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Las dificultades para salvar al niño que cayó en un pozo en España

Los rescatistas que llevan una semana intentando salvar al pequeño que cayó en un hueco de más de 100 metros de profundidad encontraron este domingo un nuevo problema. Los españoles y gente de todo el mundo siguen en vilo por el dramático rescate.

20 de enero de 2019
| Foto: Jesús María Flores. Twitter

Ha pasado una semana desde que Julen, un pequeño de dos años y once kilos de peso, cayó en un estrecho pozo de más de 100 metros de profundidad en el sur de España. Desde entonces los padres del menor y el equipo de rescatistas no han descansado para salvarlo. Al lugar han acudido equipos rescatistas de distintos países y los medios de comunicación se han instalado en la zona para trasmiten minuto a minuto cada uno de los esfuerzos del equipo por llegar al niño. #Julen es la etiqueta con que el mundo sigue esta historia que tiene en vilo ya no a un país sino a varios continentes.

Este sábado se instaló una perforadora gigante y los técnicos comenzaron a excavar un túnel vertical paralelo al pozo que tiene apenas 25 centímetros de diámetro. 

Pero cuando llegaron a los 40 metros de profundidad encontraron una capa de granito —un material duro— que dificultó el avance de la operación. "Se ha encontrado cinco metros de granito (...) Desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista material, se esta haciendo todo lo humanamente posible, pero las circunstancias no están ayudando", dijo el presidente de la región de Andalucía, Juan Manuel Moreno.

"Espero y confió que mañana lunes podríamos tener alguna información positiva. pero va depender todo de las circunstancias del terreno", agregó el presidente. 

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El pequeño cayó al pozo el domingo 13 de enero. Victoria y Jose, sus padres, estaban disfrutando de un día de campo en la casa de unos amigos en la sierra de Totalán, cerca de Málaga, Andalucía. Varios niños jugaban en el lugar y al parecer destaparon el pozo que había sido construido para captar agua de forma artesanal hace muchos años. Según cuenta uno de los testigos de la escena, Julen estaba corriendo desprevenido y cayó en el hoyo. 

Los técnicos hicieron descender una cámara que después de los 70 metros ya no pudo seguir bajando por un tapón de piedras y tierra. Allí se encontraron algunos cabellos y el paquete de golosinas que tenia el niño cuando desapareció.

Los rescatistas intentan llegar a los 80 metros, profundidad a la que se estima estaría el niño, y allí abrir una galería horizontal para conectar el túnel con el pozo. Se espera que antes de que finalice esta noche ya se tengan noticias de la suerte del pequeño.

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A pesar de las dificultades y el tiempo transcurrido, algunos médicos conservan esperanzas, como Iván Carabano, pediatra del Hospital 12 de octubre, quien le dijo al diario El País que en esas condiciones de frío "se gana tiempo de supervivencia, porque a baja temperatura el metabolismo del ser humano se ralentiza y se preservan los tejidos".

La Guardia Civil tomó declaración a los padres y al empresario que cavó el pozo, según un portavoz del cuerpo policial, quien señaló que es una práctica habitual en este tipo de casos. Cuando ocurrió el accidente, el pozo carecía de señalización, y una fuente del gobierno de Andalucía dijo que el empresario no había solicitado los permisos necesarios para hacer esa obra.

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Más allá de los trámites judiciales, los familiares no pierden la esperanza de que Julen milagrosamente esté con vida. Según cuenta el abuelo del pequeño los padres no podrían soportar un nuevo golpe de este tipo ya que hace unos años el hermano mayor de Julen también falleció. 

*Con información AFP. 

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