PERÚ

La tormenta perfecta en Perú

Cercado por la oposición fujimorista, su propia inexperiencia política y una bajísima popularidad, el presidente Pedro Pablo Kuczynski lucha por superar su peor crisis.

30 de septiembre de 2017

Los huracanes no llegan a Perú, pero el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), de 78 años, está envuelto en su propia tormenta perfecta tras el voto de censura a su gabinete, en medio de los rumores sobre un indulto al exdictador Alberto Fujimori y los coletazos del escándalo Odebrecht.
La salida, el 15 de septiembre, del jefe de gabinete, Fernando Zavala, porque el Congreso le retiró la confianza, desató un terremoto político. Este concluyó con una victoria de la oposición fujimorista: Kuczynski nombró a su vicepresidenta, Mercedes Araoz, nueva jefe de gabinete y removió a los ministros de Educación, Salud, Vivienda y Justicia.

La crisis se desató después de una huelga de maestros que llevó al Parlamento a amenazar con censurar a la ministra de Educación, Marilú Martens. Zavala salió a defenderla, lo que desató la furia de Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, que lo tumbó. En lo que va del gobierno, el partido opositor ha censurado tres ministros y ha citado a titulares de las carteras decenas de veces.

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Pero nada hace suponer que la tranquilidad haya llegado. En la primera semana de octubre se activará el voto de confianza a los nuevos ministros en el Parlamento. Si Fuerza Popular, con 71 representantes sobre 130, vota en contra, el presidente podrá disolver el Congreso y convocar a elecciones legislativas. Si bien es posible que la oposición le conceda el respaldo al nuevo gabinete, todavía quedan incógnitas. “Hay una nueva ronda de negociaciones en el Congreso. El Ejecutivo necesitaba crear puentes tras la caída de Zavala. Ahora, con la nueva ministra, el gabinete adoptó un perfil más político y puede tender puentes hacia los otros partidos”, dijo a SEMANA Martín Hidalgo, del diario El Comercio de Lima.

Pero detrás de esta crisis está el posible indulto presidencial a Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad en su gobierno (1990-2000), quien hoy tiene 79 años y graves problemas de salud. Mientras el jefe del Estado, tratando de lavarse las manos, aseguró que el indulto “es un tema médico”, el escritor Mario Vargas Llosa señaló que si PPK lo libera, sería “una gran traición” y “una gran injusticia”.

Para Hidalgo, esta posibilidad no se dará en lo inmediato, por lo menos hasta que el Congreso emita su voto de confianza en el nuevo gabinete. Lo novedoso es que el indulto está provocando grietas en Fuerza Popular y entre los dos hermanos Fujimori, Keiko, la mayor, y Kenji, el menor.

Para Keiko, la excandidata presidencial que perdió por apenas 43.000 votos las elecciones en 2016 frente a PPK, el indulto no es un buen negocio, porque la salida de prisión de su padre eclipsaría su imagen. Con capital político propio tras lograr el renacimiento de su partido que obtuvo la mayoría parlamentaria, la hija mayor tiene mucho que perder. Un último sondeo la considera la política con más aprobación, con un 38 por ciento, seguida por Kenji, con 32 por ciento.

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Este se ha manifestado abiertamente a favor del indulto y ha mostrado una tendencia a colaborar con el gobierno de PPK, lo cual le valió que su partido lo suspendiera por 60 días en julio. Kenji fue el único diputado que votó contra la censura del ahora exministro Zavala, y estaría dispuesto a negociar el apoyo al gobierno de PPK a cambio de la libertad de su padre. Si esto sucediera, podría dividir a su partido, con lo cual Keiko perdería la mayoría en la Cámara y PPK obtendría una victoria.

“Kenji tiene buena relación con el Ejecutivo y dice que mientras él lucha por el indulto de su padre, su hermana no hace lo mismo” señaló Hidalgo. “Muchos de los congresistas responden todavía a Alberto Fujimori. Si bien Keiko le quitó el nombre al partido, muchos siguen al expresidente y no se sabe qué hará él cuando salga de prisión”, agregó el experto.

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Esto sucede en un país donde el escándalo Odebrecht llevó a la cárcel al expresidente Ollanta Humala (2011-2016) y a su esposa, Nadine Herrera. Ambos fueron recluidos preventivamente durante 18 meses, en el mismo lugar donde cumple su condena Fujimori, acusados de lavado de activos y de asociación ilícita para delinquir. Otro expresidente, Alejandro Toledo (2001-2006), está prófugo en Estados Unidos y tiene pedido de extradición internacional, acusado de recibir sobornos millonarios de Odebrecht.

Entre tanto escándalo, PPK no logra consolidarse. Una encuesta mostró que su aprobación cayó a 22. Una montaña de obstáculos para un gobierno que apenas pasa el año de vida.