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Noruega llama a su población para que no se acerquen a la ballena ‘espía’; esta es la historia
Con el fin de no intimidar ni hacerle daño al animal, las autoridades han advertido a la comunidad no intentar acercársele.
En 2019, en medio de la larga tensión que ha vivido Rusia con Europa Occidental, algunos pescadores y ciudadanos noruegos comenzaron a ver recurrentemente a un animal, una beluga que tenía un arnés para sostener una cámara, lo que llevó a pensar que era un animal espía proveniente del Gobierno de Moscú.
Después de apodarla Hvaldimir y de no poder comprobar que no se trataba de alguna táctica rusa o militar que afectara la seguridad de la nación escandinava, ha sido vista ocasionalmente por toda la costa de Noruega durante los últimos cuatro años.
Esta beluga se encuentra viviendo dentro del fiordo de Oslo, y es un atractivo para las personas que deambulan por el lugar y para los pescadores, por su comportamiento amigable, inofensivo y juguetón. Además, Hvaldimir tiene en las costas de Noruega su lugar ideal para alimentarse.
Por este motivo, le han pedido a la población que evite tener contacto alguno con la beluga. Al llegar a este fiordo, el cual es altamente poblado por humanos, puede provocar estrés en el animal el ver tantas personas en un solo lugar esperando para poder acariciarla, lo cual podría causarle heridas en su cuerpo, resaltó la Dirección de Pesca de Noruega.
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Aunque el director de Pesca, Frank Bakke-Jensen, expresó que la beluga ha sufrido heridas leves por golpes inofensivos contra embarcaciones, el hecho de que la pudiesen tocar los humanos en esas condiciones provocarían lesiones mayores en el animal.
Frank también informó que, a pesar de que el temperamento del animal es manso y para nada agresivo, es mejor tener una prudente distancia entre la población y Hvaldimir, ya que el animal se encuentra en total libertad y no hay motivo alguno para ponerla en cautiverio.
La idea de que Hvaldimir surgió debido a que en su equipamiento decía ‘’St. Petersburg’', lo que infiere que provenía de Rusia, específicamente del ÓIblast de Múrmansk, el cual limita con Noruega en el extremo norte. A esto se agrega que es bien conocido de que la marina rusa adiestra varios animales para propósitos militares, entre ellas las belugas.
Los animales se han utilizado de buena y de mala fe durante toda la civilización humana, desde el caballo y el burro para desplazamientos cortos o medianamente largos, como a los delfines y ballenas para operaciones militares, y finalmente para actos más nobles como soporte en rescate y de soporte emocional a los perros y gatos.
Gracias a la inocencia de los animales, por decir de algún modo, no impide que muestren recelo a las actividades que los humanos les imponen, por lo cual algunas especies en específico gozan de buena fama para cumplir con los requerimientos y caprichos de sus dueños.
El conocimiento de la existencia de esta beluga, así se diese por error o porque de verdad estaba vigilando a la población noruega desde las costas hace relevante el debate sobre el uso que se le da a los animales para un fin individual o colectivo, lo que puede dar origen a varias leyes en contra del uso de estos seres vivos para operaciones y acciones en específico.
La comunidad noruega atiende el llamado de la Dirección de Pesca no solamente por salvaguardar la seguridad individual y colectiva de sus coterráneos, sino también por la salud y el bienestar de la beluga Hvaldimir, para que así, luego de que se quiera desplazar a otro lugar en la vasta costa de Noruega que supera los 25.000 kilómetros, este animalito entienda que su ambiente es seguro y de que puede volver a visitar a los noruegos sin que esto le represente riesgo alguno para su vida.