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Nuevas sanciones de EE. UU. contra Birmania, donde la represión deja 250.000 desplazados
El objetivo son empresas públicas birmanas, que generan ingresos para la junta militar en el poder.
Estados Unidos anunció el miércoles nuevas sanciones contra la junta militar birmana, cuya represión de las protestas prodemocracia ha generado cerca de 250.000 desplazados, según la ONU.
El Tesoro estadounidense anunció sanciones específicas contra las empresas públicas birmanas que controlan las exportaciones de madera y de perlas, ya que generan ingresos para la junta militar en el poder. Las sanciones limitan el acceso al sistema financiero internacional de las empresas Myanmar Timber Enterprise y Myanmar Pearl Enterprise, en tanto que prohíben a cualquier persona o empresa estadounidense –incluidos los bancos que tengan una filial en Estados Unidos– realizar cualquier tipo de transacción con ellas. Las sanciones congelan también todos los activos de estas empresas en Estados Unidos.
Washington ya ha impuesto sanciones selectivas contra dirigentes del ejército birmano, que tomó el poder el 1 de febrero tras deponer a la dirigente civil Aung San Suu Kyi, y reprime con dureza las protestas opositoras con saldo de centenares de muertos.
La represión ha provocado el desplazamiento de cerca de 250.000 personas, denunció el relator especial de la ONU, Tom Andrews, según AFP.
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Al menos 738 personas murieron y 3.300 fueron detenidas por el ejército en la represión de las manifestaciones contra el golpe militar. “Horrorizado de saber que los ataques perpetrados por la junta ya han provocado el desplazamiento de cerca de un cuarto de millón de birmanos”, tuiteó el miércoles Andrews. “El mundo debe actuar inmediatamente para responder a esta catástrofe humanitaria”.
Bombardeos aéreos
La organización humanitaria cristiana Free Burma Rangers estimó la semana pasada que al menos 24.000 civiles fueron desplazados a raíz de los bombardeos aéreos y terrestres que realiza el ejército en el Estado de Karen (sureste).
“Los bombardeos aéreos cesaron pero los terrestres aumentan”, dijo a la AFP su director David Eubank. La mayoría de estas personas desplazadas son agricultores que cultivan arroz. La imposibilidad de ocuparse de sus cultivos amenaza con provocar una hambruna en los próximos meses, alertó
Padoh Mann Mann, portavoz de una brigada de la Unión Nacional de Karen (KNU), una de las facciones étnicas del país, aseguró el miércoles que más de 2.000 personas buscaron refugio en Tailandia y otras miles están desplazadas dentro de las fronteras. “Se esconden en la jungla cerca de sus pueblos”, dijo.
El sábado está prevista en Yakarta una cumbre de los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean) para analizar la situación en Birmania.
El ministerio tailandés de Relaciones Exteriores anunció la semana pasada que el jefe de la junta, el general Min Aung Hlaing, participará en la cumbre especial, lo que ha suscitado la ira de las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
“Min Aung Hlaing, que es objeto de sanciones internacionales por su papel en las atrocidades militares y la represión brutal de los manifestantes prodemocracia, no debería ser bienvenido en un encuentro internacional para examinar una crisis que ha generado”, alertó Brad Adams, de Human Rights Watch.
Las autoridades birmanas liberaron al periodista independiente Ko Latt, que fue detenido hace un mes. Se estima que al menos 70 periodistas fueron arrestados desde el golpe de Estado y 38 siguen todavía detenidos, según la organización Reporting ASEAN.