Visa a Estados Unidos
Ojo: alertan sobre estafas masivas con citas para sacar la visa de Estados Unidos en Colombia
En Bogotá, abundan las supuestas agencias de trámite de este documento, en especial en dos centros comerciales del suroccidente, el barrio Niza y el sector de Teusaquillo, entre otros.
El sueño de muchos colombianos de ir de paseo o residir en Estados Unidos sigue siendo aprovechado por personas inescrupulosas que, solo en la primera mitad de este año, se habrían aprovechado de más de 730 personas en Bogotá, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad de la capital, basadas en las denuncias presentadas.
Conocedores de la alta demanda de visas a Estados Unidos, los delincuentes saben ubicarse en lugares estratégicos, cerca de agencias de viajes, en centros comerciales, por ejemplo, para abordar a sus posibles víctimas.
Esta situación arreció desde 2020, debido a las restricciones de la pandemia, que hicieron que las citas en la embajada para obtener el permiso de entrada se demoraran de dos a dos años y medio para ser asignadas.
En vista de ello, muchos incautos se ilusionaron al descubrir que supuestos tramitadores, vinculados a agencias de viajes, podrían ayudarlos a reducir estos tiempos.
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La farsa de la agencia de viajes
Los aspirantes a conseguir una visa, así mismo, ven una salida en estos impostores porque les parece que el trámite no solo puede ser demorado sino difícil.
Los estafadores se valen de tretas como conducir a sus víctimas a una mesa que, aparentemente, es como una extensión de una agencia de turismo.
Allí, les hacen todo tipo de recomendaciones, como tener todos los documentos listos y explicarles qué deben anotar en los formularios para, supuestamente, garantizar que les den la visa.
El trámite puede costar de 150.000 a 300.000 pesos por persona, según la clase de visa que se quiera solicitar. La cifra, claro está, aumenta si se trata de una familia.
Tales son, en efecto, las historias que están circulando en Bogotá, donde muchas familias de clase trabajadora han sido blanco de robos de millones por confiar en estos supuestos tramitadores, que ni siquiera están vinculados a ninguna agencia.
Los hampones también hacen que sus víctimas les desembolsen el valor de la visa a ellos en vez de consignarlo en las cuentas autorizadas por ello por la embajada.
Los convencen de ello con toda clase de razones y luego les entregan un supuesto comprobante de pago, con el membrete y otros distintivos oficiales, que les hacen creer en su veracidad.
Así, hay familias que han pagado hasta 6 millones de pesos, solo por las visas, más otros 4 millones por la supuesta realización de la diligencia ante la embajada.
El impostor
Pasado todo ello, los estafadores le prometen a la gente que en tres semanas se comunicarán con ellos para entregarles el pin que los acreditará para acudir a la cita en la embajada.
Pero eso no sucede nunca, y cuando los afectados empiezan a investigar qué pasó con su visa y su dinero, es muy tarde, pues se han esfumado sin dejar rastro.
Se dan casos en que las familias acuden a las agencias a las que supuestamente estaban vinculados los tramitadores y resulta que ni siquiera los conocen. Todo ha sido un vil engaño.
En Bogotá, las autoridades, que están siguiéndoles la pista a estos delincuentes y también le advierten a la ciudadanía abstenerse de entrar en tratos con supuestas agencias de tramitación de visas que se encuentran en dos centros comerciales del suroccidente, en el barrio Niza, en el Park Way (sector de Teusaquillo) y el barrio Paulo VI.
Algunos ciudadanos han denunciado además a un supuesto estadounidense, quien les promete agilizar el trámite de la visa, pues trabaja en la embajada.
No contento con eso, les explica que si lo que de verdad desean es quedarse a vivir en Estados Unidos, también puede conseguirles la residencia, lo cual puede costar 23 millones de pesos, es decir, 8 más de la de turismo.
Al igual que en otros casos, una vez que les ha sacado hasta el último centavo, este supuesto gringo tramitador se esfuma como si se lo hubiera tragado la tierra y tras echarse al bolsillo el dinero que, seguro con mucho esfuerzo, una familia se ha demorado hasta años en reunir.