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Obama no hace promesas en su campaña para reelegirse
Todavía queda un largo camino para las elecciones de noviembre, pero hasta ahora los discursos de campaña del presidente han carecido de nuevas propuestas.
Alguna vez, George Bush padre pidió a los votantes que leyeran sus labios, antes de prometer que no subiría los impuestos. Aquella frase le ayudó a ganar los comicios de 1988, pero el incumplimiento de la promesa incidió también en su derrota, cuatro años después.
No ha habido necesidad de leer los labios de Barack Obama. No hay nuevas promesas, al menos no por ahora.
La primera vez que buscó a los electores, el mandatario hizo muchas promesas, varias de las cuales todavía están pendientes, sin olvidar aquellos molestos compromisos rotos.
Un típico discurso de Obama en campaña incluye la frase "el cambio es..." que muestra los mayores logros de su primer mandato:
—El cambio es rescatar la industria automotriz.
—El cambio es la reforma de salud.
—El cambio es elevar los estándares para tener vehículos más eficientes en el consumo de combustible.
—El cambio es acabar con la política "no preguntes, no digas" de homosexuales en el ejército.
—El cambio es la Ley Lilly Ledbetter para que las mujeres tengan los mismos salarios que los hombres.
Etcétera.
¿Qué significa que una de las más importantes frases de Obama para recibir aplausos todavía sea su referencia a la Ley Ledbetter, firmada en su noveno día como presidente?
"El tema es su desempeño, no las promesas", dice Darrell West, experto de la Institución Brookings en asuntos gubernamentales. "Su mensaje es que está haciendo mucho para ayudar a las personas y no quiere prometer de más para su segundo mandato".
El guión de Obama en este semestre marca un gran cambio respecto de la campaña que hizo hace cuatro años. Pero se ajusta al plan de jugadas que tienen los presidentes que buscan reelegirse.
La primera tarea, particularmente en la era de los ataques publicitarios, es definir al rival. Por ahora, Obama está dejando gran parte de esa labor a subordinados de campaña y a la publicidad anticipada.
La segunda es recordarle a los electores los propios logros y cómo se continuarán o aprovecharán. Aquí es justo donde hoy se encuentra Obama.
Su nueva frase de campaña "Hacia adelante" destaca el fin de la guerra en Irak como una "promesa cumplida por un presidente que entiende el compromiso con Estados Unidos".
Su rival republicano Mitt Romney se ha burlado de esa frase al decir "Hacia adelante, ¿hacia el precipicio?".
Obama necesita contrarrestar este tipo de argumentos del Partido Republicano, de que no ha logrado nada y lo que ha hecho ha dañado más de lo que ha ayudado, antes de agregar nuevas promesas a su estrategia.
Hasta ahora, su estrategia de campaña se ha enfocado en recaudar fondos, pero ello cambió el sábado, cuando realizó sus primeros dos mítines de campaña en los disputados estados de Ohio y Virginia.
Bruce Buchanan, politólogo de la Universidad de Texas y experto en la presidencia, dijo que Obama se está regodeando con las victorias en política exterior y seguridad nacional, como el fin de la guerra en Irak y la muerte de Osama bin Laden, porque los republicanos han sido muy exitosos en minimizar sus logros.
La primera dama Michelle Obama ha apoyado el mensaje de su esposo, pidiendo paciencia en sus discursos de campaña.
"La realidad es que el cambio auténtico es lento", dijo en un acto reciente para recaudar fondos. "Y nunca sucede todo de una vez".
Obama también opina que, pese a todo el progreso que busca resaltar, todavía queda mucho por hacer.
A finales de abril, durante un acto para recaudar fondos, Obama dijo tres veces que no estará satisfecho hasta lograr más: crear empleos, mejorar el sistema educativo del país, regresar a los soldados de Afganistán.
"Por eso estoy trabajando más duro que en 2009 y si ustedes están dispuestos a apoyarme, entonces vamos a tener otros cuatro años para poder completar lo que comenzamos", declaró.
Es un tono diferente del que usó en la campaña de 2008 con su tormenta de ambiciosas promesas y optimistas frases como "sí se puede".
Politifact.com compiló una lista de más de 500 promesas que Obama hizo en esa campaña y reportó su estatus actual: 35% cumplidas, 11% comprometidas, 13% rotas, 12% estancadas y 27% en marcha.
En caso de reelegirse, Obama seguramente tendrá bastantes objetivos que completar de su primer mandato, entre ellos: un compromiso sin cumplir para una reforma migratoria, las constantes bajas de soldados en Afganistán y los esquivos esfuerzos por alcanzar una mayor equidad fiscal.
Además, la reforma al sistema de salud, que fue el logro definitorio de su primer mandato, podría regresar a la agenda si no sobrevive a una apelación pendiente en la Corte Suprema.
No sorprende que Obama haga pocas menciones a las promesas incumplidas, como el no poder cerrar la prisión militar estadounidense en Guantánamo, Cuba. Otros fracasos como su incapacidad para eliminar las exenciones fiscales a los más acaudalados, creadas por George W. Bush, se matizarían pues el mandatario tratará de pintar a los republicanos como obstruccionistas.
"Una y otra vez los republicanos se han unido y hay dicho no", dijo Obama la semana pasada a trabajadores de la construcción.
Las nuevas promesas que haga Obama en 2012 dependerán de lo que demande la campaña.
Un mandatario que se encamina a reelegirse no necesita endulzar demasiado el oído.
La contienda del republicano Ronald Reagan contra el demócrata Walter Mondale, dice Buchanan, fue tan sencilla que "no hubo necesidad de hacer promesas que fueran incómodas de cumplir".
Bill Clinton, en su tersa campaña contra Bob Dole, hizo un par de propuestas anodinas sobre uniformes escolares y extender los días de escuela.
Con Obama "hay espacio para maniobrar y lo harán si es necesario", opinó Buchanan.
AP