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Papa Francisco cumple 85 años y es uno de los diez pontífices más longevos de la historia
Como se sabe, en julio pasado el sumo pontífice fue operado por una enfermedad que se conoce como diverticular, diverticulitis o estenosis diverticular sintomática del colon.
El papa Francisco cumple este viernes 85 años y se sitúa entre los diez pontífices más longevos de la historia de la Iglesia, entre Inocencio XII, que falleció el 27 de septiembre de 1700 dos meses después de haber cumplido esa edad y Juan Pablo II, que murió el 2 de abril de 2005 sin haberlos cumplido.
No está previsto que Francisco celebre esta fecha con festejos particulares, ya que cumplirá como el resto de los días con su agenda oficial que se gestiona desde la Secretaría de Estado.
En 2022, el pontífice entrará en el noveno año de su Pontificado con la vista puesta en cerrar la tan esperada Constitución Apostólica, aunque en la práctica ya se han puesto en marcha las principales reformas. De hecho, el juicio contra el destituido cardenal italiano Angelo Becciu y otras 5 personas por la compra irregular de un lujoso edificio en Londres en 2014 -que se retomará a mediados de febrero- refleja algunos de los cambios esenciales de la organización del Vaticano tanto en el plano jurídico como en el económico.
A finales de abril, el Papa introdujo uno de los cambios más importantes en la Curia Romana al derogar la ley que impedía que los cardenales de esta institución fueran juzgados por un tribunal ordinario y decretar que pudieran ser procesados por el tribunal ordinario de primera instancia del Vaticano, que está compuesto también por jueces laicos.
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Hasta entonces, los obispos y cardenales tenían el privilegio de solo ser juzgados por un tribunal del que formaban parte jueces y otros cardenales nombrados por el obispo de Roma. La novedad que estableció el Papa es que los purpurados tienen ahora el mismo trato que cualquier laico ante la justicia. El proceso contra Becciu también ha supuesto un acelerador con respecto a la reforma económica y, en concreto, en la introducción de un sistema de mayor vigilancia y control sobre todo en cuestión de gastos.
Según las investigaciones de los magistrados del tribunal de la Santa Sede, la compra del edificio londinense se gestó a través de un fondo de inversión, manejado en ese entonces por el banquero italiano, Raffaele Mincione, por más de 300 millones de euros, cuando Becciu era el sustituto de la Secretaría de Estado, cargo que opera en la práctica como el de jefe de gabinete del Papa. Parte de ese dinero provenía de donativos llegados como ‘Óbolo de San Pedro’, que los donantes esperan se dediquen de modo inmediato y directo a obras de caridad del Papa.
Por ello, Francisco decidió retirar los fondos propios de la Secretaría de Estado, que se quedó sin cartera. Además, ahora es la Secretaría para la Economía el órgano principal que tiene la función de supervisar cada partida presupuestaria del Vaticano, lo que limita las responsabilidades y las oportunidades de cometer actos de corrupción.
¿Cómo está la salud del Papa?
El sumo pontífice fue sometido a comienzos de julio a una intervención programada, a causa de una inflamación de colon por la que fue necesario un procedimiento quirúrgico que se llevó a cabo en el Policlínico A. Gemelli. Desde el Vaticano informaron que el sumo pontífice “reaccionó bien” a la operación.
Luego fue dado de alta del hospital Gemelli de Roma y salió en un automóvil con los vidrios polarizados, según pudieron constatar los fotógrafos agolpados a las puertas del hospital, entre ellos un fotógrafo de AFP.
A pesar de que los profesionales médicos destacaron que el proceso de recuperación del papa ha sido satisfactorio, la recomendación que hicieron es que debía descansar durante todo el mes de julio dentro del Vaticano.
La enfermedad por la cual fue operado se conoce como diverticular, diverticulitis o estenosis diverticular sintomática del colon. Se trata de una condición en la que el sistema digestivo genera protuberancias o bolsas que se albergan en la pared del intestino grueso y que deben ser extirpadas a través de un procedimiento conocido como “colectomía izquierda”.
Sin embargo, la presencia de una cicatriz de una operación precedente en la misma zona obligó a los médicos a cambiar de técnica y a proceder a una operación quirúrgica tradicional, más invasiva y con una recuperación más larga. A pesar de ello, se conoció que no fue necesario recurrir a una colostomía, que consiste en abrir artificialmente el colon para que las heces se evacúen en una bolsa.
Con Europa Press y AFP.