NUESTRO HOMBRE EN GRANADA
Un colombiano, José María Chávez conocido en la ONU como "Mr. Ambassador", jugó papel importante en la independencia de Granada
Nadie hubiera pensado, cuando hace más de 30 años este colombiano obeso, de papada pronunciada, de mediana estatura, aavanzada calvicie y gran derrochador de sonrisas y simpatia, hizo su aparición discreta pero efectiva en el umbral del exclusivo mundo diplomático neoyorquino, que unos años más tarde se convertiría en uno de los pocos hombres del mundo que cuentan entre su curriculum el haberse inventado un Estado.
La historia no es sacada de Ripley.
Si bien José María Chávez Garcia aparece como uno de los fundadores de la Universidad de los Andes al lado de Mario Laserna, su carrera en los circulos diplomáticos comenzó como promotor de enciclopedias Glorier, mientras adelantaba estudios de especialización hasta lograr un PHD en ciencia política en Columbia University. Allí conoció a Richard Nixon, quien en aquel entonces era un "don nadie" después de haber sido derrotado por Kennedy en las elecciones presidenciales. La amistad entre Nixon y Chávez fue creciendo con los años hasta el punto de llegar a tratarse cariñosamente de "Dick" y de "Pepe".
Para entonces había penetrado tanto en la babel diplomática de la ONU, que ya se le saludaba como "Mr. Ambassador", sin que jamás, hasta ese momento, hubiera detentado ningún cargo diplomático. Sin embargo, su actividad era tan intensa, que no fueron pocos los que en varias oportunidades creyeron que estaban en presencia del auténtico embajador de Colombia. Se cuenta que en una oportunidad en una ceremonia diplomática en Washington, el embajador titular de Colombia ante la ONU quiso acercarse al puesto que se le habia asignado. El funcionario de protocolo le solicitó que se identificara y, al hacerlo, le manifestó que ello era imposible, puesto que el embajador de Colombia ya había ingresado: era Chávez.
Según Germán Arciniegas, "Granada fue la invención de un colombiano amigo mío, el doctor José María Chávez Chávez (sic El segundo apellido de Chávez es García). " Efectivamente, el colombiano había asumido como propia la causa de la independencia de Granada, sacándola adelante a través de sus buenas relaciones diplomáticas.
El Primer Ministro del nuevo Estado, Eric Gairy consciente de las conexiones de Chávez en los circulos diplomáticos internacionales y de su capacidad de penetración, no vaciló en encargarle el manejo de las relaciones diplomáticas de Granada ante la ONU y la OEA, nombrándolo embajador ante esos organismos. Así mismo, lo acreditó también como embajador ante el gobierno de España.
Fue así como Chávez tuvo oportunidad, por primera vez en la vida, de ejercer oficialmente su verdadera vocación de embajador, con resultados tan extraordinarios que probablemente pusieron a pensar a la Cancillería colombiana, que durante tantos años lo había ignorado.
En efecto, no bien había terminado Chávez de acreditarse ante las Naciones Unidas, viajó a Washington a posesionarse como embajador ante la OEA. Allí, su primera gestión consistió en exigir que la próxima reunión de la Asamblea General, a la que deberían concurrir los cancilleres de todos los Estados miembros, tuviera lugar en Granada. Muy raras veces, desde la fundación de la OEA, se habían reunido los cancilleres en un sitio distinto a la sede de la organización en Washington. Granada, estrenando independencia, una isla de menos de 100 mil almas, con un turismo apenas incipiente, si bien no contaba con las instalaciones ni con las comunicaciones aéreas internacionales, para servir de anfitrión a un Congreso de agentes de seguros, se quedaba aún más corta para un cónclave de esta dimensión. Fue necesario complementar las instalaciones en Granada, con carpas especiales que los canadienses proporcionaron para alojar parte de los visitantes. También hubo problemas por insuficiencia de vehículos y, en cuanto al transporte aéreo, como el 90% de los países miembros de la OEA carecen de conexiones aéreas con la isla, fue necesario que varios de los asistentes, entre ellos el entonces Canciller colombiano Indalecio Liévano Aguirre, consiguieran avionetas privadas para trasladarse allí.
En alguna ocasión en que Granada fue afectada por un desastre natural, Chávez desarrolló una intensa actividad en la OEA y consiguió donaciones y ayuda económica en tal proporción que, al decir de algún diplomático latinoamericano, "si se hubieran invertido en comprar cemento, éste hubiera alcanzado y sobrado para pavimentar toda la isla" .
José María Chávez, tradicionalmente ignorado por los miembros de las misiones diplomáticas colombianas de turno, además de la amistad personal de los más prestigiosos embajadores del mundo ante la ONU, se había ganado el reconocimiento oficial de los diferentes países, en la forma de un número sin fin de medallas y condecoraciones. Chávez ostenta entre otras la Orden Piana, la Orden de Isabel la Católica, la de la Legión de Honor francesa... Probablemente la única que no ha recibido es la Cruz de Boyacá. "Mr. Ambassador" es caballero de la Orden de Malta y uno de los socios más asiduos del exclusivo "Metropolitan Club" de Nueva York. Gracias a él, sucesivos embajadores de Colombia ante las Naciones Unidas han podido ingresar a él.
Cuatro años duró Chávez ocupando el escaño oficial de Granada ante la ONU, hasta que en una reorganización administrativa del gobierno fue abruptamente destituido. Si bien triste por el tratamiento que le había dado el gobierno de la isla, la vida de José María Chávez cambió muy poco. Continuó frecuentando el mundo de las Naciones Unidas para asesorar a pequeñas naciones recién independizadas (estilo Granada) a vincularse y sacarle provecho a los organismos internacionales. A través de esta original actividad, tal vez única en su género, "Mr. Ambassador" regresó a la ONU en calidad de "Embajador de la Organización de los Estados lberoamericanos" desconocida en las cancillerías de América Latina. Chávez no interrumpió su vida diplomática.
Sólo cambió el título con el que operaba en los círculos de las Naciones Unidas. Es así como a los pocos meses de su desvinculación de Granada, ofreció, en el comedor privado de los delegados ante las Naciones Unidas, un almuerzo en honor de Su Eminencia Monseñor Agostino Casaroli, Secretario de Estado de la Santa Sede, con asistencia de un nutrido grupo de destacados embajadores, y con la presencia de Jackeline Kennedy como invitada especial (ver foto).
Amigos suyos como Richard Nixon, Huang Hua, el embajador Malik de la URSS, Alejandro Orfila y el polémico reverendo Moon (del que es actualmente su íntimo asesor) quienes escasamente conocían la ubicación geográfica de Granada, sí sabían quién era el embajador José María Chávez . -