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Polémica en Brasil por llamada diplomática entre Lula y Putin | ¿De qué hablaron?
No es la primera vez que el mandatario electo sale en defensa del ruso. Hace unos meses dijo que la guerra era tan responsabilidad de Putin como de Zelenski.
El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este martes que mantuvo una conversación telefónica con el jefe de Estado ruso, Vladimir Putin, quien dijo querer “fortalecer” la relación entre los dos países.
“Conversé con el presidente ruso Vladimir Putin, quien me felicitó por la victoria electoral de octubre. Nos deseó un buen gobierno y el fortalecimiento de la relación entre nuestros países”, publicó Lula en sus redes sociales, junto a una foto en la que aparece hablando por teléfono.
Brasil “volvió, buscando diálogo con todos y empeñándose en la búsqueda de un mundo sin hambre y con paz”, añadió Lula, que asume sus funciones el primero de enero.
Putin libra desde febrero una guerra contra Ucrania intentando invadir su territorio; esto ha hecho que Rusia haya sido aislada por buena parte de la comunidad internacional.
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Lula, de 77 años, ya fue homólogo de Putin durante sus dos primeros mandatos en Brasilia, entre 2003 y 2010. Rusia y Brasil son socios importantes en el ámbito del bloque de economías emergentes Brics, también integrado por China y Sudáfrica.
“Veo al presidente de Ucrania en la televisión como si estuviese festejando, siendo aplaudido de pie por todos los parlamentos (del mundo). Ese tipo es tan responsable como Putin. Porque en una guerra no hay solamente un culpable”, declaró Lula a la revista estadounidense.
El mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro, derrotado por Lula en un balotaje el 30 de octubre, defendió la “neutralidad” de Brasil frente al conflicto. El 15 de febrero, pocos días antes de la invasión rusa en Ucrania, Bolsonaro se reunió con Putin en Moscú para asegurar la continuidad del suministro de fertilizantes rusos a Brasil, una gran potencia agrícola.
Gobierno con financiamiento
Un juez del máximo tribunal de justicia de Brasil autorizó al próximo gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva a financiar sus programas sociales por fuera del tope de gasto previsto en la Constitución, desbloqueando así un impasse en el Congreso.
“Esos gastos (...) no están incluidos en la base de cálculo y en los límites establecidos en el tope constitucional de gastos”, según la decisión publicada el domingo por la noche. Lula, que asumirá la presidencia del gigante suramericano el 1 de enero, prometió mantener el plan Auxilio Brasil (antiguamente llamado Bolsa Familia), una asistencia de 600 reales (114 dólares) para las familias más necesitadas, con 150 reales adicionales por niños menores de seis años.
En la práctica, la decisión de Mendes ofrece una salida a Lula para cumplir con esas ayudas sociales sin recurrir a cambios en la Constitución que se vienen discutiendo en el Congreso. El Senado dio luz verde a una enmienda constitucional (PEC) que libera 145.000 millones de reales (28.000 millones de dólares) fuera del tope de gastos en los próximos dos años para esas erogaciones.
Pero las negociaciones se han trabado en la Cámara de Diputados. Una votación en el plenario de esa Cámara está prevista para el martes. El acceso a los recursos para Auxilio Brasil es visto con prioridad por el gobierno entrante para atender desde los primeros días en el poder los principales desafíos sociales de la mayor economía de América Latina.
El hambre afecta a 33,1 millones de los 215 millones de brasileños, según la Red Brasileña de Investigación de Soberanía y Seguridad Alimentaria. Los mercados han reaccionado con nerviosismo ante esos anuncios por temores de un aumento desmedido del gasto público durante el gobierno de Lula.
*Con información de AFP.