país, seguido por las facciones Sureños (17,7 %) y Revolucionarios (12,7 %) de la pandilla Barrio 18.
El restante lo concentran las pandillas Mao Mao, MS503, Máquina y Mirada Locos Sureños. Según la última estimación del Gobierno, esas bandas tienen 76.000 miembros, entre presos y libres.
Para contener la ola de violencia de las pandillas, Bukele logró una reforma del Código Penal para castigar a los pandilleros con hasta 45 años de cárcel. Así mismo, avanza el proyecto para levantar un monumental centro de detención que puede alojar hasta 40.000 pandilleros en un área rural del país.
Bukele se ha puesto como meta una especie de reconstrucción de un país que fue azotado por una cruenta guerra civil de más de diez años que finalizó en 1992 y que dejó a millones en la pobreza y sin otra opción que migrar, principalmente hacia Estados Unidos.
Bukele entendió que la primera tarea debía estar en la seguridad y por eso puso a miles de soldados a patrullar las calles, bajo un régimen de excepción que algunos expertos han criticado pero otros han apoyado y calificado como una medida “audaz” contra las pandillas.
Esa guerra frontal contra las pandillas tiene respaldo popular, y ocho de cada diez salvadoreños la respaldan, según un reporte de la jesuíta Universidad Centroamericana. Los homicidios vienen a la baja. Se pasó de 2.389 en el 2019 a 1.147 en el 2021, por ejemplo.
Además de la seguridad, Bukele ha centrado su gestión en el terreno económico. Justo hace un año, en septiembre de 2021, el bitcóin fue aceptado por su gobierno como moneda de curso legal junto al dólar. Así mismo, el presidente está con el ojo puesto en un préstamo con el FMI por 1.3000 millones de dólares para sanear las maltrechas finanzas salvadoreñas y emitir bonos bitcóin por 1.000 millones de dólares.
El proyecto del bitcóin apunta a bancarizar a una población que está por fuera del sistema. Bukele es consciente de la volatilidad de la moneda y se ha arriesgado. Creó la billetera electrónica Chivo, y concedió el equivalente a 30 dólares a cada usuario. Hasta enero la aplicación tenía cuatro millones de descargas, según el propio mandatario, en un país de 6,6 millones de personas y con una diáspora de tres millones, principalmente en Estados Unidos.
Bukele buscaba que las remesas que los salvadoreños en el extranjero envían al país, que representan 28 % del PIB, se canalizaran más por Chivo y menos por las agencias tradicionales, que cobran comisiones más altas.
En septiembre de 2021 el bitcóin rondaba los 45.000 dólares. Tras las primeras compras de El Salvador la moneda llegó a 68.000 dólares en noviembre. Entonces Bukele aseguró que utilizó las ganancias para la construcción de una veterinaria pública.
Luego anunció su plan para construir la Bitcoin City, una ciudad próxima al golfo de Fonseca que funcionaría con la energía térmica de un volcán. Para edificarla, emitiría unos mil millones de dólares en bonos bitcóin.
El mandato de Bukele es por cinco años y ahora la gran duda es si se reelegirá, teniendo en cuenta que la Corte Suprema ya avaló esa posibilidad hace un año.