Ucrania
Parlamentos de Donetsk y Lugansk aprueban celebrar un referéndum de adhesión a Rusia
Aún no se ha definido la fecha en la que se realizarán las consultas en esas dos regiones.
Los parlamentos de las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y de Donetsk aprobaron este lunes sendas mociones instando a la celebración de referéndums para la adhesión de las dos regiones separatistas ucranianas a la Federación Rusa.
Así, la Cámara Pública de Lugansk propuso por unanimidad al líder de la región, Leonid Pasechnik, la celebración inmediata de un referéndum de adhesión a Rusia.
“La Cámara Pública de la República Popular de Lugansk ha apelado al jefe de la LPR, Leonid Pasechnik, con la iniciativa de celebrar inmediatamente un referéndum en el territorio de la república sobre el reconocimiento como entidad constitutiva de la Federación Rusa”, señaló el legislativo, según informa la agencia Interfax.
Las autoridades de Lugansk confían en que la población vote a favor de la adhesión a Rusia en un momento en el que temen una contraofensiva por parte las tropas ucranianas. La región se encuentra bajo control ruso desde julio.
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También la Cámara Cívica de Donetsk solicitó, por unanimidad, al presidente de la república, Denis Pushilin, la convocatoria urgente de un referéndum para la integración en la Federación Rusa, informa la agencia de noticias rusa TASS.
“Queremos la frontera rusa esté entre nosotros y Ucrania. Queremos formar de nuevo parte de la Gran Patria, Rusia. El pueblo del Donbás lo merece”, explicó la moción aprobada y firmada por el presidente del parlamento, Alexei Kofman.
Puntualizó señalando que “en relación con todo lo anterior, solicito al jefe de la república, Denis Pushilin, y al Consejo Popular de la República Popular de Donetsk que adopte la histórica y correcta decisión de celebrar de inmediato un referéndum”.
Kupiansk, un foco de resistencia ruso en el frente liberado ucraniano
Las fuerzas ucranianas retomaron en septiembre miles de kilómetros de la región de Járkov, en el noreste del país, pero en la ciudad de Kupiansk, dividida en dos por el río Oskil, las tropas rusas resisten.
En la ribera oeste, de nuevo bajo control del ejército ucraniano, aún pueden verse carteles de propaganda pegados por el partido de Vladimir Putin, Rusia Unida, en los escaparates ahora destrozados de las tiendas. Los disparos de artillería se siguen escuchando de fondo, según periodistas de AFP en la zona.
La región de Járkov, fronteriza con Rusia, fue parcialmente ocupada por Moscú al principio de la invasión lanzada el 24 de febrero, pero los ucranianos repelieron el avance ruso con una contraofensiva a principios de septiembre.
En Kupiansk, centro ferroviario, las tropas de Kiev aún combaten mientras los rusos se han atrincherado en la otra orilla, donde tiene lugar el grueso de los enfrentamientos.
Este lunes, un grupo de civiles trataba de huir de la ciudad, entre bombardeos y cortes de agua y electricidad que duran una semana, según los residentes locales.
“Es imposible quedarnos donde vivíamos. Había disparos, no ya todos los días, sino a todas horas”, afirma Liudmila, de 56 años, que desafió los combates para atravesar el río desde la ribera oriental y pasar a la seguridad relativa de la occidental. “Allí es muy duro”, resume.
“No hay luz, no hay electricidad, desde hace una semana. Ni agua”, declara AFP Ruslan, expolicía de 49 años.
La mayor parte de los disparos audibles el lunes provenían de tanques y de la artillería ucraniana, aunque en un momento en que una unidad de soldados de Kiev se aproximaba a un puente pintado con los colores rojo, blanco y azul de Rusia, se produjo un violento intercambio de cohetes y proyectiles.
Los soldados ucranianos se pusieron a cubierto bajo un edificio de ladrillo en ruinas mientras una columna de humo se elevaba hacia el cielo a lo lejos. Más cerca, un cartel rezaba: “Estamos con Rusia. Una nación”.
Puentes destruidos
Expertos militares calculan que la liberación de Kupiansk, que contaba con unos 58.000 habitantes antes de la guerra, dificultaría el reaprovisionamiento de las fuerzas rusas desplegadas más al sur para proteger sus avances en el Donbás, cuenca industrial del este del país cuyo control ha sido fijado por Vladimir Putin como uno de los objetivos prioritarios en la ofensiva.
Kupiansk es también un punto de paso de carretera por el río Oskil y varios puentes han sido destruidos por los combates.
Un médico ucraniano montado en quatriciclo, según él, el mejor vehículo para sortear puentes rotos y retorcidos, dijo a AFP que había traído a un civil herido del otro lado, el tercero en dos días.
Mientras las familias se apretaban al borde de la carretera en la ribera oeste de la ciudad esperando un medio de transporte, un tanque ucraniano situado en una pequeña colina lanzaba obuses por encima de sus casas apuntando a las rusas en el este de la localidad.
“Los ucranianos se acercan, pero aún hay tropas rusas en ciertas partes de la ciudad”, confirmó Olena Gluchko, de 33 años. “Es aterrador. Horrible”.
Pese a ello, las tropas ucranianas ya se encuentran de forma omnipresente en Kupiansk, desplazándose a toda velocidad en vehículos civiles reconvertidos o caminando en línea con bolsas con suministros.
Cuando Olena los vio por primera vez tras seis meses de ocupación rusa, recuerda, se vio invadida por la emoción. “Tenía ganas de llorar y reír al mismo tiempo”, aseguró.
Con información de Europa Press y AFP.
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