Venezuela
Nicolás Maduro sigue oprimiendo a la oposición a una semana de las elecciones. Así son las amenazas y la guerra sucia del régimen
A una semana de las elecciones en Venezuela, el ambiente está más tenso que nunca. Maduro amenaza al país, mientras que la represión contra los opositores sigue siendo pan de cada día.
El próximo 28 de julio tendrán lugar los comicios presidenciales en Venezuela, todo en medio de un tenso ambiente marcado por el régimen de Nicolás Maduro, que, tras 12 años en el poder, está haciendo todo lo posible para aferrarse al poder en el vecino país, sabiendo que ha perdido respaldo popular y quien lo ha ganado es el candidato opositor, Edmundo González. Sin embargo, sus allegados políticos están siendo amenazados por la dictadura.
La situación para Maduro y su séquito se ha complicado: además de haber suscitado una crisis humanitaria y económica sin precedentes en el país, Edmundo González, el candidato de la oposición, ha venido ganando espacio, a pesar de haber llegado tarde al proceso electoral porque entró en reemplazo de María Corina Machado, luego de que el mismo gobierno chavista evitara la candidatura de esta influyente figura política venezolana, a pesar de triunfar en las primarias de los movimientos alternativos al régimen.
Las encuestas se han convertido en la radiografía de lo que está pasando. El más reciente sondeo de CRC Consultores señala que Edmundo González tiene una intención de voto del 59,6 por ciento frente al 12,5 por ciento de Nicolás Maduro. La diferencia de 47 puntos porcentuales es una muestra de la gran distancia y poca popularidad que tiene el mandatario venezolano, que mediante otras herramientas busca quedarse en el Palacio de Miraflores.
Directamente, Maduro tiene que amenazar a la población venezolana para intentar recoger votos, diciendo que en caso de que no se le elija, el país pagará las consecuencias. “El destino de Venezuela en el siglo XXI depende de nuestra victoria el 28 de julio. Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida, producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”, dijo el mandatario venezolano.
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“Ha ido aumentando en las últimas semanas la narrativa del régimen en lo que dicen y el tono en que lo están haciendo. Hace unas semanas decía que en Venezuela se estaba orquestando un golpe. Y estas narrativas son muy peligrosas. En estos días podrían hacer maniobras para evitar llegar al 28 de julio. Es la primera vez en mucho tiempo que realmente, a pesar de tener toda la institucionalidad a su favor y cometer fraude con facilidad, ven otra vez la efervescencia y la esperanza de la gente”, le dice a SEMANA Nastassja Rojas Silva, profesora de la Universidad Javeriana.
Las graves advertencias del dictador venezolano son aún más preocupantes después de que dijera que solo su victoria garantiza una paz en la nación. “Mientras más contundente sea la victoria, más garantías de paz vamos a tener. Mientras más contundente sean los votos, más garantías de futuro les vamos a garantizar a estas niñas, a estos niños”, dijo el mandatario en un discurso de campaña.
A pesar de las encuestas, que lo ponen en una situación desfavorable, Maduro asegura que espera que en las elecciones haya unos “resultados irreversibles” para su tercera reelección en el mandato. Todo esto ha encendido las alertas en la oposición, que ve posible que el dictador venezolano tome nuevamente acciones por fuera de la ley para permanecer en el poder o que desconozca los resultados de las elecciones del próximo domingo.
“Siempre va a haber riesgo de que Maduro quiera quedarse en el poder. Ese riesgo está relacionado con la posición que tenga la Fuerza Armada Bolivariana, que depende si se pone del lado de los resultados electorales o del lado de Maduro. También hay que ver cómo actúa Estados Unidos, que está en los procesos de negociación. Pero una llegada de Trump podría entorpecer eso, mientras que con una muy poco probable reelección de Biden se esperaría ver cómo serían los términos de la forma en que Maduro dejaría el poder”, explica Manuel Camilo González, profesor de la Universidad Javeriana, sobre los peligros de que el dictador se quede en Venezuela.
De la palabra a la acción
Al no poder competir en democracia, el aparato gubernamental venezolano, encabezado por Nicolás Maduro, ha estado reprimiendo por meses a los movimientos opositores. Además de no permitir participar en las elecciones a María Corina Machado y a su reemplazo, Corina Yoris, el régimen tiene detenidos a más de 300 presos políticos, según las cifras de la asociación Foro Penal.
Esta semana, nuevamente el régimen mostró su peor cara. El miércoles en la mañana, el partido de María Corina Machado, Vente Venezuela, denunció que el jefe de seguridad de la líder opositora, Milciades Ávila, fue detenido de manera ilegal por las fuerzas de seguridad de la dictadura venezolana. “Hoy en la madrugada, funcionarios del régimen ingresaron a la fuerza a la vivienda donde se encontraba, violando todo procedimiento legal”, publicó en X la cuenta del movimiento político. Se conoció que el Gobierno supuestamente lo acusa de violencia de género.
Además, el jueves la misma líder opositora denunció un atentado en su contra. “Usaron aceites para dañar nuestros vehículos. Lo más grave es que son dos camionetas. Vaciaron todo el aceite del motor. Y al otro vehículo les cortaron las mangueras de los frenos”, sostuvo en un video que publicó en X. “Es un atentado a la vida de quienes utilizamos estos vehículos”, dijo María Corina Machado, solo horas después de la amenaza de baño de sangre de Maduro.
Por su parte, Edmundo González reaccionó frente al atentado denunciado. “El amedrentamiento contra María Corina Machado y las recientes detenciones de 72 ciudadanos y activistas de nuestra campaña son actos de cobardía intolerables que atentan contra el desarrollo del proceso electoral”, aseguró el candidato y también pidió a las autoridades y a la comunidad internacional velar por la seguridad de los opositores.
“La persecución a los miembros de la oposición forma parte de las estrategias de campaña, esto con el objetivo de fragmentar a la oposición y generar temor en la participación en la ciudadanía. Si un líder político es perseguido o limitado, ¿qué le puede pasar a un ciudadano común y corriente? El miedo que se genera es muy fuerte y a esto le apuesta el régimen. No es la primera vez que lo hace, pero en este escenario los métodos de persecución y de constreñimiento del voto son mucho más fuertes”, cuenta a SEMANA Ronal Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina, pero el chavismo intenta de manera desesperada arañar votos que le permitan mantenerse en el poder en Venezuela, a costa de la ciudadanía, que añora un cambio urgente. Dentro de las estrategias usadas también están las teorías conspirativas: se ha difundido que Edmundo González tiene una falsa enfermedad terminal, que la oposición está buscando hacer un apagón para cometer fraude o que se planea un golpe de Estado con colaboración de Estados Unidos.
La represión, la falta de veeduría internacional para la votación, el posible fraude, la invisibilización y la detención de los opositores muestran el desespero que tiene el régimen de Maduro.
A pesar de estar en su estadio, con jugadores de más y con los árbitros que podrían favorecerlo, Maduro aún puede perder el partido contra Edmundo González y María Corina Machado, que siguen peleando contra todo por una nueva Venezuela lejos de las manos de la dictadura.