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Nueva escalada de violencia en Siria tras los últimos combates entre kurdos y árabes preocupa a Naciones Unidas
El conflicto interno sirio ha sido uno de los más duraderos en el nuevo milenio.
El fin de la guerra civil que ha azotado a Siria desde el 2011 sigue siendo esquivo para la población de esta república árabe, ya que durante 12 años los sirios han debido afrontar día a día un conflicto civil que ha dejado más de 100.000 ciudadanos fallecidos (aunque algunas organizaciones declaran que son más de 600.000), 1 millón de heridos y más de 10 millones de desplazados.
Asimismo, los pobladores sirios han tenido que confrontar a grupos terroristas, como el Estado Islámico, soportar la crisis sanitaria, social y alimentaria por más de 10 años, y recuperarse de desastres naturales como el ocurrido en febrero de 2023, que azotó aparte de Siria y su vecina Türkiye.
Aun así, se vislumbra otra problemática que estaría afectando a algunas poblaciones de Siria debido a que, según la ONU, los combates entre árabes y kurdos en Siria agravarían la situación humanitaria en la nación asiática, por lo que la alerta del organismo es preocupante.
Un nuevo conflicto en progreso
Naciones Unidas ha enfatizado, en un reciente comunicado, que la población civil siria sería nuevamente la más vulnerable luego de los recientes choques bélicos en el noroeste de Siria entre las Fuerzas Democráticas Kurdas (FDS) y los árabes del Consejo Militar de Deir Ezoor, combates que perjudican gravemente la precaria condición de millones de sirios.
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Por tal motivo, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, aseveró que dichos enfrentamientos son un signo de alarma que cada vez demuestra la fragmentación del conflicto civil que ha perdurado por más de una década, provocando que la recuperación de Siria sea cada vez más difícil.
Asimismo, Turk señaló que “no podemos permitirnos cruzarnos de brazos y ver cómo el país se hunde aún más en un conflicto interminable, que ya ha marcado las vidas de tantos civiles”, añadiendo “la población civil ha sufrido un sinfín de violaciones y abusos contra los Derechos Humanos”, reseñó Europa Press.
De igual manera, el Alto Comisionado precisó que los daños del conflicto civil han incrementado debido a otros problemas que se han originado a lo largo del tiempo, como la pandemia por covid-19 y los fenómenos naturales, enfatizando que “siete de cada diez sirios necesitan ayuda humanitaria”.
El fin de la guerra debe ser a través del diálogo
“La rendición de cuentas es fundamental para una paz sostenible. Todas las partes deben poner fin a sus enfrentamientos y trabajar para resolver sus diferencias mediante el diálogo para evitar abrir otra dimensión catastrófica al conflicto sirio”, expresó Turk en medio de la preocupación que demuestra la ONU tras los nuevos enfrentamientos entre árabes y kurdos dentro de Siria.
Turk, continúa realizando este tipo de llamados al diálogo, enfatizando la necesidad de que los responsables de la violencia respondan por sus actos, desde las esferas del gobierno central en Damasco, las células terroristas que se han apoderado del terreno sirio hasta los líderes de los nuevos grupos insurgentes.
Los kurdos, nuevos protagonistas en el conflicto, son una población de más de 30 millones de personas, las cuales buscan establecer su propio estado desde el fin de la Primera Guerra Mundial en algunos terrenos entre Irak, Siria, Irá y Türkiye. Por tal motivo, aprovechando la ausencia del gobierno sirio al noroeste del país, algunos individuos kurdos han comenzado a luchar para apropiarse del territorio que alguna vez se les prometió bajo el Tratado de Sèvres.
Tanto en Irak, como en Türkiye e Irán, la sociedad kurda continúa luchando por la creación de su estado en medio de una de las regiones más conflictivas del planeta.