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Perú sigue avanzando en sus jornadas de vacunación contra la covid-19 y ahora incluye a personas vulnerables
La vacunación en Perú no ha avanzado de la manera más rápida. Sin embargo, el Ministerio de Salud confirmó la elegibilidad con la primera dosis a adultos mayores de 65 años y a pacientes psiquiátricos severos con enfermedades raras y trasplante de órganos.
Las autoridades peruanas tomaron la decisión de ampliar su campaña de inmunización contra la covid-19. En esta nueva etapa de elegibilidad se encuentran las personas vulnerables, en la que se incluyen los pacientes psiquiátricos y los adultos de entre 65 y 69 años.
Los 62 centros de vacunación de Lima y otros cientos en ciudades y pueblos de la costa, la sierra andina y la selva amazónica del país habilitaron la inmunización al mencionado segmento etario, además de otros grupos considerados vulnerables de todas las edades. Entre ellos están también los pacientes oncológicos, quienes hayan recibido trasplantes de órganos y personas que padecen enfermedades raras, según informó el Ministerio de Salud. Hasta este jueves, solo eran vacunadas las personas de más de 70 años en ese país.
El anuncio fue recibido por cientos de vecinos del distrito de Miraflores, en el sur de Lima, que hicieron fila en sus automóviles en el campo de fútbol del estadio municipal Manuel Bonilla, situado a orillas del mar. Además de los que recibieron sus vacunas sin bajarse del auto, había una fila aparte para las personas que acudieron al centro de vacunación sin vehículo. A todos se les aplicó la primera dosis de Pfizer y quedaron citados para recibir la segunda el 11 de junio. Perú también adquirió dosis de Sinopharm y AstraZeneca.
Las jornadas de vacunación en Perú no han avanzado a la velocidad esperada, pues es uno de los miles de países víctimas de acaparamiento de dosis por parte de los más ricos. No obstante, el anuncio de los principales fabricantes de vacunas de producir 3.500 millones de dosis para los países menos favorecidos sirvió como una bocanada de aire.
A pesar de que la situación sigue siendo crítica, la falta de recursos y dosis agiganta aún más la cifra de contagios y muertes. América Latina superó este viernes la barrera simbólica de un millón de muertos desde que inició la pandemia, hace un poco más de un año. El cansancio pandémico y la escasez de dosis son factores que podrían alargar aún más la pesadilla.
Los países más pobres representan un problema para los más ricos, pues aunque estos hayan asegurado una buena cantidad de vacunas, es necesario que más del 60 % de la población mundial sea inoculada para tratar de retornar a la “normalidad”. Por esta razón, Estados Unidos, la Unión Europea y Fondo Monetario Internacional se pusieron manos a la obra.
La Unión Europea anunció que ofrecería 100 millones de dosis, Italia 365 millones de dólares y Francia 30 millones de dosis a través de Covax, el sistema mundial para entrega de vacunas a las naciones pobres. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también propuso un plan con una financiación estimada de 50.000 millones de dólares. “Nuestra propuesta establece objetivos, evalúa las necesidades de financiación y define acciones pragmáticas”, dijo Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, en la Cumbre Mundial de la Salud celebrada en Roma, en el marco del G20.
El plan pretende que al menos el 60 % de la población mundial esté vacunada a finales de 2022 para permitir una recuperación económica mundial sostenible.
Producción de vacunas en Latinoamérica
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) destacó este miércoles la necesidad de incrementar la producción de vacunas contra la covid-19 en América Latina, donde solo un 3 % de la población está totalmente inmunizada, a diferencia de Estados Unidos, donde casi el 40 % de las personas recibieron las dosis completas.
La mayoría de las 400 millones de dosis aplicadas en todas las Américas corresponde a Estados Unidos, según la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La titular de la OPS, Carissa Etienne, subrayó en rueda de prensa la necesidad de alcanzar la autosuficiencia en la fabricación de vacunas y productos médicos en la región para garantizar la seguridad sanitaria.
Con información de la AFP.