Entrevista
Escalofriante: habla pareja de moteros atacada en India. A la mujer la violaron 7 hombres y él fue golpeado. “Solo sexo, solo sexo”
Este es el aterrador relato en SEMANA de la mujer violada por siete hombres y su pareja brutalmente golpeada por delincuentes en la India. La historia le ha dado la vuelta al mundo.
Vicente y Fernanda son una pareja de origen español que han viajado por el mundo durante los últimos seis años, han visitado diferentes países de Asia, Europa y América, han recorrido exactamente 170 mil kilómetros y más de 60 países, un lujo que muchos quisieran darse, pero pocos pueden hacerlo.
Al principio, Fernanda no tenía la licencia para conducir una moto pero después de un tiempo sacó el carnet y pese a que tenía un poco de miedo no le detuvo la idea de ir “aprendiendo” sobre la marcha. Primero se dedicaron a visitar Europa, después viajaron por África, Turquía y Oriente Medio, pasando incluso por países como Irak, Arabia Suadí, Irán y finalmente Afganistán.
Fernanda se convirtió en la primera mujer que entró en una moto en Afganistán, después de que los talibanes se tomaran el poder en ese país, un territorio en el que se han denunciado abusos y violencia de género contra niñas y adolescentes y violación a los derechos humanos incluyendo discriminación y duras restricciones para el sexo femenino.
“La idea es conocer todos los países en los que nos sea permitido entrar en moto”, dice la mujer de 28 años de edad quien nació en Brasil pero ha vivido en España durante varios años. Si el país no permite el ingreso de la moto entonces ellos alquilan una, como fue el caso de Sri Lanka, para seguir su recorrido.
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Todo iba bien hasta que las cosas cambiaron por completo para la pareja de moteros. El recorrido de Vicente y Fernanda los llevó hacia Calcuta, en la frontera sur con Bangladesh para cruzar hacia la India en ruta hacia la frontera con Nepal, el que sería su próximo destino, la idea principal era permanecer máximo dos días en India para cruzar hacia Nepal lo más pronto posible. “Era de noche y claro, decidimos acampar porque conducir en India de noche es muy peligroso”, dijo Vicente.
La pareja decidió acampar como muchas otras veces lo había hecho, pero esta vez su vida cambiaría para siempre, llegaron primero a la luz del día al terreno donde instalarían la carpa pero al ver a mucha gente saliendo de su trabajo en el campo decidieron volver sobre las 7:00 p. m.
La pareja montó su carpa, y se dispuso a descansar en medio de la noche oscura del distrito de Dumka en el estado de Jharkhand, “vemos que una moto llega a lo lejos. Detrás de unos matojos que había al fondo”, dice Fernanda.
“Oímos que habían dos personas hablando, una de ellas estaba hablando por teléfono y también hablando entre ellos. No hemos entendido nada porque hablaba en su idioma”, narró la ciudadana española.
Fernada y Vicente se quedaron en completo silencio, sólo escuchando a ver si hacían algún movimiento, si se acercaba en algún momento, algo que hicieron minutos después. La pareja decidió no salir corriendo porque era común que cuando acampaban algunos curiosos se acercaban y se iban después de un tiempo, algo que pensaron que iba a pasar esta vez, pero no fue así.
Vicente se quedó dormido primero, mientras que su pareja seguía oyendo ruidos, al principio pensaba que era un zorro que había visto antes y que merodeaban el lugar con frecuencia, pero después se asustó cuando escuchó a un hombre llamarlos desde afuera, “llamé a Vicente y él se asomó para ver qué había pasado”.
El hombre sacó su cabeza por el acceso de entrada a la carpa para que no vieran que había una mujer dentro aunque ellos ya sabían de la presencia de Fernanda en la zona, los habían visto más temprano en la localidad e incluso les habían pedido tomarse fotos con ellos, también conocían las motos en las que se transportaban.
El chico no hablaba inglés. “Prácticamente me decía Indie, indie, friend, friend”, a lo que el hombre respondió que sólo hablaba inglés. “Y bueno, una conversación, un poco de tres palabras”, dijo. En ese momento eran tres personas que “saludaban”, así que la pareja decidió saludarlos y entrar a la tienda de nuevo, pero lo peor estaba por pasar.
Los hombres decidieron volver a inspeccionar la tienda y a pedir a la pareja que saliera de la carpa, esta vez, Vicente se asomó y vio que uno de los hombre cargaba una daga de cortar hierba que tenía sujetada y metida en una manga de la camisa, “esto ya pintaba muy mal”, dijo.
“Estaba nerviosa. Me puse a buscar el número de emergencia. Nunca lo he hecho. De todas las veces que ha pasado que ha venido gente a hablarnos mientras estábamos en la tienda”, confesó Fernanda, aunque después pensó que no sabría cómo dar una ubicación exacta: “Entonces pensé: si llamo, dónde o cómo les digo que estoy aquí, donde yo no sé exactamente el sitio, entonces lo que hice fue empezar a grabar un poco”. La mujer decidió grabar lo que estaba ocurriendo y logró captar el sonido de las voces de las personas que estaban ahí aunque las imágenes no se ven porque estaba oscuro.
El momento se tornó más aterrador cuando los hombres empezaron a presionar a Fernanda para que saliera pisando la tienda justo en el lado en el que ella estaba. Ambos se pusieron el traje de moteros que tenían cerca porque tenían “muchísimas protecciones” y se sentían más seguros.
