ANÁLISIS

Qatar: un socio no recomendable

El ex canciller Julio Londoño analiza la decisión de seis países árabes de cortar relaciones diplomáticas con Qatar, al que acusan de apoyar el "terrorismo". Asegura que ha estado involucrado en actividades “non sanctas” a nivel mundial.

5 de junio de 2017
Qatar es un pequeño estado que ocupa una península de trascendental importancia estratégica en el Golfo Pérsico. | Foto: EFE

El rompimiento de relaciones diplomáticas de Arabia Saudita, Egipto, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Libia, con Qatar por la acusación de que ha financiado y alojado los grupos terroristas en su territorio, principalmente a los Hermanos Musulmanes, así como al ISIS y Al Qaeda ha sorprendido al mundo. No obstante que Qatar calificó la acusación como un montaje, el secretario de estado de los Estados Unidos salió de inmediato a solicitar una solución amistosa de las diferencias. Otro tanto hicieron Irán y Turquía.

Contexto: Tensión en el Golfo: 6 países árabes cortan relaciones con Qatar acusándolo de respaldar al terrorismo

Qatar, es un pequeño estado, un poco más extenso que el departamento de Sucre, que ocupa una península de trascendental importancia estratégica en el Golfo Pérsico. La gran mayoría de su población es islámica sunita y el país mantiene relaciones amistosas con Siria e Irán. Posee una inmensa riqueza petrolífera y gasífera y su producto interno bruto es el más alto del planeta. Sus habitantes gozan de unas condiciones tan favorables como los de los países de alto nivel de desarrollo.

En Qatar se encuentran tres de las más importantes bases norteamericanas en el medio oriente, que han servido para varias acciones militares de los Estados Unidos en la región. Recientemente Trump en su visita a Arabia Saudita se entrevistó con el emir de Qatar el jeque Tamim bin Hamad Al Thani.

Pero no es la primera vez que Qatar está involucrado en una situación, por lo menos, embarazosa. Hace algún tiempo fue acusado de haber “comprado” la sede para el mundial de fútbol en 2022, mediante el pago de sobornos a los dirigentes del fútbol africano.

Pero las cosas no paran ahí. En el caso sobre la delimitación marítima entre Bahréin y Qatar que se ventiló en la Corte Internacional de Justicia, se dijo que Qatar había sobornado a un conocido juez del tribunal para que fallara a su favor. A pesar de que tan aberrante hecho no se pudo comprobar, causó una honda conmoción en los medios cercanos a la Corte.

Dentro del mismo caso, los expertos y juristas que asesoraban a Bahréin, entre ellos uno de los que luego asesoró a Colombia en la primera parte del caso de la demanda de Nicaragua contra Colombia ante la Corte, detectaron que varios documentos presentados por Qatar ante la Corte para respaldar su caso, eran falsos. El caso se resolvió cuando Qatar formalmente en acto ante la Corte retiró los documentos. La Corte Internacional de Justicia finalmente falló a favor de Bahréin.

Pocas veces Irán y los Estados Unidos coinciden en formular una solicitud de este tipo sobre un asunto que atañe a la compleja situación de la región y donde salen a relucir el terrorismo y las confrontaciones entre sunitas y chiitas.

Evidentemente, Qatar es un socio complicado pero necesario, para Estados Unidos e Irán…¡Lo que son los intereses!