España
Perspectivas inciertas: Pedro Sánchez garantiza su mandato, pero enfrenta un horizonte difícil
El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, tiene asegurados ya los votos para ser investido por el Parlamento para un nuevo mandato, tras conseguir el apoyo crucial del independentista catalán Carles Puigdemont, pero su legislatura puede ser compleja.
¿Quién ganó las elecciones del 23 de julio?
En realidad, nadie, porque este escrutinio, convocado de forma anticipada por Sánchez, no dejó ninguna mayoría clara y acabó bloqueando políticamente el país durante varios meses.
Pese a que su Partido Popular (PP, derecha) finalizó primero, el líder conservador Alberto Núñez Feijóo no obtuvo después los apoyos suficientes para ser investido presidente por el Congreso de los Diputados.
Con los votos de la formación de extrema derecha Vox y de dos pequeños partidos, Feijóo sumó 172 diputados, pero no alcanzó el umbral de los 176 necesarios para lograr la mayoría absoluta, y su candidatura fue rechazada por el Parlamento a finales de septiembre.
Su fracaso abrió camino a la candidatura del jefe del gobierno saliente, Pedro Sánchez, en el poder desde junio de 2018, que estableció intensas conversaciones para conseguir el apoyo de varias formaciones.
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¿Por qué ha sido decisivo Carles Puigdemont?
Sánchez -quien ya tenía los votos casi garantizados tanto de los partidos vascos como de Izquierda Republicana de Cataluña (Esquerra Republicana de Catalunya, ERC), formación independentista moderada- tuvo que centrarse entonces en conseguir el apoyo clave de los siete diputados de Juntos por Cataluña (Junts per Catalunya, el partido del separatista catalán Carles Puigdemont.
Convertido en inesperado protagonista de la política española, Puigdemont, cuya formación había sido muy crítica con Sánchez en los últimos años, aceptó el jueves dar su apoyo al socialista tras semanas de negociaciones.
Finalmente, el acuerdo se firmó en Bruselas, donde Carles Puigdemont huyó tras el fracaso del intento de secesión de Cataluña en 2017, para esquivar a la justicia española.
A cambio del apoyo decisivo de los diputados de su partido, Puigdemont consiguió que Sánchez se comprometa a impulsar una ley de amnistía para los separatistas procesados por la justicia española, principalmente por su implicación en la tentativa secesionista de 2017.
¿Qué va a pasar ahora?
La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, debe fijar ahora la fecha del debate de investidura, que podría celebrarse, según los medios locales, el próximo miércoles y jueves.
Con 179 votos ya garantizados, Pedro Sánchez podrá mantenerse al frente de una coalición gubernamental formada por el Partido Socialista y la formación de extrema izquierda Sumar. Una situación muy diferente a la que proyectaban los sondeos antes de las elecciones del 23 de julio, cuando la llegada al poder de la derecha, con el apoyo de la extrema derecha, parecía segura.
La próxima legislatura promete, sin embargo, mucha agitación para el socialista que, antes de votar cada reforma, deberá negociar especialmente con algunos aliados para dispar sus reticencias. El Partido Socialista y Sumar han establecido como uno de sus objetivos prioritarios la promoción de una legislación destinada a la reducción de la jornada laboral en España, pasando de las actuales 40 horas semanales a 37,5 horas sin que esto implique una merma en los salarios de los trabajadores.
Este ambicioso plan requiere la obtención de apoyo parlamentario, en particular del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Junts, partidos que, por su vinculación histórica al ámbito empresarial, pueden representar un reto significativo para la consecución de dicha propuesta.
En un escenario político cada vez más polarizado, la derecha y la extrema derecha han expresado su descontento ante el resultado electoral, y tras una serie de movilizaciones tensas en días recientes, han anunciado su intención de llevar a cabo oposición de manera enérgica y sin concesiones.
Estas fuerzas políticas, que se movilizarán este fin de semana, argumentan que el gobierno resultante carece de legitimidad, estableciendo así un tono de confrontación que podría marcar la dinámica política en los próximos meses.
*Con información de AFP.