Álex Saab, Nicolás Maduro y Camila Fabri
Álex Saab, Nicolás Maduro y Camila Fabri | Foto: composición SEMANA

MUNDO

Nicolás Maduro tiene en sus manos a la esposa y a las dos hijas de Álex Saab para que no hable en EE.UU.

Aunque han dicho que Saab fue “secuestrado” por EE. UU., en realidad el que lo tiene secuestrado es Maduro, a través de su familia.

19 de octubre de 2021

Desde el 12 de junio de 2020, cuando Álex Saab cayó detenido en Cabo Verde, el régimen venezolano ha hecho de todo para evitar que cuente en Estados Unidos lo que sabe. Saab iba rumbo a Irán en nombre de Nicolás Maduro cuando fue sorprendido con una orden de captura expedida por una corte federal que lo buscaba por todo el mundo. De inmediato, Venezuela alegó que se trataba de un ciudadano con estatus diplomático y empezó una campaña mediática internacional para liberarlo.

Nicolás Maduro se jugó su carta más fuerte al nombrar a Saab como representante de su régimen en la mesa de conversación con la oposición en México. Nada de eso sirvió. El barranquillero, acusado de ser el testaferro de Maduro, terminó siendo extraditado y puesto a disposición de un juez de Miami.

Entre lágrimas, su esposa, Camila Fabri, apareció en escena en una declaración desde Venezuela. “Nosotros somos y siempre hemos sido una familia muy unida y, como él está secuestrado, nosotros también lo estamos como familia”, dijo. Y además, agregó que Saab no cooperará con absolutamente nada en Estados Unidos.

Todos los funcionarios más importantes del régimen venezolano se han pronunciado agresivamente tras la extradición de Saab, incluido Maduro, quien está temblando. En realidad lo que habría detrás es una presión pública a Saab para que no abra la boca. Para ello, han usado la imagen de la esposa de Saab y de sus hijas menores de edad que están en su poder. Las tres están en Venezuela, para controlar al controvertido empresario colombiano. Si habla, ¿qué pasará con su familia?

Saab tiene todos los secretos de los negocios sucios de Nicolás Maduro y su régimen: los CLAPS, el oro, el petróleo, el carbón y por supuesto la compra de misiles a Irán. Si Saab “se porta bien” y no habla, su familia estará “protegida”. De lo contrario, sin duda, podrían sufrir las represalias y persecuciones del régimen.

Ahora Álex Saab está preso en EE. UU., en una cárcel federal, vestido de naranja, y en días cruciales donde deberá decidir si colabora y cuenta toda verdad sobre Maduro, o si por el contrario decide callar y quedarse en la cárcel el resto de su vida. Su familia, en todo caso, seguirá secuestrada por Maduro.

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