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Pedro Sánchez no renunció por escándalo de corrupción contra su esposa. Dijo que se queda y que hará una “limpieza” contra el “fango”

“O decimos ‘basta’ o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro, condenándonos como país”, aseguró.

Redacción Semana
29 de abril de 2024
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. | Foto: Gobierno de España

“La movilización social ha influido en mi decisión”, dijo Pedro Sánchez en su anunciada declaración al público este lunes. El presidente del Gobierno de España había anunciado que estaba dispuesto a dimitir por cuenta del escándalo que pesaba sobre su esposa, que, según él, era parte de una persecución política.

He decidido seguir, seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte. Se lo garantizo”, agregó.

“Sólo hay una manera de revertir esta situación: que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza, que llevamos demasiado tiempo sufriendo... O decimos ‘basta’ o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro, condenándonos como país”, remató.

Su salida a las graves acusaciones contra su esposa, calificada como una jugada maestra, ha sido fuertemente criticada por sus opositores. “Empezamos una etapa mucho más dura, si cabe”, dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Agregó que lo que ha sucedido con Sánchez es “una desvergüenza absoluta”. Alberto Núñez Feijóo, por su parte, llamó a una rueda de prensa para pronunciarse a la 1:30 p. m., hora de Madrid.

Acostumbrado a las grandes remontadas, la carrera política del presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, se ha caracterizado por los golpes de efecto. Una resistencia a la que volvió a aferrarse este lunes, al confirmar que seguirá en el cargo, tras haber amenazado con dimitir.

Pedro Sánchez Begoña Gómez
Pedro Sánchez. | Foto: REUTERS

“Aprendí a esforzarme hasta que el árbitro pita el final del encuentro”, aseguró el jefe del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), gran aficionado al básquet, en su autobiografía Manual de resistencia.

Un final que, de repente, pareció inusitadamente cerca, luego de que Sánchez, de 52 años, anunciara por sorpresa el miércoles que estudiaba dimitir, tras conocerse la investigación contra su esposa por sospechas de tráfico de influencias y corrupción.

El líder socialista, quien denunció una “estrategia de acoso y derribo” en su contra, llevada a cabo por “intereses derechistas y ultraderechistas”, abrió un periodo de meditación personal que sumió al país en la incertidumbre.

Pedro Sánchez Begoña Gómez
Pedro Sánchez y su esposa María Begoña Gómez Fernández. | Foto: REUTERS

Figura aborrecida por la oposición, Sánchez, de sonrisa seductora, afable y telegénico, apodado “el Guapo” al comienzo de su carrera, es un habitual de los giros de guion para revertir situaciones difíciles.

Nacido el 29 de febrero de 1972 en Madrid, de una madre funcionaria y un padre empresario, este economista, que se doctoró en una universidad privada madrileña -acusado de haber plagiado su tesis, algo que él desmiente- es militante del PSOE desde la adolescencia.

Siendo casi un desconocido, se convirtió en su secretario general en 2014, gracias a los votos de los militantes en unas elecciones primarias.

Dos años más tarde, sin embargo, recibiría un duro revés cuando, tras cosechar los peores resultados electorales de la historia del partido, fue defenestrado del liderazgo socialista por una rebelión interna.

Pero gracias al apoyo de los militantes, volvió por la puerta grande siete meses después, tras haber hecho campaña en su automóvil por toda España con un puñado de fieles para seducir a los socialistas de base, que lo reconducirían al frente del partido.

Pedro Sánchez Begoña Gómez
Pedro Sánchez y su esposa | Foto: REUTERS

Esta astucia lo llevaría al poder en junio de 2018, tras un nuevo golpe de efecto. Aglutinando a toda la izquierda, junto a los independentistas vascos y catalanes, consiguió derribar con una moción de censura al conservador Mariano Rajoy, debilitado por un escándalo de corrupción, y convertirse en presidente del Gobierno.

La falta de una mayoría estable le acabó obligando a convocar dos elecciones legislativas consecutivas en 2019, en las que venció. Finalmente, decidió formar un gobierno de coalición con sus antiguos enemigos íntimos de la izquierda radical de Podemos, con los que logró mantenerse en el poder.

Pese a gobernar en minoría, durante su mandato, consiguió impulsar un vasto abanico de reformas, como la subida de casi un 50 % del salario mínimo, una reforma del mercado laboral y las pensiones, o la ley que rehabilita la memoria de las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939) y de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).

Dado otra vez por muerto políticamente, tras una debacle de la izquierda en las elecciones locales del 28 de mayo de 2023, Sánchez, uno de los pocos socialistas al frente de un gobierno europeo, se arriesgó y convocó inmediatamente elecciones generales, en las que llegó segundo, detrás de su rival conservador, Alberto Núñez Feijóo.

Pero gracias a largas negociaciones, finalmente logró que el Parlamento lo devolviera al poder, a costa de importantes concesiones, incluida una controvertida ley de amnistía para los independentistas implicados en el intento de secesión de Cataluña en 2017, a la que hasta entonces se había opuesto.

Este exmiembro del gabinete del alto representante de la ONU en Bosnia, muy activo a nivel internacional, se ha destacado en los últimos meses por intensificar sus críticas a la operación lanzada por Israel en Gaza, en represalia por el ataque de Hamás del 7 de octubre, y prometer que su país reconocerá a Palestina como Estado.

*Con información de AFP

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