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Periodista que desafió a Putin, por la guerra en Ucrania, “escapó” del arresto domiciliario

La comunicadora se enfrentaba a una pena de hasta 10 años de prisión si era encontrada culpable.

3 de octubre de 2022
Editora de canal de noticias ruso fue detenida por enviar un video en contra de la guerra en Ucrania.
Editora de canal de noticias ruso fue detenida por enviar un video en contra de la guerra en Ucrania. | Foto: Twiter: @maxseddon

A pocos días de que comenzara la invasión en Ucrania (del 24 de febrero) un hecho centró la atención internacional, cuando una periodista irrumpió en un noticiero en vivo y se manifestó en contra de la guerra. El momento no tardó en hacerse viral y llegar hasta los oídos del Kremlin.

A seis meses de registrarse ese momento, el exesposo de la periodista, identificada como Marina Ovsyannikova, confirmó que se “había escapado” del arresto domiciliario, previo al juicio. Moscú la incluyó en su lista de personas buscadas. “Mi exesposa salió anoche del lugar que le asignó el juzgado para arresto domiciliario y, junto con mi hija de 11 años, huyeron con rumbo desconocido”, aseguró.

En concreto, este caso se remonta a julio, cuando Ovsyannikova volvió a protestar, esta vez frente al Kremlin, allí levantó un cartel en el que llamaba “asesino” al presidente Vladímir Putin y “fascistas” a sus soldados. Su arresto domiciliario estaba previsto, inicialmente, hasta el 9 de octubre.

Su nombre traspasó la frontera entre Ucrania y Rusia en marzo de este año; luego de que, en plena transmisión, se ubicara detrás de la presentadora principal con un cartel que decía: “NO A LA GUERRA. Detengan la guerra. No creas la propaganda; aquí mienten”, y en la última línea (escrita en inglés) se podía leer: “Rusos contra la guerra”.

Días después fue declarada culpable de orquestar un “evento público no autorizado”, y multada con 30.000 rublos (equivalentes a unos 280 dólares). El grupo independiente de derechos humanos OVD-info obtuvo un video en el que, previamente, la periodista volvía a “sentar” su posición frente al conflicto.

“Lo que está ocurriendo ahora en Ucrania es un crimen, y Rusia es el país agresor, y la responsabilidad de esta agresión recae en la conciencia de una sola persona. Este hombre es Vladímir Putin”.

La periodista aseguró: “desgraciadamente, durante los últimos años, he estado trabajando en el Canal Uno y haciendo propaganda del Kremlin, y ahora estoy muy avergonzada de ello”, y calificó como “una vergüenza que haya permitido decir mentiras desde las pantallas de televisión, vergüenza que haya permitido hacer zombies al pueblo ruso”.

Su abogado aseguró que aquel dictamen judicial correspondía solamente al mensaje que había difundido en video, antes de su aparición repentina en uno de los principales noticieros de Channel One. El gobierno de Putin catalogó como “vandalismo” las declaraciones y acciones de Ovsyannikova.

La comunicadora ha estado en el radar durante los últimos meses y en un momento aseguró: “Estoy preocupada por mi seguridad, si soy honesta. Estoy bastante... Creo en lo que hice, pero ahora entiendo la magnitud de los problemas con los que tendré que lidiar y, por supuesto, Estoy extremadamente preocupado por mi seguridad”.

A finales de marzo, Rusia dio luz verde a una normativa con la cual penaliza lo que el Kremlin considere son informaciones falsas sobre sus acciones en el extranjero o del Ejército. Aquellos que incurran en una eventual infracción pueden enfrentar penas hasta de 15 años de cárcel.

¿Qué sigue tras la anexión de territorios?

Este lunes el Kremlin aseguró que consultaría con los habitantes de dos de las regiones que anexó la semana pasada (Jersón y Zaporiyia) sobre la manera en la cuál definir sus fronteras. “Seguiremos consultando con las personas que viven en estas áreas”, indicó el portavoz de ese organismo.

Hace tres días el presidente ruso, Vladímir Putin, ofreció un discurso previo a la firma de anexión en el que dijo que no había “nada más fuerte que la voluntad de estas personas de regresar a su patria histórica (...)”. También aprovechó su intervención para responsabilizar a Occidente de la crisis actual.