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Netanyahu asegura que no cederá a las presiones de Hamás para un cese al fuego, pese a masivas manifestaciones en Israel
El mandatario israelí respondió a las presiones internas e internacionales que le piden llegar, lo más rápido, a un acuerdo con el grupo islámico.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, avisó de que no cederá a las presiones para concluir un acuerdo que permita liberar a los rehenes cautivos desde octubre en Gaza, y reiteró que pretende mantener la presión militar sobre el grupo terrorista palestino Hamás. Los rehenes fueron secuestrados y llevados a la Franja de Gaza en un ataque sin precedentes de Hamás el 7 de octubre contra Israel.
Tras esto, la represalia israelí dejó decenas de miles de muertos en el asediado territorio palestino, que este martes fue blanco de nuevos ataques. El hallazgo de los cuerpos de seis rehenes en un túnel de Gaza, anunciado el domingo, sacó el lunes a miles de personas a las calles y desencadenó una huelga general en Israel, en un intento de incrementar la presión para que el Ejecutivo alcance un acuerdo con Hamás.
Miles de personas se manifestaron en Tel Aviv y Jerusalén, y una huelga general fue seguida en varias ciudades del país. Tras pedir públicamente “perdón por no haber devuelto con vida” a los seis rehenes encontrados muertos, Netanyahu acusó el lunes por la noche a Hamás de haberlos “ejecutado” con una “bala en la nuca” y prometió que el movimiento islamista pagará “un precio muy alto”.
“No cederé a la presión (...) Nadie está más comprometido que yo con la liberación de los rehenes. Nadie puede darme lecciones sobre esto”, dijo en una conferencia de prensa en Jerusalén. “Ahora debemos ejercer la máxima presión sobre Hamas”, que “debe hacer concesiones”, agregó el primer ministro Netanyahu en su discurso.
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En este contexto, reafirmó la necesidad de que Israel mantenga el control del corredor Filadelfia, a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto, un escollo en las negociaciones. De igual manera, desde hace meses, Catar, Egipto y Estados Unidos (mediadores en el conflicto) intentan convencer a Hamás e Israel de cerrar un acuerdo de alto el fuego que incluya la liberación de rehenes y de prisioneros palestinos detenidos por Israel.
“El control del corredor de Filadelfia garantiza que los rehenes no hayan sido sacados de contrabando de Gaza”, afirmó Netanyahu. El movimiento islamista, sin embargo, reclama que todas las fuerzas israelíes salgan del territorio palestino.
Abu Obeida, portavoz de las brigadas Ezzedine Al Qassam, el brazo armado de Hamás, advirtió que los rehenes que siguen retenidos en Gaza regresarán “en ataúdes” si Israel mantiene su presión militar “en lugar de cerrar un acuerdo”. El diario Haaretz, considerado de izquierdas, escribió: “Netanyahu quiere sobre todo proteger su posición política. Está tratando de mantener su coalición, que podría colapsar si se llega a un acuerdo sobre Gaza”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cuyo país es el principal aliado de Israel, criticó el lunes al primer ministro israelí por no hacer lo suficiente para llegar a un acuerdo con Hamás. Netanyahu dice que quiere continuar la guerra hasta la destrucción del grupo, que tomó el poder en Gaza en 2007, y es considerado un movimiento terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
La guerra se desencadenó el 7 de octubre cuando un ataque de combatientes de Hamás en Israel provocó la muerte de 1.205 personas, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes. Además, los combatientes islamistas secuestraron a 251 personas: 97 continúan retenidas en Gaza y 33 murieron, según el ejército israelí.
En respuesta al ataque, Israel prometió destruir Hamás y lanzó una vasta represalia que ya ha dejado 40.819 muertos en el territorio palestino, según el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, y el desplazamiento de casi la totalidad de los 2,4 millones de habitantes del territorio palestino.
*Con información de AFP.