No es algo viable en su país: AMLO explicó por qué es errada la propuesta de embajador colombiano en México frente al narcotráfico

Poniendo un punto final a la polémica desatada en Colombia y México por cuenta de las palabras del embajador colombiano en ese país, Moisés Ninco Daza, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se pronunció el pasado viernes sobre las opiniones del diplomático que advirtió que sería pertinente sentarse a dialogar con los carteles del narcotráfico para encontrar salidas a la situación de crisis social y violencia que vive el país manito.

En ese sentido, durante su tradicional rueda de prensa matutina, AMLO explicó las razones por las que la propuesta de Ninco serían erróneas o no aplicables en su país, advirtiendo que el diplomático las realizó en medio del desconocimiento de las particularidades que hacen a México un Estado diferente a Colombia, las mismas que hacen de la propuesta algo inviable para la pacificación del país norteamericano.

El pronunciamiento de AMLO se presentó en medio de la polémica que se desató luego de que el representante diplomático del Gobierno Petro en Ciudad de México, afirmara, al final de una reunión con empresarios locales en Michoacán, que en medio de la crisis que atraviesa ese país, “no había otra opción” diferente a tender canales de diálogo con los delincuentes que conforman los peligrosos cárteles de la droga en ese territorio, acusando que precisamente las sustancias ilegales y los delitos conexos de su distribución, representan un peligro para la humanidad.

Aunque el embajador había explicado que dicho diálogo del que él hace mención no sugiere rendirse ante los criminales, refiriendo incluso el experimento que viene adelantando el presidente Petro en Colombia, sus palabras no fueron bien recibidas por algunos sectores en México y en Colombia.

Frente a ello, AMLO, reconociendo en Gustavo Petro un “gran presidente, compañero, amigo”, acusó que si bien hay algunas similitudes en lo que respecta al problema narco en Colombia y México, su país presenta condiciones que hacen que las circunstancias que rodean la amenaza narco otra cosa.

“Hay circunstancias distintas y él lo sabe”, acusó AMLO, advirtiendo que si bien el gobierno de Colombia insiste en manifestar una experiencia ‘exitosa’, “no se pueden extrapolar experiencias”, poniendo sobre la mesa una de las particularidades que mayor problema representaría para México en caso de que decida hacer más laxas las medidas contra el narcotráfico; pese a que la política de ‘abrazos’ de AMLO resulta ser significativamente menos violenta que las de gobiernos anteriores.

“Cada país es distinto”, advirtió el presidente de México, poniendo sobre la mesa la principal particularidad que hace del caso o experiencia mexicano algo no comparable con Colombia: “nosotros tenemos una frontera de 3 mil 180 kilómetros con Estados Unidos”, afirmó el mandatario mexicano, acusando que en virtud de ello, el problema además de político al interior del país, es ‘geopolítico’.

En ese sentido, AMLO explicó que el diplomático colombiano estaba opinando erróneamente al proponer el diálogo, sin tener en cuenta que México cuenta con una frontera realmente extensa con Estados Unidos, y por ello debe estar regulada en el marco de los principios de ‘buena vecindad’.

Si bien AMLO reconoció que sus relaciones con Joe Biden se han llevado de manera armoniosa, sentenció que quizá algunos sectores puedan preferir que estuvieran en pugna, dificultando aún más la cooperación, no obstante, él ha apostado por la política de buena vecindad, buscando, contrario al diálogo con los delincuentes, su combate a través de las medidas de castigo y prevención.

Pese a lo anterior, meses atrás desde medios estadounidenses, más precisamente desde el New York Times, expertos arremetieron en contra de la política de “más abrazos y menos balas’, implementada por AMLO en el combate de la criminalidad, modelo sobre el que describieron que ‘quitó dientes’ y competencias a las autoridades en las labores preventivas, restringiendo solo a las de castigo, en las que incluso también quedan en deuda debido a la imposibilidad de esclarecer la mayoría de crímenes, a lo que se suma la imposibilidad de actuar previo a la comisión de delitos debido a que la reestructuración quitó capacidades a las fuerzas encargadas del combate de las drogas.