PRESIDENCIALES
Nicolás Sarkozy, a merced de derecha e izquierda
Francois Hollande tiene la oportunidad de obtener la presidencia de Francia para el Partido Socialista por primera vez en un cuarto de siglo y sacar del cargo a Nicolás Sarkozy.
Tras lograr el primer lugar en la primera ronda de las presidenciales este domingo, Hollande deberá derrotar a Sarkozy en la segunda vuelta programada para el 6 de mayo. Ambos candidatos dependerán en buena medida de cómo se comporte el voto de la extrema derecha.
El domingo el candidato socialista obtuvo el 28,46% de los votos frente al 27,06% de los obtenidos por el aspirante a la reelección Nicolás Sarkozy, de acuerdo con datos suministrados la noche del domingo por el Ministerio de Interior tras ser escrutado el 95% de los sufragios.
Apenas se conocieron los primeros resultados extraoficiales de la jornada se reactivaron las encuestas de opinión para tratar de determinar quién ganará en la segunda ronda.
Según casi todos los estudios, Hollande es el favorito para imponerse, aunque para garantizarlo deberá competir con Sarkozy por el favor de los votantes de la extrema derecha y la extrema izquierda, que representaron un tercio de la votación del domingo.
Por eso, con el histórico tercer lugar obtenido, los nacionalistas del Frente Nacional, de Marine Le Pen, podrían convertirse en el fiel de la balanza que determine quién será el próximo presidente de Francia.
Hollande con ventaja
Según los resultados oficiales, la participación fue del 80%, lo que derrumbó la tesis de algunos que estimaban que la campaña no había logrado activar el interés público. Sin embargo fue inferior al histórico 84% registrado en 2007.
Los sondeos de opinión, que empezaron a hacerse apenas se empezaron a conocer las tendencias de la primera vuelta, indican que Hollande derrotaría a Sarkozy con 54% de los votos, frente a 46% del actual presidente.
De acuerdo con la agencia encuestadora IFOP, el 48% de los que votaron por Le Pen se inclinarían por Sarkozy en la segunda vuelta, mientras que el 31% votaría socialista.
Otra empresa de estudios de opinión, OpinionWay, estima que el 39% de quienes votaron por el Frente Nacional lo harán por el presidente, mientras que el 18% apoyará a Hollande.
El candidato de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, quien obtuvo un 11,75% de los votos (un resultado decepcionante para sus seguidores) llamó a la unidad de la izquierda para sacar a Sarkozy del poder.
Le Pen no ha ofrecido aún su apoyo a ninguno de los contrincantes y dijo que dará su opinión al respecto el primero de mayo.
El debate que viene
Hollande podría convertirse en el primer presidente de izquierda desde Francois Mitterrand, quien cumplió dos mandatos entre 1981 y 1995. Entonces los períodos presidenciales eran de siete años. Hoy son de cinco.
"Primero, hoy soy el candidato mayor posicionado para convertirse en el próximo presidente de Francia", dijo Hollande en un mensaje a sus seguidores reunidos en Tulle, localidad rural del centro del país de la que fue alcalde hasta 2008.
"La primera vuelta fue un castigo y un rechazo al aspirante a la reelección", dijo Hollande retomando la estrategia de achacar la mala marcha de la economía francesa a las políticas de Sarkozy.
Aunque Sarkozy no llegó a reconocer ese "voto castigo", al dirigirse a sus partidarios reunidos en el comando de campaña en el centro de París, el presidente dijo "entender" lo que llamó "esas ansiedades, este sufrimiento", en referencia a la incertidumbre económica que agobia a muchos franceses.
Además, el mandatario presentó un desafío a Hollande a realizar tres debates televisados en las dos semanas que quedan de campaña, algo a lo que el socialista se negó diciendo que el único careo que está programado será suficiente.
Entre las "ansiedades" a las que hacía referencia el mandatario está la preocupación de algunos por el continuo ingreso de inmigrantes, que algunos ven como potenciales competidores por escasos puestos de trabajo.
Ese ha sido un punto de la campaña del Frente Nacional, por lo que algunos consideran que se trata de un guiño que oficializa el inicio del cortejo político por los votos de la extrema derecha.
Mejor que nunca
La expectativa se centra ahora en la directriz que dé Marine Le Pen a sus seguidores del partido de derecha nacionalista, Frente Nacional.
"La batalla de Francia apenas empieza (…) Hemos roto el monopolio de dos partidos. Nada será como era antes", dijo el domingo Marine Le Pen a sus simpatizantes reunidos en la sede del partido en Paris.
La enviada especial de la BBC a las elecciones francesas, Katya Adler, explica que el 16% del Frente Nacional es el mejor resultado obtenido por los nacionalistas franceses en su historia.
"Incluso mejor que cuando su elocuente fundador, Jean-Marie Le Pen, logró pasar a la segunda vuelta hace diez años" y fue derrotado por el aspirante a la reelección Jacques Chirac gracias a la unificación de las fuerzas de centro e izquierda en apoyo al entonces presidente.
Adler explica que el desempeño de los derechistas es visto como una gran victoria para Marine Le Pen, quien ha tratado de suavizar la imagen de racista que algunos atribuían a la organización fundada por su padre.
Aunque Adler asegura que la gente de Le Pen está desilusionada con el tercer lugar obtenido, "dicen que nadie puede dudar ahora que el Frente Nacional es un jugador importante en la escena política francesa".