El Salvador
Nayib Bukele habla de la guerra contra el diablo: así eran los actos satánicos y el sacrificio de bebés de las pandillas en El Salvador
En su esperada entrevista con Tucker Carlson, Nayib Bukele habló de un aspecto desconocido de su gestión: el lado satánico de las pandillas. Así cuenta que ha librado esa “batalla espiritual”.
Cuando Tucker Carlson entrevistó a Javier Milei, la historia de X tuvo una especie de punto de quiebre. La red social en la que se mueve la política de América Latina con furor vivió un pico sin precedentes. En tan solo 12 horas, la conversación de la polémica exestrella de Fox con el líder de Argentina tuvo más de 300 millones de vistas en las primeras 12 horas y desde allí se convirtió en una de las entrevistas más vistas de la historia.
Por eso, cuando el mismo Carlson anunció que iría a hablar con Nayib Bukele, la expectativa era mayúscula. “Vine porque creo que aquí pasa algo extraordinario”, le dijo el periodista al mandatario de El Salvador al comenzar la charla.
Carlson es uno de los entrevistadores más agudos y ponzoñosos del mundo. Es experto en producir lo que se conoce como golpes de efecto y nada de lo que hace pasa desapercibido. Con Bukele, Carlson no se contuvo en elogios y lo presentó como el “líder electo más popular del mundo”.
La entrevista comenzó, por supuesto, con la historia de cómo El Salvador pasó de ser uno de los países con mayor criminalidad del mundo a uno de los más seguros. Bukele aseguró que había dos respuestas para eso: la “oficial” y la “real”. Para la primera, contó cómo se había hecho un plan por etapas que muchas veces fue atacado por las maras. Y cuando Carlson le preguntó cuál era la verdad entonces, él apenas contestó: “Un milagro”.
Por primera vez, Bukele esgrimió con detalles la tesis de cómo él ve su gobierno. Aseguró que el poder es “buscar la sabiduría de Dios”. Y luego detalló cómo su fe había guiado toda su lucha. “Era una tarea imposible, porque había que ir tras ellos y estaban entremezclados con la población en todas partes y matando al azar. Intentamos descubrir qué hacer y dije: ‘Estamos ante una misión imposible’. Entonces oramos”, narró.
Agregó que esas organizaciones mataban a “cualquier persona para generar terror”, y fue enfático en aclarar que su Gobierno nunca ha tenido “intención de atacar a nadie más que a los pandilleros”.
El líder de El Salvador explicó de manera clara lo que piensa de las maras. Las presentó como un engendro del diablo y así las combatieron. “Hay una guerra espiritual y una guerra física. Si ganas la guerra espiritual, se reflejará en la guerra. Nuestra impresionante victoria se debió a que ganamos la guerra espiritual muy, muy rápido”, explicó.
Los detalles que dio de la forma cómo, según él, operaban las temibles maras, impresionaron. “A medida que iba creciendo la organización, se volvió satánica. Empezaron a hacer rituales satánicos”, dijo. Por ejemplo, narró cómo, cuando comenzaron los operativos y llegaron a las casas y centros de operación de los grupos criminales, encontraron altares y rezos.
También contó detalles espeluznantes de los relatos que él ha escuchado de los pandilleros en la cárcel. Por ejemplo, una vez, uno de ellos detalló cómo había llegado a asesinar a los miembros de una familia. Pero una vez en este hogar, se dio cuenta de que había un pequeño bebé. El hombre paró en seco y les dijo a sus compañeros de banda que no podían sacrificar a un niño. Y ellos le contestaron: “La bestia pidió un bebé y hay que dárselo”. El pandillero, que había matado a decenas y había perdido la cuenta de sus víctimas, decidió abandonar el grupo criminal.
Bukele planteó así como ve su lucha: una especie de guerra santa. “Ganamos la guerra espiritual muy fácil. No había competencia. Eran satánicos. Eso lo hizo más rápido”. Y se ufanó de sus logros: “Somos más seguros que cualquier otro país del hemisferio occidental, y si yo hubiera afirmado esto cinco años atrás, me hubieran dicho que estoy loco. Este era, literalmente, el país más peligroso del mundo”.
Con esa entrevista, el mandatario estrenó su segundo periodo presidencial, del cual se posesionó el pasado domingo. Dejó ver que seguirá dando de qué hablar por mucho tiempo más.