Reino Unido
Paciente en estado grave murió porque los paramédicos pararon por un sánduche cuando iban a recogerlo
El caso hace parte de una larga serie de irregularidades en el servicio de ambulancias que conmueve al Reino Unido.
Un caso de aparente negligencia tiene indignados a los británicos, debido al drama de Peter Coates, un hombre de 62 años que sufría de una delicada condición pulmonar.
Cuando la máquina que lo suplía de oxígeno dejó de servir a causa de una falla en el servicio de energía, él llamó a una ambulancia.
Para su mala suerte, el vehículo que debía atenderlo solo en dos minutos no lo hizo por dificultades derivadas también del corte de energía.
Sin embargo, el servicio despachó otra ambulancia, que llegó a los 36 minutos a la casa de Coates, en Redcar, North Yorkshire. Para ese momento, era muy tarde, pues Coates ya había muerto.
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El caso ocurrió en 2019, pero solo se conoce hasta ahora porque hace parte de una serie de anomalías en la empresa de ambulancias North East Ambulance Service que se están destapando en el Reino Unido, dado que los encargados de sancionarlas se hicieron los de la vista gorda o sencillamente las taparon.
La familia de Coates decidió investigar y descubrió que su pariente no tuvo atención a tiempo y murió, debido a que, camino a atender la emergencia, los paramédicos pararon en una estación de gasolina para comprar sánduches para su refrigerio.
En principio, ellos alegaron que pararon en la gasolinería para cargar el tanque, pero los registros del vehículo permitieron establecer que el tanque estaba lleno.
Además, la estación de ambulancias tiene su propio mecanismo para suplir la necesidad de combustible.
A pesar de todo ello, la empresa guardó silencio y dijo que una investigación había determinado que los paramédicos no habían parado por comida.
Pero no contaban con que un informante anónimo, salido de la misma empresa, decidió contar no solo esa, sino toda una serie de irregularidades en el servicio, varias de las cuales afectaron a la comunidad.
“No podía creer lo que estaba oyendo: el equipo de la ambulancia paró por comida en camino a atender a un hombre moribundo, según lo que contó el soplón. La cuestión se pone peor si se tiene en cuenta que la ambulancia que debía llegar a donde mi padre en un minuto y 37 segundos estaba detenida en la estación a causa de unas puertas eléctricas que no la dejaban pasar a causa del corte del servicio eléctrico”, le dijo a The Times Kellie Coates, una de las familiares del paciente fallecido.
El North East Ambulance está en el ojo del huracán por este y muchos otros casos que llevan a concluir que llevan años mintiéndoles a las familias de pacientes muertos.
No solo se trata de demoras en los llamados de urgencias, sino de malas prácticas a la hora de prestarles ayuda a los enfermos.
En el caso de Evier Beadle, una joven de 17 años y quien murió durante una urgencia en 2018, los paramédicos alteraron el reporte al decir que la encontraron sin signos vitales, por lo cual no intentaron reanimarla. Sin embargo, luego se supo que, en realidad, su corazón aún latía cuando ellos llegaron.
Los abusos llegaron al punto de que paramédicos y otros empleados de la empresa acosaron a testigos de las anomalías para que cambiaran sus versiones y así no resultara afectada la reputación de la empresa.
De acuerdo con el Times, estas irregularidades se registraron casi a que a diario durante años.
Finalmente, Paul Calvert, un coronel, se puso del lado de las familias y presionó para que la empresa abriera una investigación y se revelaran verdades que horrorizan a los británicos, justo por los días en que la enfermera Lucy Letby acaba de ser condenada por matar a siete bebés en instalaciones hospitalarias.