Juan Guaidó
Juan Guaidó, reconocido por parte de la comunidad internacional como presidente interino de Venezuela | Foto: AP

MUNDO

Nueva Asamblea Nacional de Venezuela le quita poder a Juan Guaidó

De manera simultánea se posesionó el nuevo Parlamento venezolano, de mayoría chavista, mientras el presidente interino Juan Guaidó hizo un llamado a la unidad de la oposición ahora más que nunca.

5 de enero de 2021

La oposición en Venezuela perdió este martes su último bastión de poder: la Asamblea Nacional. Este martes se instaló un nuevo Parlamento con amplia mayoría chavista elegida tras las polémicas elecciones del pasado 6 de diciembre. Jurando lealtad a quien consideran el “comandante eterno Hugo Chávez” se posesionaron 256 parlamentarios, la mayoría del partido oficialista PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), y 21 miembros de partidos de oposición que no acataron la petición del presidente interino Juan Guaidó de boicotear las elecciones.

Mientras el oficialismo celebra su regreso al Parlamento, donde instalaron de nuevo la imagen de Hugo Chávez y Simón Bolívar, y al decretar el presidente Nicolás Maduro el inicio de un “nuevo ciclo en la historia de Venezuela”, la oposición fracturada se quedó sin escenario para maniobrar y desde donde desafiar el poder del chavismo. La Asamblea Nacional fue durante cinco años el único poder controlado por la oposición, que no participó en las elecciones por considerar que no existían garantías para una contienda justa, con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea. Los comicios dieron amplia mayoría a los candidatos afines a Maduro –como era de esperarse– pero resultó un fracaso en cuanto a la participación ciudadana. Solo un 31 % de los venezolanos aptos para votar ejercieron ese derecho.

Así terminan cinco años de una Asamblea Nacional que fue retada por una Asamblea Nacional Constituyente que funcionó de manera paralela en un país acostumbrado ya a tener dos aparentes gobiernos, el de Juan Guaidó, reconocido como presidente de Venezuela por 50 países, incluido Colombia, y el de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, en cabeza de la Constituyente que deshizo al ganar las elecciones parlamentarias. Al parlamento de Guaidó no solo lo retó la Asamblea Constituyente, sino también el Tribunal Supremo de Justicia, que decretó como nulas todas sus propuestas por considerarlas en desacato. Ahora Diosdado Cabello será jefe de la fracción del Gran Polo Patriótico y como presidente de la nueva Asamblea Nacional ejercerá Jorge Rodríguez, exdiputado oficialista.

Minutos antes de la posesión de la nueva Asamblea, el presidente interino Juan Guaidó ofreció una rueda de prensa donde aseguró que al no haber diputados legítimamente elegidos para este nuevo periodo de cinco años, le corresponde al Parlamento elegido en 2015 continuar con sus funciones y así lo hará. El líder opositor dijo que mientras no existan elecciones presidenciales y parlamentarias justas, lo que hay en Venezuela es un vacío de poder y llamó a sus simpatizantes a mantener la presión en las calles de Caracas y ante la comunidad internacional. También hizo un llamado a líderes de oposición para que se unan de nuevo a su causa por la libertad de Venezuela. El plan de continuidad de Guaidó se ha visto debilitado en las últimas horas por la renuncia de dos diputados de oposición Stalin González, segundo vicepresidente del Legislativo, y Marialbert Barrios, de Primero Justicia, y por denuncias de corrupción al interior de su partido.

Ante el nuevo escenario hoy en Caracas, el poder de Guaidó es mas simbólico que otra cosa. Al perder control de la Asamblea queda desprotegido de inmunidad, lo cual lo expone a ser detenido por el régimen chavista, y su única salvación es el reconocimiento de la comunidad internacional, lo cual podría cambiar con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. El líder tiene aún el control del manejo de activos de Venezuela en el exterior, pero todavía no se sabe cómo funcionará dicho poder una vez se quede sin plataforma política.

Durante el acto de apertura de la nueva Asamblea, hoy en Caracas se planteó cómo será el manejo de la economía y la pandemia en esa nación que deja más de 115.000 personas infectadas y mil muertos, y se habló de un posible proceso de reconciliación con la oposición, cada vez más dividida. Ante esa última propuesta ya reaccionó Guaidó diciendo que mientras existan presos políticos en Venezuela y se sigan cometiendo crímenes de lesa humanidad, las palabras de reconciliación son vacías y carentes de seriedad.