ONU alerta que la destrucción de viviendas en Gaza es un “crimen de guerra”

En un mes de intensos bombardeos israelíes, Balakrishnan Rajagopal informó que, aproximadamente, el 45 % de las viviendas en la Franja de Gaza sufrió daños o fue completamente destruido. Este devastador nivel de destrucción, destacó, representa un “enorme costo para la vida humana” y está estrictamente prohibido por el derecho internacional.

Según el relator especial de la ONU sobre el derecho a una vivienda adecuada, llevar a cabo hostilidades con pleno conocimiento de que resultarán en la destrucción sistemática de viviendas e infraestructuras civiles, convirtiendo ciudades enteras como Gaza en lugares inhabitables para los civiles, constituye un crimen de guerra.

Rajagopal enfatizó que cuando estos actos se dirigen directamente contra la población civil también pueden ser considerados crímenes contra la humanidad. Es importante destacar que el experto independiente, nombrado por la ONU, no habla en nombre de la organización, pero sus observaciones son fundamentales para comprender la gravedad de la situación.

Asimismo, Rajagopal hizo hincapié en que las viviendas civiles en Israel no deben ser consideradas objetivos militares y advirtió que el lanzamiento indiscriminado de cohetes desde Gaza y otras áreas por parte de Hamás también constituye un “crimen de guerra”.

El conflicto se desencadenó como respuesta a un sangriento ataque en territorio israelí el 7 de octubre, perpetrado por combatientes islamistas, lo que lamentablemente resultó en la trágica pérdida de alrededor de 1.400 vidas, la mayoría de las cuales eran civiles.

Además, este ataque incluyó el secuestro de más de 240 personas, según las autoridades israelíes. Esta situación, cargada de tragedia y violencia, desencadenó una campaña masiva de bombardeos por parte de Israel en un acto de represalia.

De acuerdo con las cifras proporcionadas por Hamás, los ataques israelíes contra la Franja de Gaza han cobrado la vida de más de 10.500 personas, siendo la mayoría de las víctimas mujeres y niños.

Además, lamentablemente, otras 2.500 personas se encuentran desaparecidas, con la probabilidad de estar atrapadas bajo los escombros de los ataques devastadores.

Es importante destacar que Rajagopal, quien previamente acuñó la palabra “domicidio” para describir los ataques sistemáticos y masivos contra viviendas e infraestructuras civiles que causan muertes y sufrimiento, ha afirmado que en la actualidad lo que está ocurriendo en Gaza es un claro ejemplo de “domicidio”. Esta expresión de violencia y destrucción, como él señala, está causando un inmenso sufrimiento en la región.

De acuerdo con los datos proporcionados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se estima que, aproximadamente, 1,5 millones de personas se encuentran en una situación de desplazamiento forzado en la Franja de Gaza.

Este trágico éxodo se debe a la devastación ocasionada por los conflictos en la región y a los llamamientos emitidos por las autoridades israelíes, instando a la evacuación de la zona norte del territorio.

Lo que resulta aún más alarmante es que los bombardeos llevados a cabo por Israel, dirigidos contra las rutas de evacuación y las llamadas “zonas seguras”, son considerados una “violación cruel y flagrante del derecho internacional humanitario”.

Este marco legal se sustenta en la distinción fundamental entre objetivos civiles y militares, y su incumplimiento agrava aún más la tragedia que se desarrolla en la Franja de Gaza.

Incluso en situaciones en las que combatientes se refugian en viviendas civiles, como se alegó en los recientes bombardeos contra el campamento de refugiados de Jabaliya, es esencial destacar que “ningún derecho a la legítima defensa, conforme al derecho internacional, puede justificar o amparar tales ataques”, como lo señaló de manera enfática el informe de la ONU.

Esta afirmación subraya la importancia de proteger a los civiles inocentes, incluso en medio de un conflicto tan complejo y devastador como el que afecta a la Franja de Gaza.

*Con información de AFP.