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Pese a invasión a Ucrania, Estados Unidos no vetará totalmente el ingreso de ciudadanos rusos
Las autoridades norteamericanas han restringido los viajes de casi 5.000 personas vinculadas a la órbita del Kremlin desde la invasión a Ucrania en febrero.
El Gobierno de Estados Unidos descartó la imposición de un veto de entrada indiscriminado a ciudadanos rusos, después de que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, haya reclamado a sus aliados internacionales que anulen los visados de turismo.
Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, dio orden de iniciar la invasión el 24 de febrero, las autoridades norteamericanas han restringido los viajes de casi 5.000 personas vinculadas a la órbita del Kremlin.
Sin embargo, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano señaló que se debe distinguir “entre las acciones del Gobierno ruso y sus políticas en Ucrania y la población de Rusia”, dando a entender que Washington no dará los pasos que le reclama Zelenski.
“Estados Unidos no quiere cerrar las vías de refugio y seguridad para disidentes rusos y otras personas vulnerables frente a abusos de los derechos humanos”, señaló el portavoz, según la cadena de televisión CNN.
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En ese mismo sentido, se pronunció el Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, quien se mostró contrario a prohibir de forma masiva la entrada de rusos.
El funcionario señaló, sin embargo, que ”hay que ser más selectos”, después de que países como Estonia y Finlandia reclamaron más medidas al conjunto del bloque.
Guerra en Ucrania, sin visos de terminar tras seis meses
Entre tanto, la invasión de Rusia a Ucrania parece estar lejos de terminar, como lo reconocen diferentes sectores de la sociedad ucraniana.
“Tenemos que estar preparados porque esto podría durar mucho tiempo”, dice un médico militar ucraniano, con nombre de guerra ‘Doc’, en la línea del frente en el sur de Ucrania.
El hombre de 40 años, que antes de la guerra trabajaba como técnico dental, dijo que “hay muchas lágrimas, mucha sangre. Uno llora en su corazón”.
“Se está destruyendo la historia de varias generaciones”, lamentó.
En un complejo de búnkeres subterráneos, rodeado de obstáculos antitanques oxidados y lleno de gatos y perros errantes, sus compañeros se sirven cucharadas de sopa caliente.
A la cabeza de la mesa, un hombre luce un tatuaje en el brazo en el que pone en inglés Never give up [”Nunca te rindas”].
“Seis meses de guerra, no es solo un gran dolor para el país, también es un pequeño dolor para cada uno de nosotros personalmente”, dijo, por su parte, Mykola, un soldado de 41 años sentado a su izquierda.
El comandante adjunto del batallón, Artem, de 30 años, no lo esconde: “Hemos informado a nuestros soldados que el conflicto podría durar años”.
Pese al poderío militar, las tropas rusas se toparon con la férrea resistencia de las fuerzas ucranianas, que los obligaron a replegarse y concentrar sus esfuerzos en el este del país y en el sur agrícola.
Ucrania lleva anunciando una contraofensiva en el sur desde hace algunas semanas, pero esta se ha visto retrasada según Kiev por la tardanza en la entrega de armas occidentales.
El pasado viernes, al ser preguntado sobre sus esperanzas respecto al conflicto durante una visita en Odesa, en el sur del país, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, cerró los ojos y mencionó una “situación muy difícil, donde las perspectivas de paz no son evidentes”.
¿Camino hacia la paz?
La invasión entró a su séptimo mes y hay pocos signos de progreso. En julio, tanto la ONU como Turquía negociaron un acuerdo para permitir la reanudación de exportaciones de cereales desde los puertos ucranianos, un alivio para muchos países.
Guterres visitó el puerto de Odesa, uno de los tres designados en el convenio para exportar los granos, para observar la aplicación del pacto.
Pero su viaje se realizó en medio de los temores cada vez más grandes respecto a la situación de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia.
Ubicada 200 km al noreste de Mikolaiv, la planta, la mayor de Europa, está ocupada por las tropas rusas desde marzo y es blanco de bombardeos, que hacen temer una catástrofe.
“Encontrar un camino hacia la paz a corto plazo no será fácil, pero hay que insistir, porque la paz es el bien más importante en el mundo”, resumió Guterres a la AFP.
Con información de Europa Press y AFP.
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