Al salir de la tienda, el plan inicial de la pareja en medio de la incertidumbre era tratar de hablar un poco con los hombres, distraerlos y salir huyendo en sus motos, pero nada de eso fue posible. Vicente tomó las piquetas que sostenían la carpa y estaban clavadas en el suelo para defenderse, “en ese momento me dijo él: “Tranquilo, friend, así como intentando calmar la situación”, dijo Vicente.
Las cosas se salieron de control cuando un grupo de hombres decidió llevarse a Fernanda a un matorral que había cerca de la tienda, en ese momento, su pareja intentó detenerlos pero fue retenido por varios hombres que lo botaron al suelo y uno de ellos decidió golpear al ciudadano español en la cabeza para que no se resistiera.
“Entonces cogieron el casco de Fernanda, empezaron a darme con el casco en la cabeza y yo no llevaba el casco puesto”, aseguró Vicente y agregó: “Me reventaron la boca, paré muchísimos golpes que iban dirigidos hacia mi cabeza porque iban a darme en la cabeza, directamente”.
En el otro escenario, en medio del asalto, se encontraba Fernanda que era conducida hacia el matorral con más de tres hombres tratando de zafarse para escapar, uno de ellos la golpeó con el mango del cuchillo varias veces para que se quedara quieta. “Entonces uno de ellos empezó: solo sexo, solo sexo y yo: vale, vale, vale... Es muy fuerte. Es muy fuerte, Dios...”, confesó en entrevista con SEMANA la mujer de origen brasileño.
Eran ocho hombres en total, algunos estaban vigilando a Vicente y otros abusaban sexualmente de Fernanda, lo hacían por turnos, uno tras del otro en un hecho que duró casi tres horas, mientras que en ese momento Vicente estaba atado de manos y con su cabeza contra el suelo y una daga en su cuello. “Cada vez que intentaba hablar algo, me decían que me iban a matar”, dijo el hombre de 63 años de edad.
A Vicente le preocupaba Fernanda y se preguntaba si estaría viva o muerta, aunque muerta estaba, según narra la mujer, que aseguró que no hacía ningún ruido para que los hombres no creyeran que le estaba gustando, “no quería dar a entender que me estaba gustando, aunque alguno de ellos me pedía que hiciera ruido o me preguntaba si me gustaba”, dijo Fernanda.
El tiempo pasaba tan lento como podía, la oscuridad fue el único testigo y en medio de la desolada zona y después de que siete personas abusaron sexualmente de Fernanda uno le pasó la ropa que había dejado cerca para que se vistiera. Después caminaron escoltándola hacia el campamento donde estaba la tienda y fue ahí cuando vio a Vicente en el suelo.
En cuestión de segundos, los delincuentes se esfumaron rápidamente, “cuando veo a Vicente, todos ellos parece que se juntan y a la vez salen corriendo hacia la montaña”, aseguró Fernanda. Finalmente la mujer desata a su pareja y huyen del lugar tan rápido como pueden, “cogimos las motos y fuimos a pedir ayuda. Pero resulta que justo en ese momento, cuando necesitas a alguien, no había nadie en la calle”.
A Fernanda la llevaron a un hospital donde le hicieron los exámenes correspondientes, los cuales confirmaron signos de violencia y abuso sexual. La fama que tienen los moteros en las redes sociales hizo que la historia se volviera viral en todo el mundo y esto ayudó a que el Gobierno de India empezará una investigación para dar con el paradero de los delincuentes, “la presión fue impresionante, movilizaron todo, fue mucha policía y gente buscando”, aseveró Vicente.
Las autoridades lograron la captura en tiempo récord de los responsables, “eran ocho y aquí es cadena perpetua, tienen sus declaraciones de acusación, el semen de todos, las triangulaciones de sus teléfonos en el lugar y sus confesiones, ya no salen de la cárcel en la vida”, aclaró Vicente. India también remunerará financieramente a la pareja por los momentos de terror por los que habían pasado, pero como dicen ellos mismos, “el daño sigue ahí”.
Sin embargo, Fernanda, pese a lo difícil que ha sido para ella afrontar una violación de esta categoría, envía un mensaje de esperanza y una reflexión importante frente a lo sucedido: “Espero que yo saliendo, enseñando mi cara, hablando de todo lo que pasó, que no es fácil, yo sabré lo que tengo dentro, cómo me siento. Lo que pasa es que siempre he sido fuerte y seguiré siendo, no me esconderé porque yo no he hecho nada malo, no se lo deseo a nadie, pero que si les pasa, que no se escondan, que no tengan vergüenza, que porque ellas no ha hecho nada malo”, dijo.
La mujer asegura que el riesgo está en todo lado, pudo haber sido en cualquier otro país, “podría haber sido España. Podría haber sido Colombia. Podría haber sido Brasil. No estamos libres de eso, Lo que pasa es que India es un país muy grande”.
Fernanda y Vicente han decidido vivir y no morir después de la tragedia por la que pasaron. Su camino sigue en pie y su proyecto de continuar recorriendo el mundo no se detiene pese a la experiencia aterradora que vivieron en India. Ahora planean ir hacia Nepal para visitar a su familia y después seguirán recorriendo el mundo, tratando de olvidar la peor noche de sus vidas.